Capítulo 1091
Julio observaba a Román, sintiendo que ahora su hermano estaba aún más desquiciado que antes.
Román apartó la mano de Julio con una indiferencia marcada en el rostro.
-Esto es asunto mío, Julio. Déjalo así, yo sé lo que hago.
-Román, por favor, no vayas a hacer ninguna tontería. Al menos espera a que termine el juicio. Si cometes algún error y nos agarran en curva, ¿cómo vamos a explicarle después a Rosana?
Félix asintió, coincidiendo con Julio.
-Sí, Román, la neta. Al final, para Rosana, nosotros los hermanos solo servimos para meter la pata. No quiero volver a ver esa mirada que nos echó hace rato, de verdad que no.
Todo esto había comenzado por culpa de Benito, que terminó provocando que Leonor muriera en la sala de operaciones.
Los demás tendrían que aprender de este golpe, no podían seguir cometiendo los mismos
errores.
Román tenía el semblante rígido, con una expresión entre sarcasmo y desdén.
-Ustedes ni saben lo que pasa por su cabeza. En cuanto termine el juicio, ni nos va a pelar.
Julio forzó una sonrisa triste.
-Ya lo sé. Pero también hay que reconocer que la regamos feo en el pasado. Si está enojada, tiene todo el derecho.
Gerardo, con los labios apretados, soltó:
-La verdad, sí quedamos mal en aquel entonces. Pero yo confío en que, cuando se acabe todo esto, las cosas se van a calmar. Con el tiempo, Rosana va a ir soltando el coraje.
Julio asintió, sintiéndose un poco más tranquilo.
-Eso pienso yo también. Al final, seguimos siendo familia. Cuando pase este lío legal, Rosana va a ir dejando atrás la bronca. Ya no va a estar enojada con nosotros para siempre.
Pero Román no parecía tan convencido.
-¿Y quedarse de brazos cruzados qué? ¿Eso es lo que proponen?
Julio lo miró sorprendido.
-¿Y entonces qué sugieres? ¿Tienes alguna idea mejor o qué?
Había que sacarle a Román lo que tramaba, para anticiparse y evitar que la situación con Rosana se saliera de control otra vez.
Román, con una seguridad que rayaba en la arrogancia, respondió:
1/3
15:17
Capitulo 1091
-Por supuesto que tengo una solución.
-¿Qué solución?
Román no dijo más. Su voz bajó de tono, volviéndose casi un susurro.
-Cuando termine el juicio, se los voy a decir. Ahora no es el momento.
Gerardo, con un brillo de esperanza en los ojos, preguntó:
-¿Neta tienes una manera de que Rosana regrese a la familia Lines, que vuelva a estar bien
con nosotros?
-Sí, sí se puede. Todo puede volver a ser como antes.
La voz de Román se volvía lejana, casi misteriosa, mientras sus ojos brillaban con un dejo
insondable.
Julio sintió un escalofrío, una incomodidad profunda.
-Román, por favor, consulta cualquier cosa con la familia. No actúes solo. No podemos volver a presionar a Rosana para que haga algo que no quiere. Solo vas a lograr que nos odie más.
Después de tanto tiempo intentando llevarse bien, Julio por fin entendía en qué se habían equivocado todos.
Ellos siempre creyeron que sabían lo que era mejor para Rosana, tratándola como si fuera una
niña.
Pero Rosana ya había dejado de ser una chiquilla hacía mucho.
Ahora era independiente, fuerte, alguien que ellos ya no podían controlar ni manipular.
Solo que Román ni se inmutó ante las palabras de Julio. Se dio la vuelta y se marchó sin mirar
atrás.
Julio miró a Gerardo, serio.
-Tú eres el que más se lleva con Román. Por favor, ponle ojo. Si ves que piensa hacerle algo a Rosana, avísame de inmediato.
Gerardo asintió.
-No te preocupes, Julio. Te aviso cualquier cosa.
Dicho esto, Gerardo siguió a Román, alejándose también.
Félix se acercó a Julio, bajando la voz.
-Julio, la neta yo siento que Román ya no es el mismo de antes. ¿No te parece?
-Sí, lo sé. Por eso estoy tan preocupado.
Julio sentía que cada vez entendía menos a Román.
15:17
Capítulo 1091
Justo cuando las cosas con Rosana parecían ir mejor, no podían permitirse que una locura de Román volviera a romper lo poco que habían reconstruido.
Alonso Lines, que había estado escuchando todo desde un rincón, intervino sin rodeos.
-Julio, de verdad te la pasas pensando en estas cosas. Mejor enfócate en revivir tu empresa. Tanto tiempo preocupándote por Rosana y los hermanos, cuando deberías pensar en cómo levantar tu compañía de nuevo.
Julio lo vio directo a los ojos.
-Alonso, para mí ahora lo más importante es mi hermana. Perdí de vista lo que de verdad vale la pena, y por eso todo acabó así. La empresa no vale más que la familia, y eso es lo que antes no entendía.
3/3

