Capítulo 1097
Rosana no lograba entenderlo.
¿Acaso los de la familia Lines no podían hacer algo bien, por una vez en la vida?
Al parecer, los Lines también se habían enterado de la repentina filtración sobre Leonor.
Julio llegó casi corriendo, con la cara desencajada.
-Rosana, te juro que yo ya tenía todo arreglado, ni idea de por qué salió el rumor de la muerte de Leonor.
Alonso frunció el ceño, claramente molesto.
-Rosana, esto no tiene vuelta de hoja, aquí alguien está moviendo los hilos por detrás. No hay forma de que la noticia de la muerte de Leonor se haya filtrado así nomás.
Gerardo se acercó para intentar calmar la situación.
-Así es, Rosana, ponte a pensar: ya habíamos hablado con todos en los medios, no iban a sacar la noticia por su cuenta. De repente se filtra que Leonor murió, y encima dicen que nosotros la obligamos a quitarse la vida. ¿Cómo crees?
Rosana escuchó a Gerardo y su mirada se volvió más dura.
-¿Entonces crees que hay alguien detrás de esto?
Gerardo negó con la cabeza, apretando los labios.
-Aún no lo sabemos, pero para que el asunto explotara tan rápido y la noticia se hiciera viral, seguro que alguien estuvo manipulando las cosas.
Ya un poco más tranquila, Rosana también lo notó.
Sí, era obvio que había alguien moviendo todo en las sombras.
Pero, ¿quién?
Dionisio intervino, usando ese tono seguro de siempre.
-Aunque el chisme se haya regado, no va a cambiar la sentencia de un rato más.
Tadeo añadió, cruzándose de brazos.
-Si solo fuera una filtración en los medios, sería fácil de manejar. Pero hace rato llegó un abogado diciendo que es el representante legal de Leonor y que trae nuevas pruebas para
entregar.
-¿El abogado de Leonor? ¿Quién se lo pagó? -preguntó Rosana, desconfiada.
Según lo que ella sabía de Leonor, esa mujer jamás habría previsto algo así.
Tadeo negó y lanzó una mirada a los Lines.
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-Eso habría que preguntarles a ellos.
Julio se veía tan sorprendido como todos.
-¿De dónde iba a sacar Leonor dinero? Además, lo poco que le prometí se lo iba a dar después de la sentencia. Ahora ya ni está viva, ¿cómo pudo armar todo esto?
Román, que hasta entonces solo escuchaba, habló despacio.
-Entonces no fue Leonor la que hizo esos arreglos.
Gerardo insistió, desconcertado.
-Si no fue Leonor, ¿entonces quién? No me digan que fue Maurino, porque sus amigos ya están presos y él apenas puede salvarse.
Román miró a todos y soltó la bomba.
—Leonor, además de su papá, todavía tiene a su mamá biológica.
Rosana lo miró incrédula.
-¿Estás diciendo que la mamá de Leonor apareció? Pero se supone que la corrieron cuando Leonor era niña, ¿no?
Ella misma había investigado el pasado de Leonor y sabía que la mamá de esa mujer había desaparecido hacía años, sin dejar rastro.
Incluso en la vida pasada de Rosana, jamás se supo nada de la madre de Leonor.
Tadeo miró a Román, intrigado.
-¿Y cómo sabes eso? El abogado dijo que venía en nombre de la mamá de Leonor, sí.
Rosana preguntó, intentando atar cabos.
-¿Y la mamá de Leonor ya llegó?
-Solo vino el abogado, esa mujer no ha dado la cara.
Tadeo se volvió hacia Rosana.
-No sabemos qué piensa hacer el abogado, así que ahora estamos atados de manos.
Dionisio se acercó y miró a Rosana con seriedad.
-Ya descubrimos quién manipuló a la prensa.
-¿Quién fue? -preguntó ella, ansiosa.
-Ya mandé a mis muchachos a buscarlo. En cualquier momento tendremos el nombre.
Dionisio había estado metido de lleno en eso desde hacía rato. Ni en sus peores escenarios pensó que justo el día de la sentencia saldría semejante lío.
Rosana arrugó la frente, sin disimular la molestia.
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-¿Se puede saber quién es ese abogado?
Tadeo respondió encogiéndose de hombros.
-Es alguien nuevo, nunca lo habíamos visto; dudo que tenga mucha experiencia. Tranquila, lo importante no cambia: las pruebas contra Miranda y Maurino están tan fuertes como siempre. Rosana soltó una risa amarga.
-Pero esto puede afectar la sentencia de muerte contra Miranda, ¿verdad?
Tadeo asintió, resignado.
-Sí, ni modo, no hay de otra.
Rosana sintió un ardor en el pecho. Le dolía no poder ver a Miranda pagar con su vida.
Tadeo revisó el reloj y se despidió con prisa.
-Voy a ver si me entero de algo más. Ustedes, encárguense de controlar los medios y las noticias que están saliendo.
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