Capítulo 1109
Capítulo 1109
Rosana levantó la vista y sus ojos se encontraron con los de él.
Por lo que decía, parecía estar hablando de lo mucho que ella envidiaba que Sara tuviera un guardaespaldas que además sabía cocinar y hacia el papel de novio, aunque eso último todavía no era público. Sin embargo, Rosana sentía que eso ya estaba más que cantado.
Jamás se habría imaginado que Dionisio se animaría a aprender a cocinar por su cuenta.
Eso sí que la tomó por sorpresa.
Dionisio, con una sonrisa traviesa, le pellizcó la mejilla.
-¿Qué, no crees que pueda hacerlo?
-No es eso, pero tú siempre andas tan ocupado… ¿No te parece que cocinar es una pérdida de tiempo?
Rosana llevaba un tiempo trabajando en la Empresa del Arce, así que sabía bien que, cuando el trabajo se ponía intenso, no quedaba ni un minuto para hacer tareas de la casa.
La verdad, a ella no le molestaba pedir comida a domicilio, no tenía ningún problema con eso.
Dionisio se dio la vuelta.
-Ve a la mesa y espérame.
Al ver que él no tenía ganas de seguir platicando, Rosana optó por caminar directo hasta el comedor y sentarse a esperar. En realidad, ella también sabía cocinar. Antes, para ganarse el cariño de sus hermanos, se dedicó a aprender a preparar los platillos favoritos de cada uno. Pero, al final, todo ese esfuerzo fue en vano, como si se lo hubiera dado a los perros.
En poco tiempo, una porción de desayuno al estilo occidental apareció ante Rosana.
Se notaba que Dionisio no era experto en desayunos complejos, pero tampoco estaba tan mal.
Dionisio, algo frustrado, se sentó a su lado. Cocinar le parecía más complicado de lo que había imaginado; se daba cuenta
de que, al igual que en el laboratorio, había que prestar atención a mil detalles.
Pero mientras se dedicara con empeño, no veía por qué no podría lograrlo.
Rosana probó un poco del huevo frito.
-El sabor está bien -comentó, con una sonrisa disimulada.
Dionisio, orgulloso, tomó asiento junto a ella, con un aire presumido.
-Ya te lo dije, no es tan complicado como parece.
Rosana no pudo evitar reír. Este hombre hasta se sentía importante por algo tan simple.
Cuando terminaron de desayunar, Dionisio habló.
-¿Hoy tienes tiempo para regresar a casa?
-Sí, justo es fin de semana y no tengo clases -respondió Rosana, mirándolo–¿Y tú?
-También tengo tiempo.
Rosana se sorprendió al oírlo y se quedó pensativa.
-¿No tienes trabajo pendiente?
Dionisio dejó sus cubiertos sobre la mesa y la miró con intensidad.
-Últimamente Hilario ha mejorado mucho en la empresa. Ahora él puede encargarse de muchas cosas.
Rosana asintió.
-Eso está bien. Solo me preocupaba que te retrasaras por mi culpa.
No tienes que ser tan formal conmigo.
Capitulo 1109
Al escuchar eso, Rosana bajó la mirada hacia el huevo frito que tenía enfrente, y sintió que el corazón le daba un vuelco.
En ese momento, su celular sonó.
Vio la pantalla: era Julio. Ya que el juicio había terminado, ¿qué más podría querer?
Dudó un momento antes de contestar.
-¿Pasa algo más?
La voz de Julio sonaba preocupada.
-Pensaba organizarle un funeral a Leonor, pero en el hospital me dijeron que su madre se llevó el cuerpo.
-¿Cómo?-Rosana apretó el teléfono-. ¿No han encontrado a su mamá?
-No, no han encontrado nada. Ni rastro de la señora ni del cadáver. No es que me preocupe el cuerpo, sino que la actitud de la mamá de Leonor es muy extraña. Se apareció de la nada y se llevó el cuerpo sin decir nada. ¿Será que teme que hagamos algo con él?
Julio sentía que algo no encajaba, por eso decidió marcarle a Rosana de inmediato.
Rosana tampoco imaginó que esa mujer, que siempre se había mantenido en las sombras, ahora se llevaría en secreto el cuerpo de su hija.
-Quizá de verdad teme que les hagan algo -murmuró-. Como ellos mismos harían eso, piensan que los demás también. -Rosana, me preocupa que la mamá de Leonor quiera vengarse. Al final de cuentas, uno no entra a una familia si no es igual que ellos. Y si la otra está escondida, ¿cómo nos vamos a cuidar?
-¿Entonces qué quieres hacer? -preguntó Rosana, con un tono sereno.
-Tú tienes buena relación con el señor Jurado, ¿no? Pídele que nos ayude a buscar a la señora. Nosotros también vamos a seguir buscando, pero entre más personas, mejor. Si resolvemos esto pronto, no tendríamos que preocuparnos por posibles represalias.
Rosana escuchó todo, y su respuesta fue cortante.
-En vez de preocuparte por si me van a querer hacer daño a mí, mejor preocupate por ustedes.
-Si solo vienen por nosotros, yo ni me preocuparía tanto. Es que temo que te salpiquen a ti.
Capítulo 1110

