Capítulo 347
Aurora avanzó lentamente, Isaac la vio a través del espejo retrovisor y giró ligeramente la cabeza, diciendo con un tono arrogante: “¿Qué pasa, al verme prosperar, te arrepientes de haberme enfrentado? ¿O acaso quieres revivir lo nuestro?”
Los oscuros ojos de Aurora se llenaron de una tormenta de ira por venir, lo miró fijamente y preguntó: “¿Cómo lograste darle la vuelta a la situación?”
Si conoces al enemigo como a uno mismo, nunca serás derrotado.
Sin embargo, Isaac estaba curiosamente sorprendido de que Aurora no intentara congraciarse con él.
El joven colocó su mano sobre el lujoso volante, el cual.complementaba sus dedos pálidos, destacando el lujo de ambos.
“Aurora, nací en cuna de oro, el lujo es mi estado natural. Incluso si caigo en desgracia, con mis conexiones y habilidades, siempre lograré levantarme.”
Luego, mirando a Aurora con desprecio, agregó: “Por eso valoro tanto el entorno familiar en el que uno crece. Tú, por otro lado, con tu pobre familia de origen, tu vida estuvo marcada por la miseria desde el nacimiento, una mancha que nunca podrás borrar. No importa que ahora estés con Salvador disfrutando de unos días buenos, tarde o temprano se cansará de ti. Ser abandonada es lo tuyo.
Aunque suene duro, estoy diciendo la verdad.”
Aurora apretó los puños, su sangre hervía de ira, y el fuego en su pecho parecía que la consumiría si no lo liberaba.
“Isaac, eres una bestia, enfureciste a tu propia madre y fuiste rechazado por tu padre. Hablar de la superioridad de tu familia de origen es una broma.”
Isaac, con ira, abrió la puerta del auto y, como loco, empujó a Aurora contra ella, acto seguido, su gran mano apretó su garganta.
Aurora, lejos de enojarse, sonrió provocativamente con una sonrisa deslumbrante.
Si no podía castigarlo, estaba dispuesta a arriesgar su vida, a cambiar su vida por justicia, así al menos podría vengar a su hija.
“Isaac, ¿Acaso me equivoco? Eres un asesino, causaste la muerte de tu madre, quien tanto te quería y te lo dio todo, derrochaste su patrimonio, dejándola sin nada para su vejez. La llevaste al punto de la desesperación, fuiste tú quien la mató. Tú, el hijo desagradecido…“.
Los ojos de Isaac se tiñeron de rojo sangre, y apretando aún más su agarre, dijo, “Cállate, cállate ya.”
Aurora apenas podía respirar, su rostro se tornó púrpura por la falta de oxígeno.
Pero aun así, se burló de él con una sonrisa.
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Capítulo 347
Justo cuando ella estaba a punto de lograr su venganza, una figura como un rayo se lanzó
hacia ellos.
“¡Desgraciado, suéltala!” Salvador golpeó a Isaac en la cabeza con toda sus fuerzas.
Isaac tropezó y cayó al lado.
El aliento de Aurora se liberó, inhalando aire a grandes bocanadas, pero tosiendo
violentamente.
Salvador, preocupado, preguntó: “¿Estás bien?“.
Cuando Aurora lo miró a los ojos, él notó que sus ojos estaban llenos de lágrimas de
impotencia.
Quería abrazarlo y llorar desconsoladamente.
En este mundo, solo podía depender de él.
Pero el rescate de Salvador había arruinado su plan justo cuando estaba a punto de lograrlo, lo que la enfureció.
“¿Quién te pidió que me salvaras?” Su frustración se convirtió en ira, por lo que comenzó a golpear su pecho con pequeños puños.
Salvador, quien entendía el amargor en su corazón, simplemente la abrazó con fuerza, permitiéndole golpearlo y maldecirlo sin decir una palabra.