Capítulo 278
Fabiola tenía la cabeza tan baja que casi tocaba el suelo.
Aurora no quería desgarrar sus heridas para que todos las vieran. Pero Valeria, indignada, defendió a Aurora ante el señor Nolan: “Todo es culpa de esa vieja. Anoche le dijo demasiadas barbaridades y la hizo llorar.”
Salvador soltó a Aurora y, con una sombra en su mirada, se acercó a Fabiola: “¿Qué le dijiste?”
Valeria estuvo a punto de hablar, pero Salvador levantó la mano para detenerla: “Quiero escucharlo de ella.”
Finalmente, Fabiola reunió el valor para levantar la vista hacia Salvador, pero al encontrarse con sus intimidantes ojos, que parecían devorarla como un agujero negro, su respiración se volvió irregular de nuevo y rápidamente bajó la mirada.
“Habla.” Rugió Salvador.
Con voz temblorosa, Fabiola dijo: “Yo no dije nada…”
La mujer se detuvo, como recordando, y luego continuó de manera entrecortada: “Oh, ella quería saber sobre su origen, así que le conté la verdad, que no es hija biológica de Gabriel…”
Los ojos de Salvador se oscurecieron, y sus manos, ocultas bajo las mangas, se tensaron.
“¿Qué más?”
Fabiola, inocente, continuó: “No entiendo, solo perdió un riñón, ¿Por qué actúa como si todos le debiéramos la vida? ¿No podría ser más generosa? Así todos podríamos vivir en armonía y felicidad.”
Al decir eso, Fabiola sintió un frío inexplicable.
Al levantar la vista, notó que los fríos ojos de Salvador parecían lanzar miles de flechas que se clavaban en su cuerpo, despedazándola.
Fabiola comenzó a temblar de miedo.
“¿Cómo tienen la cara para hacer que ella, siendo tan desinteresada, los ayude?” Preguntó furioso.
“Ya que son tan desvergonzados, creo que esa cara ya no es necesaria.”
Valeria aplaudió en acuerdo: “Exactamente, esa vieja es detestable. Señor Nolan, si lo ordena, obedeceré con gusto.”
Valeria sacó una pastilla de un cajón y la lanzó en el vaso de agua de Fabiola. Llenó el vaso y se acercó a ella.
Fabiola gritó aterrorizada: “¿Qué vas a hacer?”
Sabiendo que su hija podía ser compasiva, se giró hacia ella suplicando: “Aurora, soy tu madre,
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Capitulo 278
no puedes hacerme esto. Si lo haces te caerá un rayo.”
Aurora vaciló, conmovida. Pero Salvador se interpuso como un muro, bloqueando su vista.
“Salva…” Aurora se mostró conflictuada.
El hombre, molesto, dijo: “No te permito interferir. Si te hizo sentir mal, yo la haré sentir peor.”
Viendo a Salvador enfadado, ella sintió un calidez en su corazón.
Siempre fue consciente de no herir a quienes realmente la valoraban por alguien que no lo
hacia.
“Si tú estás feliz, yo también.” Dijo con una sonrisa tierna, alejándose con decisión.
Salvador vio a Aurora alejarse, con una sonrisa iluminando su rostro helado.
Ella, era demasiada preciada, si los demás no la valoraban, él sí lo haría.
Con la partida de su hija, Fabiola perdió su escudo protector.
Valeria, la pequeña bruja, liberó su verdadera naturaleza y vertió el agua con la pastilla directamente en la boca de Fabiola, quien gritó al ser quemada por el líquido caliente.
“¡Me vas a matar, loca!” Suplicó desesperadamente.
Valeria, con maldad, aseguró: “Tranquila, no te dejaré morir. Si mueres, ya no sería divertido. Necesito que sigas viva para torturarte lentamente.“.
Poco después de tragarse el líquido, Fabiola sintió una picazón insoportable en su rostro. Se rascó frenéticamente, desgarrando su piel hasta dejarla sangrante y horrenda. Pero cuanto más se rascaba, más necesitaba hacerlo, sin poder detenerse.
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