Capítulo 440 

“Soy un miembro antiguo de la familia Córdoba, vine especialmente a llevarlo de vuelta a casa.” Dijo con frialdad. 

Los ojos de Cynthia brillaron. Calculó rápidamente en su mente el valor que Isaac tendría al regresar a la familia Córdoba, seguro que su estatus se elevaría enormemente, y con eso en mente, se llenó de alegría. 

Su actitud hacia Jimena se volvió extremadamente cálida: “Por favor, siéntese, señora. Ahora mismo lo llamaré para que regrese a casa rápido.” 

Jimena, con un rostro que no invitaba a la cercanía, entró a la casa. Mientras Cynthia llamaba a Isaac, ella observó el lugar. Luego, con una expresión de lástima por Isaac y lágrimas brotando, dijo: “Mi señor Isaac, nació en una cuna de oro, un joven maestro de gran valor. Quién iba a pensar que por escoger mal, al casarse contigo, esta estrella de mal augurio, terminaría viviendo en esta casa tan simplona.” 

Al escuchar eso, Cynthia se quedó atónita. 

¿Cómo una sirviente de la familia Córdoba se atrevía a insultarla así, a ella, la esposa de Isaac? Debido a que Jimena no ocultaba su aversión hacia Cynthia, y ella no quería ofrecer una cara cálida a una actitud fría, se sentó de lado con una expresión sombría, y ambas esperaron en silencio a que Isaac llegara a casa. 

Isaac, llegó a casa oliendo a alcohol y al ver a Jimena, se le humedecieron los ojos. 

“Jimena.” 

La mujer, con un puño débil y anciano, lo golpeó ligeramente en su cuerpo, como reprochándolo, “Niño, ¿tanto tiempo sin venir a verme? ¿Quieres que me muera sin estar en paz?” 

Isaac, con la voz ahogada, dijo: “Jimena, de verdad quería ir a verte. Pero no puedo volver a esa 

casa.” 

La anciana, aprovechando el momento, insistió en llevar a Isaac de vuelta a casa: “Hoy vine especialmente a llevarte de vuelta a casa.” 

“No volveré.” Dijo con determinación. 

Jimena, razonando y apelando a sus emociones, dijo: “Isaac, tu padre está enfermo. Tu madrastra ha transferido todos los activos de la familia Córdoba. La compañía ahora está llena de problemas, necesitas volver para solucionarlo.” 

Al escuchar eso, Isaac mostró una sonrisa autodespreciativa en su rostro: “Quien pierde a su esposa pierde su fortuna. Estoy pagando por ello, y él también. Este es el karma de la familia Córdoba.” 

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Capitulo 440 

Cynthia sintió un escalofrío. 

Resulta que, aunque Isaac nunca lo dijo, en el fondo se sentía muy culpable por lo que le hizo a Aurora, debía estar arrepentido. 

Jimena continuó: “Isaac, si la compañía quiebra, muchos empleados perderán sus trabajos. No estás salvando a El Grupo Córdoba, sino a los empleados que han luchado por ella. Ellos son inocentes.” 

Isaac se mantuvo firme. 

Jimena tuvo que sacar a relucir al abuelo: “Después de que tu padre cayera, ahora El Grupo Córdoba está bajo el control de tu abuelo. Pero sabes que él tiene noventa años, está lleno de enfermedades, no puede dejar el hospital. Si pudieras tomar el control, tu abuelo también podría vivir sus últimos años en paz.” 

Al escuchar que nombró a su abuelo, Isaac se quedó en silencio. 

Probablemente, el anciano era la persona en este mundo que más lo amaba desinteresadamente. El corazón helado de Isaac se conmovió ligeramente. 

Jimena le dio el último empujón: “Isaac, ¿No quieres vengarte por tu madre? Ahora tu madrastra y tu hermano fueron encarcelados por tu padre. Si tienes quejas contra ellos, es el momento de vengarte.” 

Isaac, recordando cómo su madrastra llevó a su madre a la muerte y luego dispersó sus cenizas, finalmente se le presentó la oportunidad para poder torturarla. Con eso en mente, accedió a la solicitud de Jimena. 

“Jimena, espérame un segundo, prepararé mis cosas y luego iré contigo.” 

Justo cuando Isaac terminó de hablar, Cynthia, quien había estado escuchando su conversación escondida, de repente salió corriendo. 

Ella abrazó a Isaac, y haciendo pucheros, dijo: “Isaac, si vas a irte, entonces llévame contigo, ¿Sí?” 

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