Capítulo 472
Sin que nadie se lo esperara, Eugenio cambió el rumbo de la conversación de repente: “Salva, ya que todos estamos aquí, ¿Qué tal si decidimos la fecha de tu boda con Daniela?” Al instante, la propuesta recibió el apoyo entusiasta de los presentes, tanto de la familia Nolan como de la familia Hidalgo.
“Exactamente. Salva y Dani son como dos medias naranjas, fueron hechos el uno para el otro,”
Guzmán secundó con entusiasmo.
“Mi niña se enamoró de Salva a primera vista, hemos estado esperando este día con ansias,” dijo Mauricio, radiante de felicidad.
Salvador, jugueteando despreocupadamente con sus uñas, respondió con una mirada fría: “¿Mi matrimonio con la señorita Hidalgo? ¿Quién lo decidió? Yo no estaba al tanto.”
El bullicio en la sala se apagó de golpe.
Todos intercambiaron miradas desconcertadas.
Florentino intentó suavizar las cosas: “Salva, tu boda con Daniela fue algo que Eugenio y yo decidimos. Consultamos a un experto sobre su compatibilidad, y nos dijo que ustedes dos son muy compatibles, que están destinados el uno al otro.”
Daniela, sonrojada, se puso de pie al lado. “Salva, me gustas.”
Salvador, con el rostro serio, declaró: “No estoy de acuerdo con este matrimonio.”
El semblante de todos se tornó sombrío.
“Salva, hoy es el cumpleaños de Daniela. ¿De verdad vas a avergonzarla? ¿Dónde quedó tu caballerosidad?” Dijo Guzmán, reprimiéndolo con severidad.
La mirada de Salvador se endureció, emanando un brillo frío. ¿Acaso pensaban que era un gato enfermo al que no le importaba?
“¿Intentan chantajearme moralmente? El matrimonio es un asunto vital para una persona. Ustedes han decidido este compromiso sin mi consentimiento. Me gustaría saber, ¿Nuestra familia ahora apuesta por una dictadura?”
Eugenio, con una mirada de reproche hacia Florentino, dijo: “Nolan, ¿Acaso no consultaste con Salva sobre esto?”
El rostro del hombre se tornó entre rojo y pálido.
“No hay necesidad de consultar. Si es miembro de nuestra familia, debe obedecerme.” Dijo Florentino con ira.
Salvador, furioso, exclamó: “Si ese es el caso, desde este momento ya no llevaré el apellido Nolan. De ahora en adelante, tampoco seré parte de la familia.”
Luego, girándose hacia sus amigos y familiares, dijo: “Por favor, de ahora en adelante
Capitulo 472
Ilámenme Enzo.”
La multitud estalló en murmullos.
Algunos no pudieron evitar cuchichear:
*
“Florentino se está saboteando a sí mismo. Ha perdido a un gran pilar. Sin su apoyo, la familia Nolan realmente se ha condenado.”
“Así es. La familia Nolan solo tiene dos herederos, Salvador, que prometía mucho, y Federico, que no vale nada. ¿Cómo puede Florentino ser tan ciego para abandonar a Salvador y en su lugar apoyar a Federico como su heredero?”
“Florentino está perdido.”
Al escuchar los susurros de la gente, Salvador tuvo una epifanía, como si entendiera algo profundamente. Una loca sospecha comenzó a gritar dentro de él.
Estaba desesperado por saber: ¿Cuál era la verdadera razón por la que su abuelo lo había abandonado?
Probablemente no era tan simple.
Florentino apuntó a Salvador, diciendo: “Eres un desgraciado, un traidor. Si te atreves a rechazar esta unión, entonces ya no te consideraré mi nieto.”
Una voz robusta y alegre resonó.
“Jaja. Florentino, eso lo has dicho tú mismo. Si tú no quieres a mi nieto, entonces nunca podrás retractarte. Yo, por mi parte, me llevaré a mi preciado nieto.” Dijo Fabián.
Un militar con años de servicio, emanando un aura de determinación.
Florentino soltó un bufido frío sin decir palabra.
“Eugenio, en nombre de mi nieto, te ofrezco a ti y también a la señorita Hidalgo una disculpa. Él aún es muy joven, y hablar de matrimonio a esta edad es prematuro.” Dijo Fabián.
Eugenio entendió él le estaba ofreciendo una salida digna y la aprovechó. “Claro, claro, lo que dice Fabián tiene sentido. Ellos todavía son muy jóvenes, no hay prisa por comprometerse.”
10.30