Capítulo 187 

Cynthia le diseñaba la mayoría de las prendas pensando en su trabajo y los eventos sociales a los que asistía, lo que resultaba en una funcionalidad tan marcada que su vestuario eral bastante uniforme, dominado principalmente por trajes en tonos sobrios de negro, blanco y 

gris. 

Estos trajes, al ser llevados por Isaac, encapsulaban perfectamente el encanto masculino inherente de su persona. Sin embargo, tras su participación en el programa, con largas jornadas de grabación y constantes apariciones en pantalla, tal monotonía en el vestir comenzaba a causar fatiga estética en la audiencia. Y es bien sabido que el mundo del espectáculo nunca carece de belleza, ni de espectadores con un ojo crítico para ella. 

Pronto, la popularidad de Isaac fue eclipsada por Salvador, un joven de dieciocho o diecinueve años, quien se encontraba en el esplendor de su juventud, una edad que desafiaba el lente con su belleza. Su apariencia juvenil, combinada con una madurez innata y una estatura excepcional, conferían a su aura una complejidad notable. 

Las jóvenes que se deleitaban con la belleza andrógina, se encontraban completamente hechizadas por él, mientras que las mujeres maduras, atraídas por hombres de encanto seguro, también se veían atraídas por su sentido de responsabilidad… Y su belleza, a la vez suave y viril, despertaba la envidia de muchos hombres. 

Su compleja personalidad, complementada por un guardarropa de diseños cambiantes y meticulosamente personalizados… lo catapultaron rápidamente al estrellato como el ídolo 

nacional. 

“El pavo real“, murmuraba Isaac al ver a Salvador desplazarse por el set con ropas de exquisita 

textura y diseño. 

Lejos de ofenderse, Salvador lo tomaba como un cumplido, respondiendo con una sonrisa provocadora: “jajaja, ¿Sabes quién diseña y confecciona estas prendas para mí?” 

Isaac lo observó con escepticismo. 

“¿Marina?” 

Con un movimiento de su delicado dedo, Salvador hizo un gesto de negación: “No, no es Marina, es Aurora.” 

La expresión de Isaac se tornó oscura: “Solo alguien sin gusto como tú apreciaría lo que 

diseña.” 

ella 

Al escuchar esa afirmación, la sonrisa de Salvador se esfumó, y sus ojos y labios se endurecieron con una frialdad emergente: “Eres solo un niño de papá, pronto veremos quién carece de gusto.” 

A medida que Salvador ganaba más tiempo en pantalla, nunca repetía atuendo. El director del programa no podía evitar elogiarlo: “Señor Nolan, ¿cómo es que tiene tantas prendas increíbles?” 

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Isaac observaba a Salvador, incrédulo de que todas esas prendas provinieran de su exesposa. Para él, ellos no parecían tener el tipo de cercanía necesaria para diseñar y confeccionar casi un centenar de trajes. 

Ser capaz de diseñar tal cantidad de prendas requeriría de una relación íntima y prolongada, condiciones que Salvador y Aurora aparentemente no cumplían. 

Con un aire de orgullo, Salvador declaró: “Estas prendas fueron hechas por mi diseñadora personal, la señorita Aurora.” 

El director bromeó: “Señor Nolan, realmente me encantan sus prendas. ¿Podríamos pedirle a su diseñadora para que trabaje con nosotros?” 

Salvador, deseoso de promover a Aurora, no dejaba pasar la oportunidad de hacer publicidad: “Pueden seguir a nuestra marca ‘Sueño de la Atlántida‘ en redes sociales, donde encontrarán a muchos diseñadores talentosos. Pueden elegir a cualquier diseñador para que les preste servicios. Nuestra jefa de diseño, la señorita Aurora, alumna de Jasmine, lidera uno de los equipos de diseño más destacados del país. Pueden escoger el estilo y el material que prefieran, y nuestro equipo creará algo a su medida. En resumen, lo que deseen, ‘Sueño de la Atlántida‘ lo puede hacer realidad. Lo mejor de todo es que nuestras diseñadoras son amables y los precios, accesibles.” 

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