Capítulo 376
Isaac estacionó su auto junto al malecón de la Ribera, luego salió del vehículo y se paró al borde del puente, dejándose acariciar por la brisa fresca mientras revivía en silencio toda su vida junto a Cynthia.
De manera sorprendente, una vez que el filtro de amor hacia Cynthia se rompió, empezó a dudar de su propio gusto y juicio.
Debido a años de enfermedad y medicación, Cynthia tenía una figura delgada y plana, carente de aquel encanto femenino.
Su constante medicación le había dado un tono cetrino a su piel y un aire de fragilidad que, más allá de inspirar compasión, le restaba aquel vigor juvenil que se espera de una mujer.
Tras una profunda reflexión, se dio cuenta de que su amor por Cynthia no era más que un sentimiento de compañerismo infantil que había echado raíces en su ser, transformándose en un hábito obsesivo de mimarla.
Siempre guardó en su corazón la promesa que le hizo en su juventud: “Amarte toda la vida, cuidarte siempre, nunca soltar tu mano“.
Pero olvidó que todo en este mundo está sujeto a cambio.
Aquella ingenua joven, tras recibir el riñón de Marina y tener una nueva oportunidad de vida, desarrolló ambiciones y deseos más grandes. Sin la fuerza para alcanzar sus sueños, se convirtió en una parásita que le drenaba la energía.
Ella logró obtener honores y riquezas que no se correspondían con su capacidad, mientras que él perdía lo que legítimamente le pertenecía, incluyendo su honor y su fortuna, así como los lazos familiares.
Penélope solía llamar a Cynthia una plaga, y aunque en ese entonces él despreciaba esos comentarios, ahora, frente al río, derramaba lágrimas de arrepentimiento: “Mamá, lo siento. No escuché tus consejos y mira dónde he terminado“.
La tormenta emocional que enfrentó Isaac fue monumental, llevándolo desde la cresta de la ola hasta el fondo del mar. Solo después de varios días logró estabilizar su estado emocional y regresar al campo de batalla laboral.
Pero ya no luchaba por Cynthia, sino que buscaba venganza por la muerte de su madre.
Y lo más importante, deseaba corregir el rumbo de su lamentable vida.
Isaac se estableció en la empresa de la familia Nolan, pero usando su posición como el primogénito de la familia Córdoba, comenzó a atraer a muchos de los clientes de la familia Córdoba.
Con el respaldo de la imponente familia Nolan y trabajando tras bambalinas, Isaac logró mitigar el impacto negativo de su reputación, haciendo que sus antiguos clientes estuvieran más que dispuestos a colaborar nuevamente con él.
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Capitulo 376
Tras interceptar el enésimo proyecto de Lucio, el hombre finalmente percibió algo extraño. Estallando en furia una reunión, dijo: “¿Qué está pasando aquí? ¿Por qué nuestro desempeño este mes es tan malo? Es el peor de la historia.”
Su asistente le informó: “Presidente Córdoba, todos los pedidos que teníamos asegurados este mes, fueron arrebatados por el joven señor“.
“¿El joven señor? ¡Pero si él es el mayor beneficiario de esta empresa! ¿Para qué quiere más pedidos?”
“No es el joven señor, presidente Córdoba, es el señor“.
Lucio, con los ojos abiertos como platos, exclamó: “¿El… el joven señor? ¿Te refieres a Isaac?”
Nunca imaginó que su hijo pudiera remontar su situación.
“¿Cómo lo ha hecho?”
“Presidente Córdoba, el señor ahora trabaja para el Grupo Nolan, se ha convertido en su vicepresidente de marketing. Ha estado ayudando a Federico a arrebatarnos todos nuestros proyectos“.
Lucio palideció. Su asistente, temerosa, le dijo: “Presidente, si esto continúa, no pasará mucho antes de que el Grupo Córdoba se enfrente a serios problemas financieros“.
Después de meditarlo por un largo rato, suspiró profundamente: “Llama a Isaac, dile que quiero verlo“.
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