Capítulo 157
Y al cuidar de los niños no era conveniente llevar joyas.
Se había acostumbrado a ello.
A pesar que Pilar había fallecido, este hábito tampoco había cambiado. Solo se ponía el reloj cuando iba al trabajo y no era de gran valor, pero aun así, Verónica se lo quitó de debajo de la manga de su camisa. Había dado todo lo que tenía pero notó que la mirada del hombre aún la examinaba.
Con un tono sincero, Verónica dijo: “No tengo nada más“.
Durante todo el proceso, ella había cooperado demasiado, así que el hombre, al escuchar que decía que no tenía más, metió todas las cosas en una bolsa. Justo cuando iba a montarse en la moto para irse, su mirada se fijó en un collar que Verónica. El rostro del hombre cambió de inmediato. Colgó la bolsa en el frente de la moto y se acercó a Veronica con un semblante feroz, “¡Maldita sea, me estás engañando!”
El hombre ya estaba frente a Verónica, agarrándola del hombro con una mano.
Era un hombre grande y fuerte, aplicó tanta fuerza que parecía querer triturarle los huesos del hombro. Verónica sintió tanto dolor que su rostro se contrajo por completo. No entendía por qué el hombre de repente se había enfurecido.
intentando calmar el pánico que sentía, dijo, “Todo lo de valor ya te lo he dado, no me queda nada más…”
Antes de que Verónica pudiera terminar, el hombre soltó su mano y de repente le dio una bofetada. “¡Paf!” El hombre, que realizaba trabajos pesados, tenía mucha fuerza, y Verónica fue empujada varios pasos hacia atrás hasta que logró recuperar el equilibrio.
Su media cara se sintió entumecida con un zumbido en sus oídos. Antes de que pudiera recuperarse, la áspera mano del hombre agarró su cuello de la camisa. Verónica se asusto y extendiendo su mano instintivamente para detenerlo. Este gesto solo sirvió para enfurecer más al hombre que le dio otra bofetada haciéndola caer al suelo mientras él procedía a arrancar el collar de su cuello, murmurando insultos.
“¡Maldita sea, decias que no tenías nada! ¿Qué es esto?” Mientras maldecía, intentaba arrancar
el collar del cuello de Veronica
“No!” Veronica se alarmó. Desde el principio habla cooperado completamente, pero en el
momento en que el hombre intento quitade el collar, su emoción se dispara repentinamente.
No se sabe de donde saco la fuerza Veronica aperto la mano del hombre y recupera el collar Con los ojos llorosos to presionó fuertemente contra elle
Esta acción de Verónica enfureció al bombre y lo convenció aún más de que el collar era muy waliopo
Le habia dado todo lo demás mo rosiate Pe
ples, lo protegia mucha
El hombre levantó la pierna y le dio una patada a Verónica, “Dame todo o sufrirás las consecuencias“. Verónica fue derribada al suelo y su cabeza golpeó fuertemente contra el pavimento. Una sensación de mareo la inundó. La patada no había sido suave haciéndola sentir como si todos sus órganos internos se hubieran desplazado. Pero aun así, protegió el collar con sus manos y con los ojos llenos de lágrimas explicó.
“No te he mentido. Mi hija ha muerto, y este collar contiene sus cenizas, es todo lo que tengo para recordarla, no vale nada, ¡de verdad!” Pero el hombre no le creía.
El también tenía tres hijas. En sus ojos y en los de su mujer, las hijas no eran más que una carga. ¿Quién valoraría tanto a una carga? ¿Conservar las cenizas de su hija? ¿Tan preciado ere eso para ella? ¿Acaso creía que él era tonto?
*Dame el collar!” El hombre intentó arrebatárselo nuevamente.
“¡No!” Pero para Verónica, ese collar era Pilar.
¿Cómo podría entregárselo a alguien más?
Le resistencia de Verónica enfureció completamente al hombre.
Capitulo 158
“¡Maldita mujer! ¿Buscas problemas?”