Capítulo 82
Adolfo sintió un nudo en la garganta y murmuró con voz ronca: “Lo siento“.
Nunca imaginó que ir al parque de atracciones, algo tan trivial, pudiera significar tanto para Pilar.
Al escuchar el tono áspero y cargado de arrepentimiento de Adolfo, Verónica cerró los ojos con fuerza.
Después de un momento, los abrió lentamente, giró la cabeza, y con los ojos hinchados y enrojecidos de llorar.
Miró fijamente a los ojos ligeramente rojos de Adolfo y le dijo, palabra por palabra, con resentimiento: “¿Lo sientes? ¡Tus disculpas ahora no valen nada, Adolfo!”
Adolfo observaba a Verónica perder el control emocional y recordó que esta oportunidad la había suplicado Verónica de rodillas.
Inicialmente, él no tenía tiempo porque Yessie iba a ser operada, y estaba asustada.
Le había prometido a Yessie que la acompañaría todo el tiempo antes de su cirugía.
Cuando Verónica lo sugirió, él se negó directamente.
Pero no esperaba que Verónica se arrodillara para suplicarle haciendo que al final accediera.
Pero terminó faltando a su promesa.
“Esto fue mi culpa, haré lo posible por compensar a Pilar“.
La voz de Adolfo se suavizó.
Era la primera vez que hablaba con Verónica con un tono tan suave.
Verónica apretó sus manos y no cedió de inmediato, sino que presionó aún más, “¿Compensar? ¿Cómo piensas hacerlo? Adolfo, ¿sabes cuánto tiempo esperó Pilar por ti en el parque de atracciones ese día? Esperó desde por la mañana hasta por la noche, más de diez horas, ese día, hacía trece grados bajo cero. Los adultos no lo soportarían, mucho menos Pilar que solo tenía cinco años, y ella estuvo allí, parada en el viento helado esperándote. ¿Y tú dónde estabas?”
Verónica decía esto para profundizar el sentimiento de culpa de Adolfo, pero mientras hablaba, sus lágrimas volvieron a brotar.
Adolfo, escuchando las palabras de Verónica, fue llevado a esa escena.
Casi podía ver la pequeña figura de Pilar de pie en el parque de atracciones.
Mirando ansiosamente hacia la entrada y esperando su llegada.
La garganta de Adolfo se sentió aún más obstruida, presionó el malestar en su pecho, y
prometió con voz ronca, “Haz que Pilar venga, le prometo que, de ahora en adelante, siempre
1/2
18:15
Capítulo 82
que quiera ir al parque de atracciones, la acompañaré. No solo al parque de atracciones, sino que cualquier cosa que desee, si está en mis manos, se lo concederé“.
Verónica no respondió, solo lo miró.
En ese momento, vio en los ojos de Adolfo un atisbo de remordimiento y arrepentimiento hacial su hija.
No era que no amara a su hija sino que acababa de ver el dibujo de Pilar y sentía compasión por su hija, sentía que no se lo merecía.
Cuando Adolfo se acercó, lo escuchó.
Todo el resentimiento que tenía, lo reprimió.
El dibujo, lo había dejado intencionalmente para que él lo viera.
Quería saber, al ver Adolfo esos dibujos de Pilar, al sentir el amor incondicional de Pilar hacia su irresponsable padre, si él sería indiferente y frío, o… también se sentiría conmovido.
Si él se conmovía, si también le importaba Pilar.
Entonces, si le decía que Zulma había matado a Pilar.
¿Podría él elegir a Pilar?
Y así, su Pilar podría descansar en paz más temprano.
“Verónica, dime dónde está Pilar“.
Adolfo tomó la mano de Verónica y preguntó de nuevo.
Verónica lo miró profundamente a los ojos, tratando de mantener sus emociones bajo control y le dijo con la voz lo más calmada posible: “Si realmente quieres ver a Pilar, te llevaré con ella“.
19.16