Capítulo 4
¿Qué había vivido con Amparo para que esos sentimientos se profundizaran hasta el punto de tener que buscarla incluso estando casado?
Solo pensó en evadir responsabilidades, pero nunca consideró que el origen de todo era él.-
Cerré mis ojos: “Ricardo…”
Pronunciar su nombre agotó todas mis fuerzas: “He visto todos los registros, así que por favor, no me trates como a una tonta, ¿vale?”
Él guardó silencio. Esperé mucho tiempo sin recibir respuesta alguna y giré para volver a mi habitación, pero me abrazó por detrás: “Lo siento.”
Mis pasos se detuvieron.
Con cuidado, Ricardo eligió sus palabras: “Principalmente es mi culpa, no supe medirme, solo pené que estar todos los días con el niño te agotaría y quería ayudarte a aliviar la presión.”
¡Vaya!
¿Aliviar la presión no significó encontrar tiempo para pasar siquiera un día conmigo y nuestro hijo? ¿Pero siempre tenía tiempo para divertirse con otra mujer?
Luché con fuerza, intentando liberarme de su abrazo.
Sin embargo, Ricardo simplemente no quería soltarme: “Pero no pensé que te molestaría, ¡ese fue mi error!
¡Te prometo que nunca más volveré a contactarla!
Benjamín y yo nos saldremos del grupo. Incluso la borraré de mi teléfono y del de Benjamín. Así que, Ofelia, ¿me darías otra oportunidad?
Te prometo que de ahora en adelante estaremos bien juntos, también mantendré distancia con otras mujeres.”
La voz de Ricardo se volvió gradualmente más lastimera: “Por favor, ten en cuenta todos estos años de relación y también a nuestro hijo. Ofelia, te suplico que no me abandones.”
Al escucharlo tan temeroso de ser abandonado, no pude evitar pensar en Benjamín.
Era tan pequeño, apenas estuvo algunos días con Amparo y ya empezaba a mostrar malas influencias.
Con el consentimiento deliberado de Amparo, para comer cualquier cosa, terminaba hospitalizado cada dos por tres. Si realmente me divorciara, dejando a Ricardo con Amparo, probablemente la vida de Benjamín no sería fácil. Así que yo… solo pude ceder.
Con gran dificultad pronuncié esa simple frase: “Está bien.”
Al oírlo, Ricardo apretó mi cintura con su gran mano, forzándome a girar, por lo que levanté la
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Capitulo 4
mirada hacia él.
Ricardo sostuvo mi rostro, sus ojos brillaban con la alegría de haber recuperado algo perdido, luego me besó.
Aunque el asunto se había resuelto, la traición de Benjamín y él seguían siendo como una espina clavada en mi corazón. Sin poder olvidar completamente ese asunto, no quería tener ningún contacto íntimo con él, así que evadí su beso girando mi cabeza. Al segundo siguiente, me encontré levantada en el aire.
La repentina sensación de pérdida de peso me hizo sentir insegura, abrazándome instintivamente a Ricardo y él preguntó con una risa ligera: “¿Todavía enojada?”
No lo negué: “Necesito tiempo.”
La voz magnética de Ricardo, llena de seducción, resonó: “Entonces, me esforzaré esta noche para buscar tu perdón.”
Normalmente, siempre caía ante esas súplicas, pero esta vez, realmente no tenía ganas. Como si Ricardo conociera mi respuesta y sin darme oportunidad de rechazar, me dejó en la suave cama, cuando intenté levantarme, inmediatamente se posicionó sobre mí.
Presioné mis manos contra su pecho, tratando de resistir sus avances, pero con una mano, Ricardo sujetó mis dos muñecas hacia arriba.
Era muy fuerte, no había forma de que pudiera liberarme.
