Capítulo 54
El abrazo fue inevitable. Marina esperaba un gesto fugaz, pero la diferencia de estaturas, Salvador, con su porte alto y atlético, envolvió sin esfuerzo su delicada figura. Bajo el abrazo, pudo sentir la firmeza de su cuerpo, moldeado por años de ejercicio constante.
Marina no pensó más y le preguntó de corrido: “¿Cómo ha sido el regreso a casa?”
“¿Tu madrastra y tu hermano te han tratado con desdén?”
“¿Tu abuelo te trata bien?”
Salvador respondió estrechándola con más fuerza, como si temiera que fuera a desvanecerse entre sus brazos.
Recordó el día que regresó a casa, tras enfrentarse a su madrastra durante la cena y su padre, que, sin preguntar, tiró su plato de comida al suelo y le ordenó que se arrodillara en el frío suelo como castigo.
El mensaje era claro: para los Nolan, él seguía siendo un intruso. Esa noche había aguantado en silencio, tragándose la rabia.
“Estoy bien,” dijo al fin, con una sonrisa radiante.
Marina lo examinó de arriba abajo, dándole vueltas, y solo después de confirmar que estaba completamente sano, soltó un suspiro de alivio.
Solo entonces recordó el motivo de su visita y sin rodeos extendió la mano pidiendo: “¿No dijiste que tenías una sorpresa para mi?”
Salvador se acercó un par de pasos hacia ella, señalándose la cara: “Aurora, la sorpresa está aquí.”
Marina entonces comprendió que la sorpresa era él mismo.
Marina rio, fingiendo decepción. “¿Y eso qué clase de sorpresa es? No se puede ni comer…”
Salvador se defendió: “Pero ¿acaso no soy guapo? Admírame como admiras las flores y la luna. Soy el galán de mi escuela.”
Marina, con una ternura indulgente, le acomodó la corbata: “Sí, mi Salva es el más guapo. Lástima que esa madrastra y su hijo sean quienes disfruten viéndote a diario. Seguro comen doble solo de tenerte cerca.”
Salvador sonrió con amargura. Sabía bien que aquellos dos preferirían verlo muerto antes que
admirarlo.
“Aurora, ahora que eres aprendiz de Jasmine, ¿tienes algún plan?” Preguntó Salvador, una vez
sentados.
Marina, con una calma serena en sus ojos, respondió: “Por ahora, seguiré aprendiendo con Jasmine. Una vez que mejore mis habilidades, quiero crear mi propia marca de ropa y abrir mi
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Capitulo 54
compañía de moda y joyería.”
Salvador frunció el ceño: “¿Eso es todo?”
Marina asintió. Cumplir esos sueños ya sería más de lo que jamás había imaginado.
“¿Y qué hay de Isaac…?”
El rostro de Marina se tensó, lleno de resistencia: “Lo que tuve con Isaac fue una tortura que me dejó cicatrices. Definitivamente quiero divorciarme de ese imbécil, pero el costo de nuestro divorcio es demasiado alto para él, no aceptará fácilmente.”
Salvador guardó silencio por un momento antes de sonreír: “Bueno, apenas comienzas tu carrera bajo la tutela de Jasmine. Es el mejor momento para concentrarte en tu carrera; el divorcio puede esperar.”
Los ojos de Marina brillaron: “Sí, voy a dedicar toda mi pasión a mi carrera.”
Salvador le pasó un vaso de leche a Marina, y luego levantó su vaso de tequila: “Entonces brindemos, deseo que tengas un futuro brillante y que, al regresar, brilles más que nunca.”
Marina sonrió, pero su sonrisa desapareció al ver el tequila en la mano de Salvador. Con un gesto de molestia, le quitó el tequila y le pasó un vaso de café frío: “Por ti, que después de mil tempestades, sigas siendo joven.”
Ambos compartieron una sonrisa, y muchos sentimientos complejos se mezclaron en su café y
leche.
El sonido del elevador rompió el momento. Isaac emergió, dirigiéndose a Valeria: “¿Está Marina aquí?”