Capítulo 1171
Cuando Rosana escuchó esa frase, no pudo evitar mirar a Ángela con asombro.
Ya era la segunda vez que oía a Ángela decir algo así.
Quizá era porque Rosana encontraba un parecido entre Estefanía y Leonor Quiroga, así que ahora, al enterarse de que la madre biológica de Leonor había sido descubierta como una farsante en la empresa PZ, el tema de los engaños le llamaba especialmente la atención.
Sara fue la primera en hablar:
-Si dices que es una farsante, ¿entonces qué fue lo que les engañó a todos?
Ángela no desvió la mirada de Estefanía,
-Dilo tú misma, ¿acaso no eres una farsante?
Estefanía esbozó una sonrisa amarga.
-Si insistes en que soy una farsante, entonces eso debo ser.
Ángela apretó los dientes, con rabia a flor de piel.
-Lo sabía, eres una farsante.
Sara la miró con firmeza.
-Mejor lárgate, Angela. No voy a dejar que te lleves a mi hermano,
Ángela levantó la voz, llena de despecho:
-Sara, ya quiero ver el día en que te arrepientas. Esta mujer siempre ha sido una actriz, todos. ustedes se han dejado engañar..
Después de lanzarle una última mirada fulminante a Estefanía, Ángela se dio la vuelta y salió casi empujando la puerta, sin mirar atrás.
Los demás familiares, al ver que Angela ya se había ido, tampoco encontraron razón para quedarse. Poco a poco, todos fueron saliendo, dejando la sala en silencio.
Estefanía levantó la cabeza y miró a Sara, agradecida:
-Gracias por venir a ayudarme.
Sara apretó los labios, como si no quisiera demostrar demasiado.
-Tampoco es para tanto, tú también me ayudaste una vez. Con esto estamos a mano.
Estefanía suspiró, con la mirada algo cansada.
-Mario Chavira siempre ha querido volver, pero yo temía que tu tía se pusiera violenta, así que nunca me atreví a regresar.
Sara frunció el ceño, determinante.
Capítulo 1171
-Ya no tienes que tenerle miedo. Si quieres regresar, hazlo. Nadie más te va a correr.
Estefanía sonrió con alivio y empujó suavemente al muchacho que tenía al lado.
-Mario, dale las gracias a tu hermana.
Mario bajó la cabeza, tímido, y le echó una mirada rápida a Sara antes de murmurar:
-Gracias, hermana.
La verdad, Sara tenía aún menos trato con este hermano que con cualquier desconocido.
Solo sabía que existía, pero siempre había odiado el hecho de que su padre hubiera tenido un hijo fuera del matrimonio, así que desde el principio, había ignorado por completo a Mario.
Después, la muerte repentina de su papá desmoronó todo su mundo.
Ahora era heredera de una fortuna enorme, pero su tía no dejaba de meterle miedo con que la amante y su hijo aparecerían para disputarle la herencia.
Por eso, la presencia de Mario le resultaba incómoda.
Sara, con la mirada llena de sentimientos encontrados, murmuró:
-Mientras yo esté aquí, no tienen que temerle más a mi tía.
La sonrisa de Estefanía tenía un matiz de alivio y gratitud.
-No hace falta que te pelees con tu tía por nosotros. Cuando me recupere, me llevaré a Mario lejos de aquí.
Sara asintió, distante.
-Cuídate y descansa. Yo me voy.
Todavía le costaba acercarse demasiado a ellos.
Rosana se acercó y tomó la mano de Sara. Salieron juntas del hospital, entrelazando los dedos como si quisieran protegerse del mundo.
Estefanía observó cómo se alejaban, con una sonrisa radiante en los labios, aunque en sus ojos se ocultaba una profundidad oscura, imposible de descifrar.
Ya afuera del hospital, Rosana volteó a ver a Sara.
-Lo hiciste excelente. Tu tía no pudo contigo, al final solo le quedó irse echando chispas.
Sara se permitió reírse un poco.
-Rosana, ahora sí entiendo cómo te sentiste cuando te quitaste de encima a tus hermanos. Es justo lo mismo que yo siento con mi tía.
Durante años, ella también había vivido bajo el control de esa mujer.
212
19:50
Capitulo 1171
Si no fuera porque su tía había decidido comprometerla con Alonso Lines y la había mandado al campus para que se acostumbrara a convivir con Rosana, quizá nunca habría salido de su
sombra.
Rosana la abrazó con fuerza.
-Vas a poder con esto, estoy segura. Además, no estás sola, cuentas con nosotros.
Sara asintió, sintiendo el calor del abrazo.
-Lo sé.
De pronto, Dionisio se acercó con aire curioso.
-Oye, Sara, ¿qué quiso decir tu tía cuando llamó farsante a Estefanía? ¿Tú sabes de qué hablaba?
Sara bajó la voz, pensativa.
-Eso también me parece raro. Hace tiempo escuché a mi tía decir que la señora Iglesias no era quien decía ser, que su identidad tenía algo extraño. Yo también investigué. La verdad, la historia de la señora Iglesias sí fue maquillada. Su imagen fue creada para acercarse a los ricos.