Capítulo 346
Esa oportunidad era demasiado tentadora.
Después de todo, Isaac había sido un joven adinerado, y su capacidad era evidente para todos.
Guzmán solo dudó un momento antes de aceptar sus condiciones. “Está bien, Isaac, te daré una oportunidad. Mañana empezarás a trabajar en el Grupo Nolan.”
Isaac mantuvo su expresión imperturbable, solo que en ese momento, sabiamente, empezó a llamar a Guzmán presidente Nolan. “Presidente Nolan, como sabe, fui abandonado por el Grupo Córdoba y mi vida actual es difícil. ¿Sería posible adelantarme un año de mi salario?”
Guzmán sonrió con benevolencia. “Eso se puede arreglar.”
Luego se giró hacia Federico, diciendo: “El salario de Isaac será igual al tuyo. Calcula cuánto es y adelantale un poco más. Además, por ahora préstale tu casa en la Ribera del Río.”
Federico, colocando su brazo sobre los hombros de Isaac, dijo emocionado: “Papá, me encargaré ahora mismo.”
Salvador, parado frente a la ventana panorámica, observó sombríamente cómo Federico e Isaac salían abrazados del estudio de su padre.
El dicho dice que un insecto de cien pies muere pero no se tuerce.
Ahora que Isaac se había unido a su padre, probablemente iba a causar otra tormenta.
Lo que más le preocupaba a Salvador era Aurora. Ella había estado trabajando duro, pensando que pronto derribaría a Isaac y luego se mudaría de la Ciudad de México para vivir su propia vida. Pero el destino le jugó una mala pasada: Isaac se había levantado de nuevo.
Podía prever que los logros de Isaac esta vez no serían inferiores a los anteriores. Después de todo, el respaldo de la familia Nolan era mucho más fuerte que el de la familia Córdoba.
En el hospital, cuando Cynthia apareció en la habitación del hospital, brillando con oro y joyas, Aurora se quedó atónita.
Gabriel y Fabiola, al ver a su querida hija recuperar su color y alegría, se llenaron de felicidad desde el fondo de su corazón.
“Cynthia, ¿Te has enriquecido?” Fabiola casi lloró de alegría.
Cynthia, con aire arrogante, se acercó a su hermana para presumir de su estatus actual: “Aurora, me voy a olvidar de que manipulaste todo para quedarte con la casa de mi papá. Al fin y al cabo, solo es una vieja casa de unos cuantos millones.”
Levantando su mano adornada con un anillo grande, se tocó el cabello a propósito: “Isaac ahora es rico. Se convirtió en el vicepresidente de la familia Nolan, y te aseguro que la fortuna de la familia Nolan es mucho mayor que la de la familia Córdoba. Ha superado las adversidades, no solo el presidente Nolan lo ve con buenos ojos, Federico es su amigo de la infancia y le tiene un gran afecto. Los ingresos de Isaac ahora son incluso mayores que los de
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antes.”
Al oír eso, el frágil cuerpo de Aurora tembló.
¿Todos sus esfuerzos habían sido en vano?
Al verla así, Cynthia se rio aún más: “Debo agradecerte. Las dificultades y obstáculos que creaste para Isaac lo ayudaron a hacer un gran regreso.”
Aurora tembló de pies a cabeza, sin poder decir ni una sola palabra.
Al hablar, Cynthia no tuvo piedad: “Gracias por cuidar de mi papá durante todo este tiempo. Considera esa casa como tu pago por las molestias. Desde hoy, contrataré a alguien más para que lo cuide. Lárgate. Ya no te necesitamos.”
Aurora no recordaba cómo había salido del hospital.
Solo recordaba estar caminando, desconsolada, mientras las risas de Gabriel y Cynthia resonaban dolorosamente en sus oídos.
En la entrada del hospital había un Rolls–Royce estacionado.
Aurora observó fijamente al hombre en el asiento del conductor. Isaac, vestido con un traje a medida, llevaba el cabello peinado con frescura, sosteniendo un puro entre los dedos. Elegante, con un aire más vivaz que nunca.
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