Capítulo 1054
-Yo me encargo de prepararlo, solo necesito un laboratorio, ya que el antídoto necesita ser configurado dijo Román con determinación.
Al escuchar esto, Rosana miró a Dionisio.
Él asintió con la cabeza. -Enviaré a alguien para que lo prepare de inmediato.
-Voy a hacer una lista del equipo que necesito, pero será caro -continuó Román.
Dionisio lo miró a los ojos, y aunque sus miradas se cruzaron, la atmósfera entre ellos no era
nada amistosa.
-No importa cuánto cueste, eso no es problema -respondió Dionisio con firmeza.
Román soltó una risa burlona. -Luego enviaré a mi asistente para coordinar contigo.
La actitud altiva de Román dejaba claro que no le importaba mucho la presencia de Dionisio.
A un lado, Óscar observaba la escena, sintiéndose molesto pero sin decir nada, ya que en ese momento solo Román podía hacer lo que necesitaban. No podían permitirse enemistarse con
él.
Rosana suspiró aliviada, al menos así la situación estaba decidida, y la señora Jurado tenía
una esperanza.
En ese momento, Román la miró. —¿Tienes tiempo esta noche?
Rosana lo miró con cautela. -¿Para qué?
-Nada en especial, hace mucho que no vienes a casa y todos te extrañan. Si tienes tiempo, podrías venir a cenar -sugirió Román con una sonrisa.
Rosana sintió una resistencia interna ante la idea.
Julio intervino. -Sí, Rosana, al fin y al cabo, somos hermanos. Aunque hayamos tenido diferencias, siempre que necesitas algo, estamos aquí para ayudarte.
Dionisio entrecerró los ojos. -¿No pueden dejar de presionarla emocionalmente?
-Esto no es presión emocional, solo es una sugerencia. No la estamos obligando -replicó Gerardo.
Julio miró a Rosana. -Solo queremos cenar contigo, Rosana, sin ninguna otra intención.
-Pero si no quieres, está bien. Aun así, lo que prometí sobre la familia Jurado, lo cumpliré -agregó Román.
Rosana, con una expresión pensativa, respondió. -Esta noche no puedo, pero mañana sí.
Román asintió, aliviado. -De acuerdo.
La familia Lines se retiró, aunque Gerardo parecía insatisfecho, sintiendo que Rosana debería
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haber regresado con ellos. Sin embargo, Julio lo convenció de irse.
Una vez que la familia Lines se había ido, Dionisio miró a Rosana y dijo: -No quiero verte en una situación difícil por mi culpa.
Ella lo miró a los ojos oscuros y sintió un leve estremecimiento. -No es una carga.
Después de todo, solo era ir a cenar con la familia Lines. Podía soportarlo.
Dionisio aún se sentía frustrado. -Buscaré a otra persona para que lo revise. Ahora que conocemos la causa, debe haber más opciones aparte de Román.
Rosana asintió. -Eso sería lo mejor.
Era una medida de precaución, y en verdad, no confiaba completamente en Román.
Miró el reloj. -Voy a regresar a la escuela.
-Te llevo.
-No es necesario, tengo mi carro en el hospital, puedo manejar de regreso.
Rosana le hizo un gesto a Óscar. -Me voy.
Óscar asintió, observándola mientras se alejaba, y luego se dirigió a Dionisio. -¿Ves lo buena que es Rosita contigo?
El rostro de Dionisio se ensombreció. -Simplemente me siento frustrado.
-Así es la vida, no siempre todo sale perfecto. A veces hay que pedir ayuda, y ahora no es momento de preocuparse por esas cosas.
Óscar vio la expresión tensa de Dionisio y añadió con seriedad. -Considera que le debes a
Rosita.
-Pero no quiero.
-¿Y todas las veces que le has debido antes? Rosita ya dijo que no le importa. Podrías dedicarle tu vida entera, ser su apoyo incondicional.
Seguían conversando cuando la puerta de la habitación se abrió.
Flora apareció en el umbral, mirando a Dionisio con preocupación. -Dime la verdad, ¿mi salud está empeorando?
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