Capítulo 11
Carlota frunció el ceño al responder. Sin embargo, la mirada de Daniel se volvió aún más gélida.
-¿Si no fuiste tu, entonces quién? ¿Acaso ya olvidaste lo que dijiste hoy?
-Yo…
-No imaginé que podrías ser tan cruel, Carlota. Si algo le sucede a Viviana o al bebé, ¡te haré pagar con tu vida!
Daniel soltó una fría carcajada antes de darse la vuelta y marcharse.
Carlota lo observó alejarse y no pudo evitar encontrarlo ridículo, ni siquiera se había molestado en preguntarle nada antes de dar por hecho que había sido ella. Bueno, tampoco era de extrañar, para él, ahora valía menos que nunca.
Ella lo siguió y esta vez, él no la rechazó, solo le tomó la muñeca con fuerza y le espetó:
-Cuando lleguemos, explícale todo a mi familia tú misma.
Carlota se zafó bruscamente de su agarre.
***
-Vaya, pero si es Carlota. ¿Todavía recuerdas el camino de regreso? -Nada más cruzar la puerta, escuchó la voz burlona de Eloísa Zelaya-. Mira nada más, hasta la amante ya vino con la barriga bien crecida a buscarte.
Al notar el semblante pálido de Carlota, Eloísa se acercó un poco más, con una sonrisa llena de desprecio mientras miraba su abdomen.
-No es de extrañar que te pase esto. Llevas tres años casada con mi hermano y ni señales de un embarazo. Eres como una gallina que no pone huevos, no sé para qué sigue contigo.
Desde el día en que se casó con Daniel, Carlota sabía muy bien que ninguno de los Zelaya la había aceptado. Pero por él, en el pasado siempre había soportado todo en silencio, esforzándose por mantener la paz con todos. No obstante, ahora era diferente, mirando la sonrisa burlona de Eloísa, dejó escapar una risa sarcástica.
Por más que yo me esfuerce, no sirve de nada si tu hermano no hace su parte. Tres años intentándolo y nada.
-¿Qué dijiste?
Eloísa jamás imaginó que Carlota, quien siempre había sido sumisa y soportado todo, se atrevería a responderle de esa
manera.
Carlota, con rostro impasible, siguió avanzando hacia el interior de la casa.
Eloísa tardó un momento en reaccionar.
-¡Carlota, vuelve aquí! ¿Qué fue lo que dijiste? ¿Acaso estás insinuando que mi hermano es el problema? ¡Porque mira, Viviana ya está embarazada!
Carlota se giró y con una sonrisa irónica, replicó:
-Exacto. Estuvo casado conmigo tres años y nunca logré quedar embarazada, pero Viviana apenas regresa y ya está esperando un hijo suyo. Tal vez deberían investigar bien antes de celebrar, no vaya a ser que él esté criando al hijo de otro. Aunque, si a la familia Zelaya le gusta criar hijos ajenos, no es mi problema.
Justo en ese momento, Daniel entró y alcanzó a escuchar esas palabras. Su rostro se oscureció al instante.
-¡Hermano! ¿Escuchaste eso? Carlota debe estar loca. ¡Mira lo que acaba de decir!, Indignada, Eloísa señaló a Carlota, pero Daniel le bajó la mano de un tirón.
¡Vaya, eso sí era nuevo!
Eloísa siempre había sido una consentida caprichosa a la que nadie podía controlar, pero ahora ni siquiera era rival para Carlota. Eso fue realmente inesperado.
-Si no quieres que te regañe, cállate.
Eloísa quiso protestar, pero al ver la expresión sombría de Daniel, se quedó sin palabras. Desde que era niña, nunca lo había visto tan furioso, ni siquiera se había puesto así cuando Viviana se había marchado del país.
1/2
21:28
Capítulo 11
¿Qué estaba pasando?
Daniel logró alcanzar a Carlota, que seguía caminando sin voltear atrás. Justo cuando estaba a punto de sujetarla para exigirle explicaciones, escuchó una voz femenina desde el interior; era Viviana y hablaba con un tono de voz quebrado por el llanto.
-Señora, yo sé que hice mal. Daniel ya tiene esposa, así que no debí regresar a buscarlo, todo esto es culpa mía. No importa cuánto enojo tenga Carlota, que lo descargue conmigo, pero por favor, que no lo pague con Daniel.
El rostro de Daniel se ensombreció aún más y Carlota entrecerró los ojos.
212