Capítulo 412
Ricardo respiró hondo y dijo: “Si de verdad le interesan las ganancias de la colaboración, entonces no importa cuánto subamos la oferta por los derechos, ella no venderá.”
“Exacto,” respondió el secretario con aprobación. “Después de todo, el Grupo Heredia ha tratado sus obras con bastante dedicación.”
“Si nos hacemos cargo de todos sus derechos y los desarrollamos, podríamos generarle beneficios ilimitados.”
Ricardo no quería perder la oportunidad de interactuar con Ofelia: “¿Qué debería hacer en esta situación?”
“Es simple,” sugirió el secretario una solución. “O colaboramos con el Grupo Heredia para desarrollar juntos los derechos de las obras de Ofelia.”
“O nuestra compañía empieza a fomentar a sus propios autores de cómics.”
Ricardo no estaba interesado en los cómics, solo estaba buscando una manera de estar en contacto con Ofelia.
Así que preguntó: “¿Hay alguna otra opción?”
El secretario respondió de manera muy formal: “Sí.”
Ricardo preguntó con interés: “¿Oh?”
El secretario dijo con calma: “Solo que aún no se me ha ocurrido ninguna.”
Amparo se levantó, mandó a su hijo a la guardería con el conductor, y después de disfrutar de un elegante desayuno en el salón, se sentó en el sofá a pensar seriamente en sus planes futuros.
Ahora, Camilo estaba dispuesto a hablar con ella.
Aunque no mucho.
Pero para alguien tan elitista como Camilo, era normal ser parco en palabras.
Amparo no le daba mucha importancia a esto.
Lo que le importaba era la buena relación que había entre Ofelia y Camilo…
Si no encontraba una manera de arruinar la imagen de Ofelia en la mente de Camilo, incluso si seguía en contacto con él por varios años más, no podría reemplazar el lugar que Ofelia tenía en su interior.
Así que tenía que encontrar una forma…
De hacer que Ofelia se avergonzara en público.
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Solo de esta manera, Camilo pensaría que Ofelia no era tan especial después de todo.
Y entonces ella aparecería en el momento justo, mostrando su mejor lado.
Comparando…
Camilo empezaría a pensar que Ofelia no era tan buena como imaginaba, y que ella era mucho mejor de lo que Camilo creía.
Con el tiempo, Camilo inevitablemente se sentiría atraído por ella.
Amparo pensaba cada vez más en esto y sentía que la victoria estaba al alcance de su mano, su sonrisa se elevaba incontrolablemente mientras pensaba…
Justo tenía a alguien a su lado perfecto para provocar a Ofelia.
Pensando en esto, sacó su teléfono y llamó a Valentina Pérez.
Valentina siempre la había adorado.
Y odiaba a Ofelia.
Así que en el momento en que esta contestó, Amparo le narró sin cambiar ni una sola palabra todo lo que había pasado los días anteriores.
Amparo dijo con arrogancia: “Estoy embarazada del heredero de nuestra familia.”
Sabía que Valentina daba mucha importancia al bebé que llevaba en su vientre.
Así que al hablar, siempre enfatizaba la importancia del niño.
Solo de esta manera, podría maximizar la protección de Valentina hacia ella.
Amparo continuó expresando para menospreciar a Ofelia: “Y Ofelia no es más que una mujer que Ricardo no quería.”
“Si le digo algo, simplemente debería escuchar sumisamente.”
“Pero ella se atrevió a contradecirme, ¡y casi me hace perder al bebé!”
“En realidad, es una persona malvada.”
Amparo se quejó con ternura: “Mamá, tienes que defenderte por mí.”
Valentina, al notar que Benjamín ya no le prestaba atención, también quiso demostrar su importancia para Amparo y hacer que Benjamín se diera cuenta de que ella no dependía solo de él.
Así que sin pensarlo dijo: “No hay problema.”
“Es que esta Ofelia, realmente no sabe cómo tratar a una mujer embarazada.”
“¿Qué pasaría si algo le sucede a mi querido nieto? ¿Podría ella asumir esa responsabilidad?”
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