Capítulo 431
“Yo no me lancé sobre ustedes dos para darles una cachetada a cada uno, todo gracias a mi buen temperamento.” Helena rodó los ojos: “Damián, no estoy segura de qué es lo que ustedes dos están tramando.”
“Pero lo que quiero dejar claro es que ustedes no tienen trabajo, pero yo sí.”
“Así que realmente no tengo tiempo para jugar juegos de amor con ustedes, y mucho menos
me interesa ser el daño colateral en sus asuntos sentimentales.”
“¡Espero que no me sigan arrastrando a sus líos amorosos!”
Helena no podía entender cómo era que ellos seguían apareciendo como almas en pena: “Para empezar, para mantener mi distancia de ti, dejé de frecuentar los círculos en los que te movías.” “¿Acaso eso no demuestra mi actitud?”
Damián se puso pálido de ira: “¿Estás segura de que nunca te interesé?”
En ese momento, Helena se sintió extremadamente agradecida de que, desde el principio hastal el fin, nunca había sentido ningún tipo de afecto hacia Damián. De lo contrario, ni
sumergiéndose en el río más grande podría limpiar su nombre.
Ella asintió en respuesta: “Si realmente te hubiera amado, ¿por qué preferí perseguir a Camilo en vez de a ti?”
Damián miró hacia Camilo.
Camilo, con el rostro impasible, dijo: “Porque soy mejor.”
Helena continuó: “Después de que Camilo me rechazara, pensé que su novia era una buena persona, y me pasaba todos los días con ella…”
“¿Y ni siquiera me buscaste a mí?”
“Creo que mi comportamiento ya era bastante evidente.”
Camila dijo en voz baja: “Tal vez pensabas que de esta manera, él te amaría más.”
Aunque Helena ya estaba preparada mentalmente, las palabras de Camila aún la dejaron boquiabierta.
Con calma, dije: “¿Así que desaparecer del mundo de alguien y no volver a contactarlo, también te parece una táctica de hacerse desear?”
Camila asintió con fuerza: “Sí.”
“Si eso es lo que piensas…” sugerí con dulzura: “¿Por qué no haces lo mismo con Helena? Si no la contactas por el mismo tiempo que ella no contacte a Damián, ¿no estaría bien?”
Camila no sabía qué responder.
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Continué: “Eso también haría que Damián te ame más, ¿no es así?”
Helena añadió desde un lado: “Yo podría pasar los próximos años sin contactarlo.”
Sonriendo, le pregunté a Camila: “¿Escuchaste?”
“Helena tiene esa astucidad y coraje, es por eso que Damián no puede olvidarla.”
“Si aprendes de ella, ¿no crees que Damián te amaría aún más?”
Camila miró a Damián con el rostro pálido.
Damián, al ver su apariencia vulnerable, sintió un impulso protector: “¿Así que ustedes dos disfrutan acosando a una mujer indefensa? ¿Creen que eso los hace muy capaces?”
“Nosotros simplemente veníamos a almorzar.” tuve que corregirlo: “Y ustedes vinieron a interrogarnos sin saber nada, nosotros solo estábamos defendiéndonos.”
“Además…”
“Solo estaba siguiendo su lógica para continuar la conversación.”
“Si crees que mi intención de atacar es demasiado obvia, ¿no significa eso…”
“¿Que crees que lo que dice tu novia tiene problemas?”
Sonreí.
Damián no supo cómo responder a mi pregunta, miró hacia Camilo, cambiando de tema: “Sr. Heredia, ¿no crees que tu mujer, gritando en público, es muy maleducada?”
“Ella es mi novia, no mi posesión.” Camilo no se dejó intimidar por sus palabras: “No necesito que ella dependa de mí.”
“Así que ella no tiene que actuar según mi estado de ánimo, puede tener sus propios
sentimientos.”
“No me meto.”
“Además…”
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