Capítulo 202
Aurora miró a Gabriel, y su rostro repentinamente se volvió frío como el hielo: “¿En qué estabas pensando en el momento que sacaste ese cuchillo?”
Gabriel palideció. En aquel momento, solo quería acabar con Aurora para que no hubiera nadie más compitiendo con Cynthia por el amor de Isaac Córdoba.
“Gracias a ese golpe, me diste la determinación para enfrentarte.”
Gabriel se quedó boquiabierto.
“Por cierto, mandé a leer la fortuna, y el señor que lo hizo dijo que terminarías solo y sin hijas que te despidieran.”
Gabriel abrió los ojos como platos, balbuceando: “¿Sin hijas para despedirme?”
Cuando comprendió el profundo significado de esas palabras, se derrumbó.
“Marina, ¿Qué pretendes hacerle a tu hermana? No te permitiré que la lastimes.”
Aurora, en lenguaje de señas, dijo: “Quiero que todos ustedes se vayan al infierno.”
Gabriel, al ver la expresión siniestra de su hija, sintió como si hubiera visto un alma en pena emergiendo del mismísimo infierno. Estaba aterrorizado.
“Marina, estamos en una sociedad de leyes, no puedes hacerle daño a tu hermana.”
“Tranquilo, papá, soy una persona que conoce y respeta la ley.”
Aurora, sonriendo malévolamente, agregó: “Le diré que has violado la ley y que no volverás a casa en mucho tiempo.”
Gabriel se derrumbó, gritando: “¡No puedes decírselo, no podrá soportarlo…!”
Al verlo cada vez más desesperado y al borde del colapso, Aurora se deleitaba aún más: “Papá, si no se lo decimos, ¿Qué hará ella cuando te busque?”
Aurora se marchó sin mirar atrás.
El hombre se dejó caer al suelo, consumido por la ira.
En el hospital, Cynthia, gracias a los esfuerzos del médico, logró salir temporalmente de peligro.
Los cuidadores que Gabriel había contratado para ella, la atendían con dedicación.
Pero Cynthia, acostumbrada a ser mimada desde pequeña, se sentía incómoda sin ver a su padre o a su esposo.
Intentó llamar a Gabriel, pero nunca pudo comunicarse. Llamó a Isaac, pero él le informó que había regresado al set para filmar la tercera temporada del programa y no volvería en breve.
La joven terminó desquitándose con el cuidador: “No quiero que me cuides, eres muy torpe.
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Capítulo 202
Quiero que me cuide mi papá…”
El cuidador intentó advertirle amablemente: “Señorita Chávez, su padre pagó mi salario hasta el día de hoy. Mañana ya no vendré.”
Cynthia se quedó atónita.
“¿Qué? Si tú no vienes, ¿Quién me va a cuidar? No puedes irte, tienes que esperar a que mi papá encuentre a alguien nuevo antes de irte.” Dijo sonando muy autoritaria.
El cuidador le respondió: “Entonces apresúrense a contratar a alguien nuevo. Mañana no
vendré.”
Cynthia intentó contactar a Gabriel desesperadamente, pero agotó todos los medios posibles
sin éxito.
Su padre parecía haberse evaporado. Al entrar en pánico, le rogó al cuidador: “¿Podrías cuidarme unos días más?”
El cuidador no pudo evitar quejarse: “Eres demasiado difícil de atender, no puedo con esto.”
Pero cuando llueve, diluvia.
Justo cuando Cynthia enfrentaba esa difícil situación, llegó el aviso de cobro de los gastos médicos del hospital.
“Señorita Chávez, el dinero de la cuenta ya se ha agotado, por favor, pague lo antes posible.”
“Denme unos días más, por favor.” Cynthia estaba a punto de derrumbarse.
Fue entonces cuando Aurora apareció. Caminando con sus tacones finísimos, vestida de rojo, con un maquillaje impecable y las uñas perfectamente arregladas.
Al abrir la puerta de la habitación de su hermana, y al ser vista por ella, la desesperación en el fondo de sus ojos dio paso a un rayo de esperanza.
“Mar, llegaste justo a tiempo, papá ha desaparecido. ¿Puedes ayudarme a buscarlo? ¿Por favor?”
Aurora se paró ante ella con aire de superioridad, y viendo a su hermana llorar desconsoladamente, esa imagen de vulnerabilidad le recordó a ella cuando era joven.
“¿Por qué debería ayudarte? Dame una razón para hacerlo.”
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