Capítulo 1
Vanessa había pensado más de una vez que si pudiera regresar al momento en que tenía tres
años, definitivamente no llamaría a Alejandro Sánchez papá.
No fue solo una vez que pensó en devolverle su vida a Alejandro, y al final, lo hizo.
Vanessa realmente murió, a la joven edad de veintiocho años.
Cuando volvió a ser consciente, se encontró de nuevo con diecisiete años.
En ese entonces, apenas había regresado al país hacía seis meses.
Hospital Nueva Alameda.
La chica vestía una chaqueta negra desteñida y jeans, y se encontraba sola, arrodillada frente a la cama del hospital. Su rostro obstinado estaba pálido, sin un ápice de color.
Solo sus puños apretados delataban la tormenta que llevaba dentro.
-Vanessa Sánchez, discúlpate -dijo Alejandro con el rostro endurecido y una voz cortante.
No mucho antes, Vanessa había tenido una discusión con Celeste Sánchez, quien cayó por las escaleras. Las cámaras mostraban que Vanessa había empujado a Celeste.
Nadie le creyó.
-No fui yo -Vanessa levantó la cabeza lentamente, repitiendo las mismas palabras que había dicho en su vida anterior.
Frente a su padre, después de tanto tiempo sin verlo, no había ni un rastro de afecto en su voz, era como si estuviera hablando con un extraño.
Apenas terminó de hablar, una bofetada resonó en su rostro.
Vanessa giró la cabeza por el impacto, y la sangre roja brotó de la comisura de sus labios.
Ese golpe había sido dado con toda la fuerza.
-Mentiras, siempre mentiras. No puedo creer que tenga una hija como tú -Alejandro la miró con decepción y desprecio en los ojos.
Si Alejandro fuera juez, ella estaría condenada a la pena de muerte.
De repente, Vanessa soltó una risa sarcástica: -Qué bueno que no soy tu hija biológica, de lo contrario, estaría manchando tu reputación.
-¿Qué dijiste? -Alejandro levantó la mano nuevamente, pero esta vez no se atrevió a golpearla.
Vanessa lo observó con frialdad, sus ojos eran un mar de calma: -No pienses que me disculparé, porque si insisten, no me importará asumir la culpa.
Desde hace mucho, la familia Sánchez había matado cualquier sentimiento que Vanessa
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Capitulo 1
pudiera haber tenido hacia ellos.
Alejandro quedó pasmado.
-¿Por qué… por qué has cambiado tanto de repente? -La miró como si no reconociera a la hija que tenía delante.
-Todos estos años fuera del país no te han servido de nada, solo te has vuelto más arrogante y desconsiderada.
Cuando era pequeña, esta hija era tan amable como un ángel, pero desde que regresó del extranjero, todo cambió.
No solo competía con su hermana por la atención, sino que también se volvió cruel y egoísta, como si estuviera llena de espinas.
En estos seis meses, Alejandro estaba cada vez más decepcionado de su hija.
Vanessa miró fijamente a su padre que la reprendía y, por fin, entendió que Alejandro era el padre de Celeste, no el suyo.
Comparado con la atmósfera tensa alrededor de Vanessa, la cama de hospital donde estaba Celeste era un bullicio de gente, llena de risas y cariño.
Celeste, como una estrella rodeada de admiradores, disfrutaba del amor y la atención de todos a su alrededor.
Solo necesitaba estar ahí para que todos la amaran.
Qué irónico.
Vanessa nunca experimentó ese tipo de amor, ni siquiera al morir.
Se levantó del suelo, sacudiéndose imaginarias motas de polvo de las rodillas.
-No voy a interrumpir su espectáculo familiar de amor y ternura, me retiro -dijo Vanessa con frialdad, echando una última mirada a los presentes antes de darse la vuelta y marcharse.
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