Capítulo 334
Isaac se mostró sombrío.
El amor no correspondido de su vida era considerado un tesoro por otro.
Era como una bofetada a su juicio.
“¿Quién fue el que la rescató?” Cynthia se preguntó una y otra vez sin poder comprenderlo.
“Revisemos las cámaras de seguridad.” Sugirió Isaac.
Ambos se dirigieron a la sala de monitoreo y reprodujeron las grabaciones.
En ese momento, vieron a Salvador irrumpir con una presencia imponente, su rostro mostraba una ansiedad palpable.
Cynthia, con un tono lleno de sarcasmo, comentó: “¿Salvador? ¿Por qué siempre que Aurora está en problemas, él aparece para salvarla? Isaac, ¿crees que él siente algo por mi hermana?” Isaac respondió con convicción: “Salvador es un hombre de alto calibre, podría tener a la mujer que quisiera. ¿Cómo va a fijarse en una mujer divorciada?”
Pero al segundo siguiente, Isaac se sintió desmentido.
En la pantalla, al ver a Aurora desmayada, la usualmente despreocupada expresión de Salvador se transformó en puro pánico.
“Aurora.” El joven la tomó entre sus brazos con firmeza, y sin dudarlo, depositó un ardiente beso en su frente.
Sus ojos destilaban ternura y amor, abrazándola con fuerza, como si temiera que se convirtiera en mariposa y volara lejos.
…
El rostro de Isaac se tornó cada vez más sombrío, y sintiendo una irritación inexplicable, de repente, golpeó la mesa con su puño.
Cynthia lo miró preocupada: “Isaac, ¿Qué te pasa?”
Él estaba atónito.
¿Por qué se sentía tan alterado al ver a Salvador besando a Aurora?
Cynthia, alarmada, preguntó: “Isaac, hemos ofendido a Aurora, ¿Crees que Salvador nos hará pagar?”
“Siempre se burla de mí por ser un romántico. Dudo que haga algo extremo solo por Aurora.”
Pero al decir eso, su expresión cambió.
En la pantalla, Salvador levantó la vista, dejando ver sus ojos rojos como la sangre. Su mirada
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Capitulo 334
era tan afilada que Isaac y Cynthia retrocedieron instintivamente.
Entonces escucharon la voz de Salvador: “Isaac, el dolor que le has causado a Aurora, te lo
devolveré mil veces.”
Isaac, con los ojos desorbitados, comenzó a reír con locura:
“Salvador, nunca imaginé que también fueras un romántico empedernido. Lástima que la mujer que has elegido es una vengativa sin igual. Estaré aquí para ver cómo ella te destruye, justo como intenta hacerlo conmigo.”
Cynthia sintió que ese día Isaac no estaba siendo el mismo, por lo que apresuradamente apagó la pantalla. Con la imagen de Salvador desvaneciéndose en la oscuridad, Isaac finalmente volvió a la normalidad, cayendo en un silencio pensativo y aterrador.
El joven repasó en su mente la reciente liberación de su madre, y rápidamente dedujo quién había sido el artífice de sus recientes desventuras.
“Salvador,” Isaac gruñó entre dientes, “Realmente te subestimé.”
Cynthia, pálida, preguntó: “Isaac, ¿Qué quieres decir?”
“Primero convenció a mi madre de que yo era un mal presagio y luego, con falsa benevolencia, la rescató. Claramente planea usar a mi madre como un arma contra nosotros.”
Cynthia, temerosa, palideció aún más: “Es tan joven y, sin embargo, tan astuto. Es aterrador.”
Isaac solo podía sentirse aliviado: “Por suerte, descubrí su engaño a tiempo. No le permitiré hacernos más daño.”
Pero hay cosas que, una vez que comienzan, caen como fichas de dominó, una tras otra. Lamentablemente, la primera en caer fue Penélope, quien murió.
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