Capítulo 150
Isaac asintió con tristeza. El cuerpo de Cynthia, como hojas caídas por el viento otoñal, se desplomó de repente al suelo.
“Cynthia.”
Isaac lanzó un llamado desesperado, y sosteniendo a la joven que había perdido el conocimiento, la llevó de prisa a la sala de emergencias del hospital a medianoche.
En el largo y silencioso pasillo, se erguía una figura esbelta. La cual se apoyaba con pereza contra la pared, con una sonrisa burlona en sus labios, observando a Isaac fuera de la sala de urgencias, quien caminaba de un lado a otro como si el piso quemara.
Al verla, Isaac sintió como si hubiera recibido una descarga eléctrica.
A pesar de que solo habían pasado unos días sin verse, el reencuentro le dejó un sabor indescriptible en el corazón.
Por ella, su mundo había cambiado radicalmente, había pasado de ser el joven admirado por todos, a convertirse en alguien despreciado.
Isaac y Cynthia habían superado muchas dificultades, y deberían haber vivido tranquilamente, pero por ella, su amor fue asfixiado, afectando incluso el amor de su madre.
El hombre dio un paso hacia Marina.
Su mirada era oscura y profunda.
Marina levantó la vista hacia la cámara de seguridad, con una sonrisa aún más amplia.
“Marina… ¿Qué haces aquí?”
Él debería haberla confrontado con furia, convirtiendo todo su dolor en rencor hacia ella.
Pero en cambio, lo que salió fue un saludo inesperadamente suave.
Quizás, en el fondo, él también se sentía culpable.
“Ah, vine a disfrutar del espectáculo.” Respondió Marina con desenfado.
Isaac entrecerró sus ojos, sin entender completamente.
Justo entonces, la puerta de la sala de emergencias se abrió y el médico salió. “¿Familiares de la paciente?”
Isaac, sin dudarlo ni un segundo, corrió hacia el médico, preguntando ansioso por la condición de Cynthia: “Doctor, ¿Cómo está ella?”
“Está fuera de peligro, pero el corazón del bebé que lleva en su vientre, ha dejado de latir.”
El médico hizo una pausa, luego entregó la desafortunada noticia: “Deben prepararse
mentalmente, es muy probable que la paciente no pueda volver a quedar embarazada.”
1/2
17:35
Capítulo 150
Isaac se quedó paralizado. El médico le dio una palmada compasiva en el hombro antes de alejarse en silencio.
De repente, Isaac emitió un aullido lleno de tristeza. Su alta y noble figura se desplomó al suelo como barro.
Unos pasos firmes se acercaron lentamente, y un par de tacones altos blancos se detuvieron frente a él. Isaac levantó sus ojos llorosos hacia Marina, y la miró fijamente.
De repente, recordó que cuando se sentía mal en el pasado, ella siempre encontraba la manera de hacerlo sonreír.
Marina se agachó, y mirándolo con una sonrisa en el rostro, dijo: “Isaac, ¿Duele?”
Al escuchar eso, su rostro se tornó pálido como la ceniza.
¿Cómo no iba a doler?
“El dolor es bueno. Isaac, el destino es justo; mi hijo murió, así que el destino también se llevó al hijo de Cynthia.”
Isaac, mirándola fijamente, dijo: “¿Vienes a regodearte de mi desgracia?”
La joven asintió: “Isaac, tus dos hijos murieron antes de nacer. ¿Alguna vez pensaste que esto
es un castigo del destino diciéndote que deberías vivir solo el resto de tu vida?”
Isaac temblando, dijo: “Marina, todo esto es culpa tuya. ¿No te das cuenta de que has
condenado a tu hermana a no poder volver a ser madre?”
“Si Cynthia sufre algún daño por esto, no te dejaré vivir en paz.”
En ese momento, Marina soltó una risa burlona.