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Rompio Promesa 25

Rompio Promesa 25

Capítulo 25 

En ese momento, ella miró esos ojos que reflejaban su imagen y con valor, se acercó

Pateó a esos hombres varias veces, pero como sus piernas aún temblaban, sus golpes no eran fuertes

Adolfo soltó una risa burlona, Qué inútil

Cuando escuchó su voz, levantó el pie y aplastó con fuerza el abdomen de uno de los matones que había intentado abusar de ella dejándolo sin aire

En ese instante, Verónica pudo escuchar claramente su corazón, a punto de saltarse del pecho

En el pasado, Adolfo siempre había sido muy amable con ella

pero todo cambió cuando llegó Zulma

Verónica cerró fuertemente los ojos, tratando de controlar las emociones que bullían en su interior y al abrirlos de nuevo, su mirada era serena

Se apoyó en la pared y con dificultad se puso de pie

Cojeando, se acercó al degenerado, levantó la pierna con todas sus fuerzas y pateó fuertemente el abdomen del hombre que la había acosado

Entre gritos desgarradores del hombre, sus piernas cedieron y su cuerpo se desplomó

Esta vez, no cayó al suelo, sino que unos brazos la rodearon por la cintura desde atrás y la levantaron del suelo

Verónica, sin fuerzas, no pudo resistirse

Adolfo la llevó a su auto que estaba parqueado al lado de la calle

Llamó a la policía quienes llegaron rápidamente

Luego completar el informe, salieron de la estación de policía cerca de medianoche

Verónica estaba a punto de pedir un taxi cuando el auto de Adolfo se detuvo frente a ella

La fría voz del hombre llegó a ella, Sube

No es necesario

Verónica no se movió

Adolfo frunció el ceño

¿Qué, no fue suficiente con lo que pasó antes, quieres repetir la experiencia?” 

El miedo a lo que acababa de suceder estaba aún presente y Verónica no insistió más

Guardó su teléfono, abrió la puerta del auto y subió

Apenas se subió escuchó una risa burlona

Verónica se detuvo al abrocharse el cinturón de seguridad y estaba a punto de salir del auto, pero el vehículo arraneo de repente, desequilibrándola

Apurada, se aseguró el cinturón y miró hacia la ventana, permaneciendo en silencio

La estación de policía no estaba lejos de Villa del Viento

Después de unos quince minutos, el auto se detuvo

Verónica salió y subió las escaleras sin mirar atrás

Al llegar a casa, se desplomó en el sofá

Después de un rato, se levantó y fue a ducharse

Ignorando la herida en su pierna, se bañó y se acostó en la cama

Al relajarse, todas las imágenes de lo sucedido en el callejón invadieron su mente

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Capitulo 25 

kundlig khoma estada a salvo, et mado y la desesperación win reyndun en diokaza, me mosse de solter 

Cada vez que cerrada los ops, las más NOMREM 

VerGhica se levanto y fue hacia la mesa de com 

Sobre la mesa habla una botata de vino que Ramón habla comatous cat 

El vino era un buen shado, penso que podria ayudar a dormir 

Abró la botell, se sirvió una copa y la betó de un trago 

Luego se sirvió otra 

Después de tres copas, Verónica, que no bebis mucho, ya estaba dacarente da you mente se má 

brovechando que aún conservata algo de condende, se ferah mojadama menyukadadına ve sigo e sa Baritono 

Habla 

Había dado solo unos pasos cuando escuchó la puerta abrirse 

Instintivamente, giró la cabeza y vio una figura en la entrada, sosteniendo digo 

Era Adolfo 

Verónica abrió la boca, intentando decirle que se fuera, pero estate ten maresde que todo le data wets, incluso larrag de Adolfo se duplicaba frente a sus ojos

Sacudió ligeramente la cabeza, intentando aclarar su visión pero eso solo la desequilibró más, y se inciró tarda adelante, cayendo en los brazos de Adolfo

Él la sostuvo con firmeza

Verónica, embriagada, perdió la agudeza que habia mostrado en los (imos tiempos, mostrándose décl otra vez 

Se recostó suavemente en los brazos de Adolfo, y entre el aroma del vino y su suave perfume, la tensión entre ellos cresó

Habían estado íntimamente juntos innumerables vec 

Adolfo tragó saliva y sus ojos se oscurecieron con deseo

Verónica, como si no tuviera huesos, se recostó en el respaldo del sofá, incómoda, frunció el ceño y se movió ligeramente 

El pijama, que ya era holgado, quedó aún más torcido con sus movimientos

Con solo una mirada, Adolfo se quedó sin aliento, una oscura luz brió en el fondo de sus ojos y su mirada hacia Verónica de repente se volvió peligrosa

La bolsa de la farmacia que llevaba en la mano cayó al suelo, Adolfo agarró el mentón de Verónica y se inclinó para besara 

Adolfo la besó con fuerza y ferocidad

Verónica quedó casi sin respiración por el beso

Estando ebría, su cerebro ya había dejado de funcionar normalmente y incapaz de pensar con claridad

Todo seguía el instinto del cuerpo

Le era demasiado familiar el aliento de Adolfo

Durante los últimos cinco años, habían estado muchas veces en la intimidad y sin la lógica que la sobriedad aportaba, su cuerpo se dejaba llevar por el instinto

Ya no se resistía con todas sus fuerzas, sino que, como antes, se dejaba llevar por Adolfo, permitiéndole actuar a su antojo. Su sumisión intensificó el deseo en los ojos de Adolfo quien profundizó el beso cada vez más

Sus manos fuertes y definidas exploraban su cuerpo

Ella había adelgazado notablemente

Adolfo frunció el ceño, algo insatisfecho: estaba más delgada

Le gustaba cómo era su cuerpo antes

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Capitulo 25 

Delgada donde tenía que estarlo, pero con curvas en los lugares correctos

En la habitación, el ambiente se volvía cada vez más pesado y la temperatura aumentaba gradualmente

Las manos definidas del hombre agarraron las piernas de ella y sus dedos tocaron justo sobre su herida

El dolor la embargó y Verónica no pudo evitar gritar de dolor, ¡Me duele!” 

Pero Adolfo le tapó la boca, sonando casi como un maullido

Adolfo se quedó sin aliento

Sus ojos de repente se tornaron rojos sangre

Ese grito de dolor le hizo recordar aquella noche de hace cinco años donde ella yacía en sus brazos, aferrándose a él sin ayuda, como un pequeño gato, llorando sin cesar en su oído, suplicándole, Más suaveme duele

A sus diecinueve años, era tierna y obediente, acurrucada dócilmente en sus brazos

Su voz rota era tremendamente conmovedora

Pero, él no podía ser más suave

En ese momento, las imágenes se superpusieron y Adolfo perdió completamente el control agarrándola por la cintura, la levantó del sofá y caminó rápidamente hacia el dormitorio

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Status: Ongoing Type: Native Language: Spanish
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