Capítulo 2
El regreso de Elena Carter
Tres meses. Habían pasado tres meses desde que Elena Carter
había dejado atrás su matrimonio y su antigua vida. En esos
tres meses, se había reconstruido de adentro hacia afuera.
Cada momento de duda, cada sentimiento de inutilidad había
sido reemplazado por algo mucho más fuerte: determinación.
Ya no era la esposa tímida que pasaba los días tratando de ganarse
la aprobación de un hombre al que nunca le importaba.
Ahora, Elena estaba de pie fuera de las enormes puertas de hierro de la
finca Lancaster, con una sonrisa confiada en los labios mientras el viento
agitaba su cabello oscuro. El aire frío de la tarde contrastaba marcadamente
con la calidez de la vida que una vez había vivido dentro de
esas paredes. Pero cuando miró hacia la imponente mansión,
supo que era hora de tomar lo que era suyo.
El Rolls-Royce negro se detuvo, con el motor zumbando
suavemente. Elena salió con la gracia de una mujer que se había
despojado de su vieja piel, su nueva confianza evidente en cada paso.
Las puertas se abrieron lentamente, como si estuvieran
reconociendo su fuerza, y caminó hacia la
puerta principal.
Mientras se acercaba, los recuerdos de los últimos años inundaron
su mente. Las discusiones, el silencio, la forma en que Ryan
la había tratado como si no fuera nada. Ella le había permitido
hacerla sentir pequeña. Había permitido que su familia
la hiciera sentir indigna. Pero eso fue antes. Esto era ahora.
Elena Carter-Stone no era la misma mujer que había
entrado en esta mansión años atrás. Se había convertido en la
directora ejecutiva de su propia empresa Stone Enterprises, un
negocio próspero que valía millones, y tenía grandes planes para hacerse cargo de
Lancaster Industries.
Tocó el timbre y, en cuestión de momentos, Ryan apareció
en la puerta, con el rostro congelado por la sorpresa al observar su
apariencia.
—¿Elena? —susurró, su voz apenas audible.
Ella sonrió, fría y serena. —Sí, Ryan. Soy yo. Elena
Carter-Stone.
La confusión de Ryan era casi cómica. —¿Tú… tú eres la
directora ejecutiva de Stone Enterprises ahora? —Su voz se quebró mientras
la miraba, la incredulidad escrita en todo su rostro.
—Así es —respondió Elena, su mirada nunca dejó de mirarlo.
—Y yo he decidido hacerme cargo de Industrias Lancaster a partir de
hoy.
—Patricia apareció detrás de él, con una expresión que mezclaba conmoción
y enojo—. No puedes simplemente tomar todo lo que hemos construido —espetó—
.
Yo no te he quitado nada —dijo Elena con calma—. He
trabajado más duro de lo que jamás podrías imaginar para construir mi propio
imperio. Ahora, estoy tomando el control de lo que es legítimamente mío.
Ryan apretó la mandíbula, pero no dijo nada. Las palabras que Elena
había pronunciado estaban calando hondo y estaba claro que estaba
luchando por procesar la realidad de lo que acababa de suceder.
—Nunca serás feliz sin mí —dijo Ryan finalmente,
aunque había poca convicción en sus palabras.
La sonrisa de Elena solo se hizo más grande—. Ya soy más feliz que nunca
.
Se dio la vuelta y pasó junto a ellos con la cabeza en alto.
No miró hacia atrás. Esta vez, ella tenía el control. Y
nada se interpondría en su camino.