Capítulo 71
Adolfo se fue. Ese hombre estaba dispuesto a dejarlo todo por Zulma y su hija. La esquina de los labios de Verónica se curvó en una fría sonrisa.
Esperaba con ansias el día en que Adolfo descubriera la verdadera cara de la mujer que amaba y de la hija a la que había entregado todo su cariño.
Verónica se levantó y volvió al baño. Diez minutos después, salió envuelta en una toalla, se vistió con la ropa seca que sacó de la secadora y bajó a tomar agua.
Verónica no tenía sueño. Al no tener melatonina, decidió no regresar a su habitación y se fue hacia la sala de deportes. A través del largo pasillo, al girar, vio una figura familiar no muy lejos. Era Raquel. De espaldas a ella, estaba hablando por teléfono.
Raquel acababa de ver a Adolfo marcharse en su auto, y finalmente su ceño fruncido se relajó un poco. “¡Deberías agradecerme! Zulma, gasté cinco millones para que fueras la número uno, para que pudieras entrar sin problemas en Misterio de Rubí. Ya te he allanado el camino, ¡más te vale no decepcionarme!” Raquel colgó el teléfono con un aire elegante y se dirigió al gimnasio. Tenía la costumbre de hacer ejercicio todas las noches.
Verónica, escondida en la sombra, observaba la lluvia torrencial afuera, sin poder ocultar su asombro. No podía creer que el primer lugar en el concurso de joyería, que debería haber sido suyo, no hubiera robado por Adolfo para Zulma.
Verónica recordó el día de la entrega de premios del concurso de diseño. En el backstage, Silvia, para provocarla, había dicho que Adolfo amaba tanto a Zulma que estaba dispuesto a romper sus principios por ella, pero cuando Adolfo apareció de repente. Antes de entrar al vestuario, había visto a Zulma y Silvia cambiar sus expresiones. En ese momento, preocupada por el asunto del cementerio de Pilar, no lo pensó demasiado pero ahora parecía que tanto Zulma como Silvia temían ser descubiertas por Adolfo, por eso habían reaccionado de esa manera. Después de todo, Adolfo siempre había detestado las tácticas deshonrosas.
Si él supiera de esto…
En la oscuridad de la noche, los labios de Verónica se curvaron lentamente en una sonrisa.
El lunes, Misterio de Rubí era su primer día en la empresa, y Verónica, temiendo el tráfico, tomó el metro. A mitad de camino se encontró con Noelia, quien había quedado en tercer lugar y ambas entraron a la empresa hablando y riendo.
Estaban esperando el ascensor en la entrada, Zulma entró y al ver a Verónica, sacó su teléfono del bolso y, mientras caminaba, dijo, “Adolfo, ya estoy en el ascensor. Tranquilo, sí, lo sé. Contigo a mi lado, no me pasara nada. Bueno, luego hablamos, he llegado al ascensor, conduce con cuidado“. Colgó el teléfono con una expresión dulce al llegar al ascensor.
La puerta del ascensor se abrió y las tres entraron, situándose en la parte trasera. Noelia miraba a Zulma con ojos llenos de envidia, “Srta. Zulma, ¿fue el Sr. Adolfo quien te trajo?”
“Sí“. Zulma respondió con una sonrisa, sin decir mucho más, pero su felicidad era evidente para
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Capitulo 71
todos. “Srta. Zulma, tú y el Sr. Adolfo tienen una relación muy bonita“. Noelia tenía estrellas en los ojos, claramente emocionada.
Zulma continuó sonriendo sin decir palabra y lanzó una mirada desafiante hacia Verónica.
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