Capítulo 1176
Capítulo 1176
-¿De verdad? Entonces voy a tener que ir a echarle un ojo.
Rosana jamás imaginó que aquí podría toparse con productos de la Empresa del Arce.
La secretaria la llevó primero a recorrer el último piso, presentándole cada uno de los departamentos.
Cada vez que Rosana aparecía en algún área, el ambiente se agitaba. No era para menos: el gran jefe, durante todos estos años, aparte de algún rumor con la famosa socialité Keira Montes, siempre había mantenido un perfil sin escándalos ní chismes.
Y ahora, de repente, paseaba abiertamente con su novia por el grupo empresarial, algo que nunca antes se había visto.
Poco después, Rosana llegó al salón de exhibición, donde pudo ver la historia del Grupo Jurado y varios documentos y recuerdos del pasado.
Frente a los productos de inteligencia artificial creados por la Empresa del Arce, Rosana sintió una oleada de orgullo inexplicable. ¿Por qué se sentía así? ¿Será que, en el fondo, sentía que una parte de ella también pertenecía a todo eso?
En ese momento, la secretaria miró su celular.
-Señorita Lines, tengo que salir a contestar una llamada. No me tardo.
-No te preocupes, atiende lo que tengas que hacer. Solo mándame a alguien que me acompañe a seguir viendo las cosas, ¿sí?
Rosana entendía que la secretaria del presidente siempre tenía mil asuntos pendientes. Quedarse a hacerle compañía solo le quitaría tiempo valioso.
La secretaria le agradeció con una sonrisa sincera.
-Gracias por tu comprensión, señorita Lines. Ahorita le pido a alguien del departamento de secretaría que venga contigo.
Rosana asintió y, mientras veía alejarse a la secretaria, se quedó sola explorando la galería.
Entre los cuadros y fotografías, de pronto se topó con una imagen de Dionisio cuando era niño. El pequeño llevaba un traje, luciendo serio y algo travieso junto a un joven que, por los rasgos, debía ser su papá.
La mujer a su lado, sin embargo, no era Flora. Seguramente era la mamá biológica de Dionisio.
Más adelante, las fotos mostraban la transformación de Dionisio conforme crecía, pero su expresión seguía siendo igual de seria, distante de los demás.
En eso, un grupo de visitantes entró al salón. Venían también a recorrer la exposición.
El hombre que lideraba al grupo echó un vistazo rápido y, al ver a Rosana parada frente a un panel, le señaló con la cabeza.
-¿Y tú qué haces allá parada? ¡Ven rápido!
Rosana, sorprendida, se señaló a sí misma.
-¿Me hablas a mí?
-Pues claro, ¿a quién más?
El hombre, de mediana edad, se acercó a paso apresurado, bajando la voz para hablarle.
-Hoy vienen los inversionistas a visitar el grupo. No vayas a hacer el ridículo, tenemos que presentarles todo como se debe, sobre todo los productos de la Empresa del Arce. Ese es el punto clave, ¿entendiste?
Rosana captó al instante la confusión del hombre. Seguramente la persona encargada de la presentación no había llegado, y él la tomó por la guía.
Ella le sonrió y asintió.
-Perfecto.
Si le hubieran pedido hablar de otra cosa, quién sabe cómo le habría ido. Pero presentar la Empresa del Arce era justo su especialidad.
Rosana se puso al frente, retomó todo lo que la secretaria le había explicado antes, y fue hilando la información con soltura
y confianza.
1/2
21:50
Capítulo 1176
Cuando llegó el turno de los productos de la Empresa del Arce, Rosana dominaba el tema como si estuviera en casa.
Sin embargo, uno de los inversionistas frunció el ceño, dejando ver su descontento.
-¿Este producto no fue el que tuvo problemas de calidad? ¿No se dijo que los materiales causaban radiación? ¿Todavía lo exhiben? ¿No les preocupa ese tema?
Rosana sostuvo la mirada del inversionista.
-Por lo que veo, tal vez no ha estado al tanto de las noticias. Todos los productoson problemas fueron retirados y destruidos. Eso está documentado ante las autoridades. Este modelo que está viendo aquí es seguro, no tiene ningún inconveniente. Puede estar tranquilo.
-Pero fuera de los problemas de calidad, ¿qué tiene este producto de especial? Yo la verdad pienso que las inversiones del Grupo Jurado no tienen sentido. Su jefe, solo por esa tal Rosana, ha llegado a estos extremos.
Al escuchar eso, la expresión de Rosana se tensó de golpe. Sintió cómo una mezcla de sorpresa y molestia la recorría. En el fondo, sus manos se apretaron, pero se obligó a mantener la calma ante la situación…