Capítulo 177
Aurora finalmente se levantó del sillón reclinable, caminó hacia su madre, y aquellos
sentimientos de agravio y resentimiento parecieron haberse disipado con el tiempo, dejando
solo una calma serena.
“Hasta ayer, aún te guardaba cierto cariño. Pero después de ayer, nuestro lazo se terminó. Eres inteligente, deberías entender lo que quiero decir, ¿Por qué insistir en un vínculo ya
destrozado?”
Fabiola entendió perfectamente el mensaje implícito de su hija.
El hecho de que hubiera ido a verla tan pronto al enterarse de su grave enfermedad demostraba su piedad. Pero el usar su propia enfermedad como cebo para atraerla, colaborando con Gabriel en un intento de aprisionarla, fue una clara muestra de traición.
Aurora debía estar profundamente decepcionada de ella.
Los ojos de Fabiola se humedecieron: “Me equivoqué.”
“En realidad, no te equivocaste, simplemente no me amaste lo suficiente.” Respondió con indiferencia.
Dicho esto, se marchó sin mirar atrás.
Fabiola rompió en llanto.
Cuando Aurora llegó abajo, su mirada se cruzó con la de Salvador. Aunque no intercambiaron palabras, ambos entendieron el mensaje en los ojos del otro.
El cuidado de Salvador por Aurora casi se desbordaba.
La gratitud de Aurora hacia Salvador era profunda y fragante.
Para evitar malentendidos, ambos se saludaron con un leve asentimiento de cabeza.
El documento legal para disolver el vínculo parental ya estaba preparado sobre la mesa, luciendo llamativo y evidente.
Aurora tomó el bolígrafo y firmó con su nombre sin titubear.
Luego, presionó su huella sobre la firma.
Gabriel, al ver su decisión firme, sintió un dolor inexplicable en el corazón.
Finalmente había perdido a su hija.
“Marina…” Dijo llamándola con dolor.
“No me culpes, Cynthia fue mi primera hija. Estaba enferma y el médico dijo que solo tu sangre de cordón umbilical podía salvarla, por eso rogamos a tu madre que te diera a luz. Naciste con
la misión de salvarla, así que inconscientemente, siempre te vi como el antídoto de tu
hermana… Por eso hice muchas cosas que te lastimaron, espero puedas entender el corazón
1/2
14:14 P
Capitulo 177
de un padre que ama a su hija…”
Aurora lo miró con indiferencia: “Señor Chávez, salvé a su hija dos veces. La deuda está saldada. A partir de ahora, cada quien por su camino, sin ningún lazo entre nosotros.”
Gabriel temblaba visiblemente.
Aurora vio sus manos temblorosas, pero actuó como si no lo hubiera hecho. Sonriéndole a Salvador, le dijo: “Salva, creo que desde ahora… soy libre.”
El joven sonrió suavemente: “Siempre lo has sido, Aurora. Vamos. Deja atrás este lugar de tristezas, y nunca vuelvas.”
“Está bien.”
Ambos se alejaron juntos.
Gabriel se desplomó en el suelo, su cabello canoso brillaba bajo la luz, como si estuviera cubierto de nieve.
Cynthia se acercó, y bajando la mirada, dijo: “Papá, siempre la despreciaste, ¿No deberías estar feliz de que se haya ido?”
Gabriel respondió con tristeza: “Cuando estaba en casa, siempre la desprecié por ser inculta, torpe, una vergüenza. Ahora que ha triunfado, la he perdido para siempre.”
Cynthia, siempre dulce, lo consoló: “Papá, no estés triste, aún me tienes a mí.”
El hombre pareció encontrar consuelo en sus palabras: “Sí, afortunadamente aún te tengo, mi hija.”
En la villa de la familia Córdoba.
Isaac había pasado toda la noche en el sofá.
Al amanecer, cuando Lucio regresó a casa, encontró a su hijo todavía durmiendo. Furioso, lo pateó hasta tirarlo al suelo.
Cuando el cuerpo de Isaac chocó con el suelo, abrió los ojos asustado.
Recibiendo la mirada de Lucio, llena de decepción, finalmente despertó. Se levantó y sentó diciendo con la cabeza baja: “Papá.”
2/2
14:145