Capítulo 1129
Román hablaba con un tono tan seguro de sí mismo, que incluso se notaba un aire de
arrogancia en su voz.
Julio, en cambio, sonaba algo preocupado:
-Román, lo único que podemos hacer ahora es compensar en silencio, sin provocar que Rosana se moleste. Ni se te ocurra meterte con la familia Jurado, eso solo traería problemas para la familia Lines.
La familia Jurado era, después de todo, la más poderosa de Nublario.
De cualquier manera, la verdad es que la familia Lines no estaba en posición de buscarse ese tipo de enemigos.
Mira, incluso la mamá de Leonor, con lo atrevida que podía llegar a ser, ni siquiera se atrevía a dar la cara. Seguramente también le tenía respeto a Dionisio.
Pero Román, como si nada, contestó:
-¿De qué te preocupas, Julio? Hoy en día hasta las familias más tradicionales están cambiando. ¿Quién dice que la familia Lines no puede superar algún día a la familia Jurado?
A Alonso se le iluminó el rostro, como si viera un futuro prometedor.
-Estoy de acuerdo con Román. Capaz que un día la familia Lines de verdad supere a la familia Jurado. Si no fuera porque la familia Montes nos jugó chueco, la familia Lines ya estaría en Nublario siendo una de las más importantes.
Gerardo asintió convencido.
-Con Román como puente, ¿qué familia grande no nos daría al menos un poco de respeto? Estoy seguro de que la familia Lines pronto estará al nivel de la familia Jurado. Para entonces, Rosana tendrá todo nuestro apoyo.
Julio echó un vistazo a Román, pero no podía evitar sentirse inquieto.
Claro que sería algo bueno que la familia Lines creciera, pero había algo oculto en lo que decía Román, algo que le daba mala espina.
No pudo evitar preguntar:
-Román, ¿y cómo piensas lograr eso?
Alonso intervino de inmediato, quitándole peso al asunto.
-Ese tipo de cosas las puedo platicar con Román. No te preocupes tanto, Julio. Mejor ocúpate de cómo está Rosana, que siempre es lo que más te interesa, ¿no?
Julio arrugó la frente, pero al ver que Román no pensaba decir más, entendió que no sacaría nada.
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Capitulo 1129
Bueno, al final de cuentas, si algo pasaba, él sería de los primeros en enterarse.
De cualquier modo, no iba a permitir que volvieran a lastimar a su hermana.
Rosana y Dionisio salieron del velatorio.
Ella iba en el asiento del copiloto y preguntó:
-¿Tú crees que puedan sacarle algo de información a ese abogado?
-No es muy probable, pero al menos conseguirán alguna pista. Si ellos ya saben que atraparon al abogado, seguro ya están pensando en cómo reaccionar.
-Eso mismo pensé. Aunque, la verdad, tiene su lado bueno. Después de esto, quien quiera que manden a presentarse, sabrá que vamos a investigarlo o incluso a tomar represalias.
Al final, todos los que se mueven en esas sombras tienen sus propios intereses.
Ya con todo resuelto, Rosana y Dionisio volvieron juntos a Nublario.
Mientras subían al avión privado, Rosana recibió un mensaje de su compañera Esther, la jefa de grupo:
[Gracias, Rosana. Mi primo y mi tía vinieron a disculparse conmigo.]
Esther no era ingenua, seguro se había dado cuenta de que ese cambio repentino de actitud tenía algo que ver con Rosana.
No hacía falta adivinarlo, seguro que Rosana había movido los hilos.
Rosana sonrió al leer el mensaje y respondió:
[Esta noche regreso a Nublario. Cuando tengas tiempo, avísame y jugamos en línea juntas.]
Su sonrisa era suave y sincera.
Dionisio, notando su alegría, se inclinó un poco y preguntó:
-¿Quién te escribió? ¿Por qué te ves tan contenta?
Rosana levantó la cabeza, sus ojos brillando con picardía.
-Adivina.
De pronto, Dionisio se acercó mucho, la miró intensamente y le dio un beso en la comisura de los labios. Su mirada era profunda, casi hipnotizante.
-Mientras no sea alguien que te gustó en el pasado, todo bien.
Rosana se quedó un instante en silencio. ¿Alguien que me gustó?
¿Será que ya lo sabe?
Entonces, observó con atención la expresión de Dionisio y contestó, tanteando el terreno:
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-Por supuesto que no.
Dionisio la miró y dijo con tranquilidad:
-Aunque me lo dijeras, no me molestaría. Al final, todos tenemos un pasado, ¿no?
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