Capítulo 244
“La riqueza puedo ganármela por mí mismo. La esposa que busco, no puede solo gustarle mi brillo. También debe quererme en mis peores momentos.” Dijo con determinación
Ella, por otro lado, dijo completamente segura: “Salva, tú nunca tendrás esos malos
momentos.”
Años después, Salvador se encontraría en la cima de la pirámide, convirtiéndose en alguien admirado por todos.
¿Cómo podría alguien así tener momentos de debilidad?
Salvador la miró profundamente, con los ojos llenos de intensidad.
“Aurora, en realidad, sí he tenido mis momentos de debilidad.”
Al escucharlo decir eso, no pudo evitar mirarlo asombrada.
El joven tenía ojos como estrellas, sin rastro de polvo. Aurora sonrió y dijo: “Salva, todos tenemos nuestros momentos de debilidad.”
Para ella, él estaba en esa edad en la que los jóvenes aún no conocen la verdadera tristeza y se
inventan nuevas penas.
Pero al segundo siguiente, la voz de Salvador sonó increíblemente grave: “Muy, muy débil.”
Su expresión se llenó instantáneamente de soledad y desolación.
Aurora sintió como si algo le hubiera atravesado el corazón, y el dolor se extendió por cada rincón de su cuerpo.
De repente, extendió su mano y tomó la de Salvador, diciendo: “Todo eso ya pasó.”
“Aurora, ¿Piensas que Isaac y Cynthia pueden convertirse en parte de tu pasado?” Preguntó con
una voz muy suave.
Aurora lo miró conmocionada…
El dolor que Isaac y Cynthia le causaron fue inmenso, le robaron su salud, la engañaron y planearon en contra de la vida de su hija, llevándola al punto de querer terminar con su vida en su mejor momento.
Entre ellos había un abismo de rencor profundo.
Salvador, siendo tan joven, ¿Cómo podría tener un rencor tan grande como el de ella?
O tal vez, en lo profundo de su ser, era alguien que nunca olvida una ofensa.
Aurora suspiró.
“Salva, he vivido en el odio, y por eso he sufrido mucho. Pero no quiero que vivas una vida como la mía.”
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Capitulo 244
“Cuando puedas dejar atrás el odio y empezar de nuevo, entonces ven y predicame.”
Aurora se quedó sin palabras.
Después de dejar a Salvador en el club de destino, ella inicialmente solo planeaba esperarlo en el auto. Después de todo, él y la persona con la que se reuniría iban a hablar sobre el campo de la inteligencia artificial, un tema del que ella no sabía nada, por lo que no quería interferir.
Sin embargo, Salvador le suplicó: “De verdad necesito que me acompañes, la persona con la que me reuniré hoy es el rey de los chips inteligentes. Nuestra empresa de inteligencia artificial necesita colaborar con él a largo plazo. Pero el Grupo Córdoba tiene cierta relación con él, y es muy probable que su corazón esté inclinado a colaborar con Isaac.”
“¿Quieres robarle el terreno a Isaac?”
“Exacto. He hecho mucha preparación para obtener esta oportunidad de colaboración. Sé que este señor adora a su hija. Ella es una bloguera de moda, Aurora, si vienes conmigo y logras hacer feliz a su hija, creo que el negocio estará medio hecho.” Dijo sin ocultarle su ambición.
Salvador le pidió ayuda de manera tan humilde, que ella no tuvo razón para negarse.
“Así que una bloguera de moda, ¿Eh?” Murmuró para sí misma.
Luego, tomó su bolso y siguió a Salvador fuera del auto.
Ellos entraron al club uno tras el otro.
El personal del club, al ver a Salvador, le mostró gran respeto: “Joven amo, su habitación ya está preparada.”
Salvador asintió: “Sin mi permiso, no hay necesidad de molestarnos.”
El empleado asintió vehementemente: “Sí, sí, sí.”
Aurora, al ver el imponente aura de Salvador, no pudo evitar pensar en cuándo se había convertido en alguien tan poderoso.
En ese momento no pudo más que exclamar: “Este niño realmente ha crecido.”