Capítulo 1135
Rosana sospechaba que la mamá de Leonor jugaba un papel importante en la empresa PZ, quizás incluso ocupando un puesto directivo, y estaba convencida de que al menos estaba al tanto del engaño y formaba parte de él.
Si lo pensaba de esa manera, tenía sentido que la madre de Leonor siempre evitara mostrarse en público. No era raro: si se presentaba, no tendría manera de ganar, solo le quedaba esconderse y operar en las sombras.
Por otro lado, si la madre de Leonor revelaba su identidad ahora, el plan de la empresa PZ se vendría abajo, justo cuando el engaño aún no terminaba y estaban a punto de atrapar a más víctimas. Mostrar la cara en ese momento sería como tirar todo el trabajo por la borda.
A medida que Rosana analizaba la situación, se convencía más y más de que su hipótesis era correcta. Si quería enfrentar a esa mujer, tenía que buscar otro punto débil.
Miró a Sara y le dijo:
-Si confías en mí, lo que tienes que hacer es buscar de inmediato a un abogado y ver cómo puedes retirar todo tu dinero de la empresa PZ. Si hay una penalización por incumplir el contrato y pierdes algo, ni modo, eso es lo de menos.
-Lo sé, claro que confío en ti -respondió Sara sin dudar-. Si no fuera porque mi tía firmó un contrato de inversión por un año con la empresa PZ, hace tiempo que ya habría sacado el dinero.
Sara siempre había dejado sus inversiones en manos de un gerente profesional y nunca le interesó obtener grandes rendimientos. Para ella era suficiente con no meterse en problemas; al fin y al cabo, su papá le dejó tanto dinero que, mientras no hiciera tonterías, le alcanzaría toda la vida.
Rosana le sonrió con calidez:
-Perfecto. Si quieres, cuando vayas a negociar con la empresa PZ, puedo acompañarte.
-¡Súper! Primero voy a contactar al abogado y luego te aviso.
Sara era una persona de acción. Sin perder tiempo, descolgó el celular y llamó a su abogado de confianza, explicándole su intención de cancelar el contrato de inversión con la empresa PZ.
El abogado escuchó la petición y le respondió:
-Señorita, ¿no me había preguntado ya sobre este tema? El contrato que firmó es por un año y ya transcurrió la mayor parte del plazo. En unos meses más vence, ¿para qué complicarse
ahora?
-Eso fue antes, pero ahora necesito el dinero y no quiero que se quede amarrado.
-Pero, según los términos del acuerdo con la empresa PZ, si cancela antes de tiempo tendría que pagar una penalización. Estamos hablando de una pérdida de cinco millones de pesos.
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Capitulo 1135
¿Vale la pena?
Sara frunció el ceño al notar que el abogado intentaba persuadirla de no romper la relación con la empresa PZ.
-Eso no me importa, tú encárgate de buscar la forma.
-Está bien, lo revisaré y veré qué opciones hay, pero no puedo garantizar que la empresa PZ acepte.
Casi de inmediato, tras colgar la llamada, el abogado marcó otro número. Del otro lado, una mujer contestó con voz suave:
-¿Qué ocurre?
-La señorita Chavira insiste en cancelar la inversión con la empresa PZ, incluso aceptando pagar la penalización. Quiere recuperar el dinero cuanto antes.
-¿Ah, sí? ¿Tanta prisa por el dinero? ¿Para qué lo necesita?
-No lo sé con certeza. Voy a investigar un poco más y le informo cuando tenga novedades.
Tras finalizar la llamada, Estefanía Iglesias soltó una risita burlona.
-Averigua bien qué está pasando con Sara, quiero saber por qué de repente necesita tanto
dinero.
-¿Será que la señorita quiere ayudar a alguna amiga y por eso busca sacar la inversión para apoyar otro proyecto?
Estefanía entrecerró los ojos mientras observaba en su tableta las noticias negativas sobre la Empresa del Arce y Rosana.
-¿Tú crees que sea por eso?
-Seguro que sí. Al final, nuestro plan es perfecto. Mucha gente adinerada firmó con nosotros y nadie sospecha nada raro. ¿Por qué la señorita Chavira iba a darse cuenta?
Estefanía asintió satisfecha.
-Tienes razón, el plan está por concluir. Un poco más y terminamos.
En cuanto todo estuviera hecho, Rosana y Dionisio dejarían de ser una preocupación.
Tomó una foto de Rosana, y con un marcador rojo trazó una gran equis sobre su cara, casi rompiendo el papel,
-Esta partida todavía no termina, niña ingenua.
Mientras tanto, Rosana seguía asistiendo a clases como si nada, aunque sabía que siempre había uno o dos reporteros apostados afuera del campus, esperando captar alguna declaración o reacción.
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Capítulo 1135
Veía circular en internet rumores y comentarios que ponían en duda su capacidad como ingeniera principal, pero decidió no responder a ninguno.
