Capítulo 25 

Isaac sintió surgir en su interior un malestar sin motivo aparente mientras hojeaba de manera distraída el historial de conversaciones con Marina. 

En aquellos días, Marina casi le deseaba buenos días y buenas noches todos los días, compartía con él los paisajes que veía, los deliciosos platillos que probaba, y cada pequeño detalle de su vida, hasta el punto de parecerle excesivamente apegada. 

Pero desde que la había enviado al extranjero, era como si hubiera desaparecido del mundo, ya no le enviaba mensajes de ningún tipo. 

¿Cómo había sido capaz de no notar el cambio en Marina? 

El descuido que había tenido hacia Marina era evidente. 

Entonces se decidió a enviarle un mensaje: “Mar, ¿qué estás haciendo?” 

“No me has contactado por un tiempo, ¿no estarás enojada con tu esposo, verdad?” 

Después de dudar un buen rato, envió el mensaje. Pero para su sorpresa, en la ventana de chat se mostró que el mensaje no podía llegar al destinatario. 

Isaac quedó atónito. 

¿Acaso la cuenta de Marina había sido hackeada? 

Luego, sacó el número internacional de Marina y lo marcó. 

Después del tono de ocupado, una voz suave le indicó: “Lo siento, el número que ha marcado está fuera de servicio.” 

Isaac quedó impactado… 

Un asistente a su lado verificó lo que pensaba: “Señor, parece que la señora lo ha bloqueado.” 

El rostro de Isaac se tornó pálido y luego rojizo. Le tomó bastante tiempo aceptar el hecho: ¿Marina lo había bloqueado? 

El asistente echó un vistazo al semblante de su jefe. La baja inteligencia emocional del jefe realmente era preocupante. La señora descartó los regalos que él le compró, rechazó su apoyo económico, e incluso lo bloqueó completamente, todos estos signos indicaban que la señora realmente tenía la intención de dejarlo. 

“Señor, ¿podría ser que la señora esté planeando dejarlo definitivamente?” 

Isaac soltó una carcajada, encontrando ridícula la suposición del asistente. “¿Dejarme? ¿Cómo podría siquiera pensarlo?” 

Ella había sacrificado incluso un riñón para conseguir el título de señora Córdoba, ¿cómo iba a renunciar tan fácilmente a la felicidad que tenía al alcance de la mano? 

El asistente defendió a Marina: “Señor, ninguna mujer quiere compartir a su esposo con otra 

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Capitulo 25 

persona. Usted consiente tanto a la señorita Cynthia, que lastimó repetidamente el corazón de la señora. Tal vez esta vez ella está tan decepcionada que eligió irse.” 

Isaac desestimó la idea: “Puede que la haya descuidado, pero antes de conocerme, ella no era más que una mendiga aislada. Darle el estatus de los Córdoba ya es una bendición inmensa para su destino. Ella no aspirará a cosas que no merece. En este mundo, las historias de Cenicienta transformándose en fénix de la noche a la mañana simplemente no existen.” 

El asistente suspiró resignado. 

Isaac, usando el celular del asistente, envió un mensaje a Marina: “Mar, la empresa va a organizar un gran evento de celebración, eres mi esposa y deberías acompañarme, regresa al país de inmediato. Isaac.” 

No mencionó nada sobre su promesa incumplida. 

Como si Marina fuera un títere sin alma ni pensamiento propio, a merced de su control. 

Después de enviar el mensaje, apagó la pantalla del celular, esperando que Marina se pusiera en contacto con él primero. 

Con buen ánimo, ordenó al asistente: “Llama a mis amigos, vamos a salir a comer.” 

En Milán. 

Cuando el celular de Marina sonó, estaba ocupada manejando su máquina de coser. Solo pudo pedirle ayuda a Salvador: “Salva, ¿puedes revisar los mensajes en mi celular?” 

Pensó que seguramente era información sobre pedidos de clientes. 

Salvador tomó casualmente el celular de Marina y, al ver el mensaje, su rostro se heló 

completamente. 

Con disimulo, echó un vistazo a Marina: “Parece que alguien envió un mensaje por error.”