Capítulo 6 

“Debe ser porque últimamente has pasado demasiado tiempo conmigo y la has descuidado. Ella solo está siendo caprichosa,” las lágrimas de Cynthia caían como aguacero, llegando sin aviso y deteniéndose igual de rápido. 

Gabriel, observando a su hija hermosa como una flor, sentía un dolor inmenso en el corazón. No podía evitar estar enfadado con Marina. Con un resoplido dijo: “Mar realmente no tiene consideración. Justo cuando Cynthia está recuperándose, comienza con sus tonterías. ¿Por qué hace que Cynthia se preocupe tanto?” 

Isaac miró a Gabriel con una mirada profunda: “No olvides que ella también acaba de ser operada. Solo ha sido caprichosa esta vez. Déjala ser.” 

Gabriel se quedó pasmado, un destello de vergüenza cruzó sus ojos. Casi enseguida, sonrió: “Ella es fuerte, estará bien.” 

Isaac lo miró fijamente con severidad, y Gabriel de inmediato se calló. 

Cynthia, agarrando la mano de Isaac, con los ojos llorosos dijo: “Isaac, ¿alguna vez has pensado que el amor entre tres personas puede ser demasiado agobiante? Esta vez, por mí, le quitaste un riñón a Mar. Aunque no lo diga, debe estar herida por dentro, por eso actúa sin pensar. Isaac, ¿por qué no te divorcias de Mar? Después de todo, no la amas. Me amas a mí, casémonos y juntos compensaremos a Mar. ¿Qué te parece?” 

Isaac, sin mostrar rastro alguno de sus sentimientos, la apartó suavemente: “Cynthia, ya te dije, no voy a divorciarme de Mar. Menos ahora que está enferma, tengo que cuidarla por el resto de su vida. En este matrimonio no tengo el derecho de rendirme.” 

Cynthia sintió como si un balde de agua fría se derramara sobre ella. 

Con el corazón roto, sollozó: “Isaac, has sido invencible en el mundo de los negocios, sin importar a cuántos haya que sacrificar. ¿Qué te ata a Marina de esta manera?” 

Isaac respondió: “En los negocios, usas las estrategias del enemigo contra él mismo. Pero Marina en ningún momento ha estado en mi contra.” 

Cynthia rompió en llanto: “Isaac, si hubiera sabido que después de este insoportable tratamiento no podría tenerte, ni si quiera hubiera aceptado ese riñón.” 

Isaac dijo: “El mundo es justo, Cynthia. Aunque perdiste el amor, ganaste una nueva vida. Y Marina, aunque perdió un riñón, ganó el título de señora Córdoba.” 

Isaac, con el rostro sombrío, se alejó lentamente. 

Cynthia, cubriéndose el rostro, lloraba: “No es justo, no es justo en absoluto… ¿Cómo voy a poder vivir sin ti?” 

Gabriel, sintiendo pena por Cynthia, se apresuró a consolarla: “Ay, mi tesoro, por favor deja de llorar. Me duele hasta el alma verte así. No te preocupes, tu hermana siempre ha sido razonable. Encontraré el momento para hablar con ella. Le haré ver que lo mejor es que 

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Capítulo 6 

renuncie a Isaac.” 

Cynthia finalmente dejó de llorar. “Tienes razón, papá. Isaac es un hombre de negocios; valora su palabra. Entonces, enfoquémonos sobre Marina. Le compraremos casa y auto. Debe ser más que suficiente para convencerla de dejar a Isaac.” 

“Exacto, exacto. Tu papá siempre tiene una solución. Tú e Isaac volverán a estar juntos.” 

En la mansión de la familia Córdoba. 

Al volver a casa, Isaac no fue recibido con el usual y alegre “mi amor“. Se sintió incómodo y frunció el ceño al preguntar a la criada que abrió la puerta: “¿Dónde está Marina?” 

La criada tomó su abrigo: “Señor, la señora ha estado muy extraña hoy. Volvió a casa y se encerró en su habitación sin salir. No responde cuando la llamamos.” 

Isaac, sorprendido, miró hacia arriba: “Voy a verla.”