Capítulo 337 

El oficial finalmente llevó a padre e hijo, quienes no dejaban de discutir, a la estación para mediar entre ellos. 

“Ambos quieren el derecho a decidir qué hacer con el cuerpo de la difunta, lo que nos pone en una posición difícil. Así que, si pueden proporcionar algún deseo expresado por la difunta antes de su muerte, haremos todo lo posible por respetar su voluntad.” Dijo el oficial. 

Lucio e Isaac se miraron desconcertados. 

En el fondo, ambos sabían que habían herido a Penélope, y definitivamente no eran las personas que ella habría querido que se encargara de sus asuntos después de su muerte. 

Sin embargo, también habían sido las personas más cercanas, y tanto por razones emocionales como por su propia reputación, luchaban por el derecho a decidir sobre el cuerpo de Penélope. 

Justo cuando la situación parecía estancada, apareció la persona menos esperada. 

Salvador, vistiendo un traje negro y con una expresión sombría, y Aurora, luciendo un vestido negro solemne y agarrada del brazo del joven, aparecieron en la estación. 

Al verlo, Isaac reaccionó como si estuviera viendo al asesino de su madre, por lo que sus ojos destellaron con fuego, “¿Qué haces aquí? Salvador, la muerte de mi madre debe ser obra tuya, ¿Verdad?” 

Salvador le dijo al oficial: “Oficial, ¿Acaso eso no cuenta como difamación?” 

El oficial le dio una advertencia: “Isaac, si no tienes pruebas, no hables sin saber.” 

Isaac miró a Salvador con odio, sus ojos declararon una guerra abierta. 

Salvador se acercó a Isaac, y al observar que estaba desaliñado, de repente sonrió con comprensión. 

“Isaac, ¿Cómo te has dejado caer tanto? Tsk, tsk, tsk,” dijo Salvador, con un tono de lástima. 

Isaac, frustrado, respondió: “Todo es por tu culpa. No entiendo como aún tienes el descaro de aparecer por aquí.” 

El oficial le explicó por qué Salvador y Aurora estaban allí: “Isaac, la última llamada que hizo tu madre fue a la señorita Aurora, así que la hemos llamado para que nos dé información sobre el 

caso.” 

Isaac miró a Aurora, atónito, “Imposible, mi madre siempre la odió.” 

Aurora le entregó una grabadora al oficial, diciendo: “Oficial, cuando Penélope me llamó, noté que algo no estaba bien en su tono. Así que decidí grabar la conversación completa.” 

Aurora miró a Isaac y dijo: “Tu madre me dijo que lo que más lamentaba en su vida era haberse casado con tu padre, y tener un hijo que no valía la pena. Vivió para otros toda su vida. Al 

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envejecer, se encontró completamente sola. Por lo tanto, si tuviera otra vida, preferiría quedarse soltera para siempre, no casarse, y ser siempre la princesa de sus padres.” 

El oficial reprodujo la grabación, y en ella, Penélope realmente expresaba sus sentimientos. finales, manifestando su arrepentimiento hacia Aurora. “Aurora, lo siento, de verdad me equivoqué. Tú fuiste una buena esposa, una buena nuera, pero yo fui demasiado ciega para verlo, siempre te desprecié porque venías de una familia pobre. Logré separarte de Isaac. Ahora, estoy pagando por mis acciones, el destino me castigó dándome una nuera sin moralidad, que engañó a mi hijo para que me rechazara. Aurora, no tengo cara para pedirte que perdones a Isaac, ni que vuelvas con él. Si hay otra vida, espero que vuelvas a ser mi nuera…” 

Al finalizar la grabación, el oficial miró significativamente a Isaac: “Isaac, estas fueron las últimas palabras de tu madre antes de morir. Creo que estas palabras son tan válidas como su testamento. Ya que ella deseaba cortar lazos contigo completamente, no tienes derecho a reclamar su cuerpo.” 

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