Capítulo 466
Aurora se sintió tan incómoda bajo su coqueteo que, apenas el auto se detuvo en su destino, abrió la puerta y casi huyó despavorida.
Salvador la observó alejarse tambaleante, y una sonrisa se esparció por su rostro. Luego bajó la mirada hacia la mano que había sostenido a Aurora, sintiendo su corazón dulce como la
miel.
En la entrada de Grupo Córdoba, muchos periodistas con cámaras estaban esperando ansiosamente la aparición de Enzo, el misterioso fundador de Impulsa 21.
Para ellos, obtener información de primera mano del magnate más importante de Ciudad de México era un honor sin igual.
Cuando el Rolls–Royce llegó a la entrada de Grupo Córdoba, todos contuvieron el aliento.
Primero, la puerta del copiloto se abrió y salió un joven atractivo, inteligente y estable. Vestido con un traje bien cortado, claramente era un elitista educado.
Cuando todos pensaron que él era Enzo, este se inclinó respetuosamente y abrió la puerta trasera, recibiendo caballerosamente a la persona en el asiento trasero.
Un par de zapatos de negocios negros tocaron el suelo. El estilo de los zapatos indicaba que se trataba de un hombre de mediana edad o incluso mayor.
Luego, se asomaron unas piernas largas y rectas, y cuando toda la persona emergió del auto, todos quedaron asombrados.
A pesar de tener un rostro joven y hermoso, vestía con una madurez inusual. Esa madurez atípica le daba un aura poderosa, demostrando su capacidad para controlar la situación.
Los micrófonos de los medios se movieron instantáneamente hacia él: “Señor Montalbán, hemos oído que a pesar de su juventud, posee activos por miles de millones. ¿Es eso cierto?”
Salvador pensó por un momento, y recordó las palabras de Aurora: “Quiero mucho, mucho dinero, y también mucho, mucho amor“.
Entonces, corrigió muy en serio a los periodistas: “No es correcto. No son miles de millones, son miles y miles de millones.”
Andrés y Víctor quedaron impresionados por la repentina ostentación de riqueza de su jefe.
“¿Qué le ha pasado? ¿Por qué de repente es tan ostentoso?”
Alguien le preguntó a Salvador: “Siendo tan joven y habiendo ganado tanto dinero, ¿Podría decirnos cuál es el motor detrás de su éxito?”
El joven respondió sin dudarlo: “Mi único motivo para ganar dinero siempre ha sido darle a la chica que me gusta una sensación de seguridad suficiente.”
Los medios estallaron: “Wow, esa chica que tiene en lo más alto de su corazón debe sentirse
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increíblemente afortunada.”
Andrés, quien se quedó sin palabras, dijo: “Al final, es un romántico empedernido. Certificado y sellado.”
Víctor añadió: “No, es un super romántico empedernido.”
La entrevista con los medios parecía interminable, Isaac, impaciente, decidió salir a recibir a
los invitados. Cuando vio a Salvador rodeado por los medios como si fuera una estrella, se quedó boquiabierto.
“¿Qué hace él aquí?”
Su gerente de relaciones públicas le respondió: “Presidente Córdoba, él es el Señor Montalbán, quien compró nuestro Grupo Córdoba.”
Los ojos de Isaac se agrandaron, mezclando shock con temor: “¿Salvador es Enzo?”
El gerente de relaciones públicas, quien había oído hablar mucho de Salvador pero nunca lo había conocido, también se quedó asombrado al saber que Enzo era el joven señor de Grupo
Nolan.
“Presidente, los Nolan y los Córdoba, ¿No son familias amigas desde hace generaciones? Si sacas a relucir la amistad de tus ancestros, quizás el Señor Nolan podría mostrarse indulgente. Si le pedimos que invierta en el Grupo Córdoba, seguramente podríamos superar
esta crisis.”
Isaac dijo sin fuerzas: “Cualquiera podría darnos una salida, excepto él, eso nunca sucederá.”
El gerente palideció.
Salvador, al ver a Isaac, caminó hacia él con paso firme.
Salvador ni siquiera tuvo que lidiar personalmente con él, ya que sus dos brazos derechos empezaron a atacar a Isaac por ambos flancos.
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