Capítulo 330
¿Cuándo había conseguido un novio tan bueno?
“¿Y dónde está el ahora?”
“Estuvo vigilándote toda la noche, acaba de irse
Aurora penso inmediatamente en Isaac, el único capaz de hacer que no pudiera vivir ni dejarla
morir en paz
“Él no es bueno conmigo en lo absoluto. La ira se reflejo en sus ojos. Quería arruinar su reputación, exponer la fachada del falso caballero que escondia.
“Me tiene prisionera, me secuestro, y además no me da de comer. Es un monstruo
La enfermera se quedo boquiabierta de asombro. Incredulidad dijo. ¿Ah si? Este… él no parece
ser tan malo.”
Aurora, con resentimiento, respondió: “Las apariencias engañan
“No te dejes engañar por cómo se muestra, no tenía buenas intenciones al traerme al hospital. Es un hipócrita, un… un monstruo…”
Salvador, quien le llevaba algo de comida caliente, al llegar a la puerta, escucho a Aurora maldecirlo
En ese momento, su rostro pasó de pálido a rojo de ira
Recordó cómo al veria el dia anterior, su rostro pálido y sus ojos llenos de lástima lo habian movido tanto que no pudo evitar besaria apasionadamente
Un beso con tintes de castigo.
¿Así que eso era lo que ella pensaba de el?
¿Lo consideraba un monstrup?
La enfermera, al ver a Salvador se marchó con una sonrisa incómoda,
“Ustedes continuen Tengo que atender a otros pacientes.”
Salvador, con el rostro tenso, se acercó a Aurora, poniendo la comida en la mesita de noche. Y entonces, con nerviosismo, la miró y le preguntó. Asi que yo soy un monstruo? ¿Un hipócrita? dijo con voz quejumbrosa, “Si no fuera por este hipócrita, habrías perdido la vida.”
Aurora, confundida, exclamó “Salva, ¿Qué estás diciendo?”
Entonces, él lo entendió “Ah, ¿Entonces fuiste tú quien me salvó ayer?” Preguntó confundida.
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Capitulo 330
¿Así que no estaba hablando de él?
“¿Entonces pensabas que fue Isaac, ese desgraciado?”
Con eso en mente, Salvador se sintió herido: “Pues ahora, seguro todas las señoritas de la enfermería piensan que soy un monstruo Ya no podré encontrar esposa entre ellas.
Aurora se sintió culpable: “Salva, prometo aclararles la situación.”
Solo entonces, él se calmo: “Entonces asegurate de decir algo bueno de mi
Aurora asintió fervientemente: “Por supuesto.”
Con una sonrisa en los ojos, Salvador tomó los cubiertos, y comenzó a alimentar a Aurora bocado por bocado.
El ambiente entre ellos era increíblemente armonioso, lo que hizo que Aurora, siempre suspicaz, sintiera curiosidad: “Salva, escuché que persuadiste a las grandes familias para redactar una carta de amnistía para Penélope, ¿Es cierto?”
Salvador asintió con tranquilidad: “Sí.”
Aurora se sorprendió.
No entendía. Si él había optado por oponerse a ella por Daniela, ¿Por qué ahora mostraba esa
amabilidad?
Salvador levantó la vista y le preguntó repentinamente: ¿No estás feliz de que Penelope haya
vuelto?”
Tras pensario un momento, la idea de Penélope en casa, enfureciendo a Isaac hasta casi hacerlo estallar de ira, la llenó de alegría.
Todo se aclaró para Aurora, Salvador tenía otras intenciones. De repente, su rostro se iluminó
con una sonrisa. “Extremadamente feliz.”
Sin embargo, Salvador frunció el ceño: “Me arrepiento.”
“¿Por qué?” Preguntó algo confundida
“Si hubiera sabido que esto era un plan donde matar al enemigo significa dañarse una misma, no la habría dejado volver.”
Pero ella estaba encantada: “Salva, no importa si sufro un poco. No tienes idea de cómo Penélope ha puesto a isaac fuera de si
Salvador sacudió la cabeza, resignado: “Pero luego el descarga su furia en ti.”