Capítulo 1072
Miranda estaba llena de frustración y justo cuando iba a seguir insultando, alguien a su lado le advirtió que no debía hacer tanto escándalo en ese lugar. Sobresaltada, se quedó de mala gana en el banquillo de los acusados.
Durante la audiencia, Miranda no dejaba de exclamar: -¡Soy inocente! No contraté a nadie para matar. Fue ese chofer quien actuó por su cuenta para luego intentar extorsionarme.
Del otro lado, Maurino se mantenía sereno, ya que contaba con pruebas suficientes para demostrar que Miranda había contratado a alguien para cometer el asesinato.
Cuando se reprodujo el video como evidencia en la sala, el rostro de Miranda cambió drásticamente. Mirando fijamente a Maurino, dijo: -Así que tenías un as bajo la manga.
El corazón de Miranda se hundió. Siempre había menospreciado a Maurino y su grupo, pero ahora se daba cuenta de que sus pensamientos eran mucho más astutos de lo que había imaginado. En el fondo se preguntaba si realmente eran solo delincuentes comunes. ¿Podrían tener un plan tan elaborado?
Con la evidencia del video, el destino de Miranda estaba sellado. Además, el testimonio de Maurino era suficiente para demostrar que ella había sido quien contrató el asesinato.
Aun así, Miranda no estaba dispuesta a rendirse: -¡Estoy siendo incriminada! ¡El testimonio de Maurino no es confiable! Su hija tuvo un hijo con la familia Lines, jél fue sobornado!
Miranda agotaba todos sus recursos para no admitir su culpa. No quería morir; quería seguir
viva.
En ese momento, su esposo Ignacio también testificó en su contra, señalándola como la responsable de haber contratado el asesinato. Al escuchar a su esposo traicionarla, Miranda sintió un odio profundo hacia él.
-¿Por qué haces esto? -gritó Miranda, señalando a Ignacio. ¿En qué te he fallado? Todo lo que hice fue por el bien de la familia Montes.
Ignacio la miró con desprecio y respondió: -Todo esto es tu culpa. Si no fuera por ti, la familia Montes no estaría en esta situación. Debí haber escuchado a mi madre y no haberte llevado a casa. Ni siquiera pudiste darme un hijo.
-Ignacio, ¿crees que acusarme te servirá de algo? Igual serás condenado por encubrimiento -replicó Miranda,
-Aceptaré el castigo que me corresponde, pero tú tampoco escaparás de tus crímenes. Morirás; te sentenciarán a muerte -dijo Ignacio con tono de repulsión.
Al escuchar esas palabras, Miranda tembló de miedo, sus piernas se debilitaron y, con los ojos en blanco, se desmayó.
Tras el desmayo de Miranda, el juicio tuvo que ser suspendido temporalmente.
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Capitulo 1072
Después del receso, Rosana le comentó a Tadeo: -¿Crees que pueda haber algún imprevisto?
-No te preocupes, con toda la evidencia que tenemos, Miranda no tiene escapatoria. Podrá desmayarse una vez, pero ¿acaso puede hacerlo cien veces? -respondió Tadeo con confianza. Rosana también se dio cuenta de que el desmayo de Miranda era solo una táctica para evadir la realidad.
Al bajar del estrado, Sara y Marina se acercaron a Rosana: —¡Felicidades! Por fin el culpable pagará por lo que hizo.
Ignacio, tras testificar, también sería detenido, ya que era cómplice por encubrimiento. Sin embargo, se dirigió a Dionisio con una sonrisa complaciente: -Sr. Jurado, ya me entregué, debes cumplir con tu promesa.
Dionisio asintió, y con eso, Ignacio se dejó llevar sin resistencia, satisfecho.
Keira, quien había observado todo, se sintió esperanzada. Se acercó rápidamente a Dionisio y le preguntó: -¿Aceptaste las condiciones de mi papá para ayudar?

