Capítulo 446
Federico, al ver ese rostro familiar, se quedó de piedra. “¿Salvador? ¿Cómo es que tú…?”
Un sentimiento de inquietud invadió todo el ser de Federico, su mirada temblorosa cayó sobre el contrato. Justo en ese momento, había apostado toda su fortuna en ese proyecto. Si algo salía mal, quedaría en la ruina.
Salvador lo miraba con calma. Un reencuentro entre hermanos debería haber sido cálido, pero no lo fue. Como socios deberían haber discutido los beneficios, pero tampoco lo hicieron.
La primera frase que Salvador pronunció dejó a sus dos secretarios de confianza chamuscados tanto por dentro, como por fuera.
“Federico, ¿Me enteré que durante los dos años que me fui de la Ciudad de México, has estado
codiciando a Aurora?”
Víctor y Andrés casi escupieron sangre. Víctor le susurró a Salvador, “Señor, ¿No podría decir algo más constructivo?”
Una mirada feroz de Salvador fue suficiente para que Víctor se achicara como una codorniz, escondiéndose detrás de Andrés. Y vaya que Andrés era delgado, no podía cubrirlo bien.
“Andrés, deberías comer más. Eres demasiado flaco.”
El joven, al ver la mirada penetrante de Salvador, tiritó y respondió: “Aunque me ponga como un cerdo, no podría bloquear tu aura asesina.”
Federico observó detenidamente a Salvador, y al mirarlo bien, un shock lo invadió. Salvador había cambiado mucho, su rostro juvenil había perdido su inocencia, y su mirada gentil ahora tenía un brillo intimidante. Desprendía un aura inaccesible, con toda la presencia de alguien que domina.
Pero Federico, quien había logrado algo de éxito en los últimos dos años, se había vuelto arrogante y complaciente. No le temía a Salvador. De hecho, siempre quiso aplastarlo para mejorar su propia imagen.
“Salvador, ¿Desde cuándo Aurora es de tu propiedad? Si realmente le interesabas, ¿Por qué no se quedó contigo hace dos años? En cambio, ella me buscó a mí para rendirse.”
La expresión de Salvador se oscureció ligeramente, y sus dedos blancos y esbeltos bajo la
manga comenzaron a tensarse.
Viendo que la situación se ponía tensa, Andrés y Víctor dieron un paso atrás.
Federico, oliendo a pólvora, se acercó a sus guardaespaldas. “Salvador, no estarás pensando en empezar una pelea aquí, ¿Verdad? Te lo advierto, este es mi territorio. Ni el monstruo más
fuerte puede contra el héroe local.”
“¿Ah sí?” Preguntó Salvador mirándolo con desprecio.
Luego dio un paso adelante.
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Capitulo 446
Sus guardaespaldas, en perfecta formación, siguieron su movimiento.
Era evidente que eran guerreros bien entrenados.
Finalmente, Federico comenzó a sentir miedo, ya que se secó un sudor inexistente de la frente. “Salvador, si te atreves a levantar un dedo, llamaré a la policía.”
Salvador se acercó, y su alta y majestuosa figura eclipsó a Federico, quien no llegaba al metro
ochenta.
Con una presencia dominante, lo miró desde arriba, diciendo: “¿Para qué iba a ponerme a tu
nivel?”
Su mirada cayó sobre el contrato: “Federico, me gusta atrapar a mi presa en mis trampas y ver cómo se desespera, intentando escapar sin éxito.”
Federico, aunque algo lento, captó el mensaje subyacente: “Salvador, ¿Estás diciendo que este contrato tiene trampas? No, Benjamín lo revisó por mí, no puede tener fallas.”
Recobrando su compostura, desafió a Salvador: “Aunque tú seas el cliente y yo el proveedor, tienes que actuar según lo acordado en el contrato.”
“Idiota.” Dijo Salvador mirándolo con pena.
Federico sintió un escalofrío. Salvador había dado pistas más que evidentes, el contrato definitivamente tenía un problema.
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