Capítulo 104
El hombre se encontraba en aprietos económicos, pero ante la solicitud de Cynthia, no dudó en hacerle una promesa. “Te lo compraré.”
Cynthia mostró una sonrisa de completa satisfacción: “Isaac, he oído que la próxima semana se celebrará la subasta de moda en el Hotel Gilton de la familia Córdoba, y ese Chronos Élysée estará entre los artículos subastados. Tienes que esforzarte por obtenerlo, lo necesito.”
“No será un problema.”
Cuando se llevó a cabo la subasta de moda, la enfermedad de Cynthia se curó
milagrosamente. Cuando ambos asistieron al evento, Isaac captó de inmediato la presencia de Marina, quien estaba sentada en la primera fila.
En ese momento, una expresión de asombro se dibujó en su rostro, preguntándose cómo era posible que alguien que consideraba insignificante tuviera el derecho de ocupar un lugar tan prestigioso.
Y más aún, estaba flanqueada por los jóvenes maestros de las renombradas familias Nolan y Montalbán de la Ciudad de México.
Salvador y Yeray, primos entre sí, jóvenes ambos pero ya con una belleza casi sobrenatural y una inteligencia brillante. Criados por sus familias de magnates, ambos se destacaban notoriamente en el mundo empresarial, siendo considerados como jóvenes élites.
Marina, sentada entre ellos, parecía casi invisible.
“Isaac, mi hermana seguramente está ahí gracias a ti, ocupando ese lugar tan destacado. Realmente no sabe cómo comportarse,” Cynthia expresó en voz alta lo que él estaba pensando.
El semblante de Isaac se oscureció, ya que no era la primera vez que le había advertido a Marina que no se aprovechara de su posición para hacer alarde. Al parecer, había ignorado completamente sus advertencias.
Teniendo eso en mente, decidió que tendría que reprenderla adecuadamente.
Pero lo que él ignoraba era que, dado el estatus de Marina en el mundo de la moda, su lugar en el centro era más que merecido.
En ese momento, una anfitriona se acercó con una sonrisa a Cynthia, diciéndole: “Señorita Chávez, señor Córdoba, son invitados especiales de esta subasta de moda. Les hemos reservado unos asientos, por favor, síganme.”
Cynthia, emergiendo en el escenario de la moda de la Ciudad de México, tenía su propio lugar asegurado. Su asiento estaba en la tercera fila a la izquierda, por lo cual estuvo muy satisfecha.
A fin de cuentas, se había ganado su puesto por méritos propios, no como Marina, quien se apoyaba en la influencia de los hombres.
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Capítulo 104
Lo que Isaac no podía entender era por qué, siendo alguien capaz de otorgar beneficios a otros, había sido colocado por los organizadores en una posición secundaria, en la segunda fila a la izquierda, una situación que parecía marginalizarlo comparado con su estatus de joven adinerado.
No sentía ninguna pena personal, pero Cynthia rápidamente expresó su indignación por él.
Por lo que interrogó a los organizadores, diciendo: “¿Por qué Marina y Salvador pueden sentarse en la primera fila, mientras que yo y este distinguido joven debemos sentarnos detrás de ellos?”
Isaac prestó atención a la conversación.
“Señorita, las personas en la primera fila son o bien figuras destacadas de la moda o patrocinadores de este evento. La asignación de cada asiento ha sido decidida por la dirección. Si tiene alguna duda sobre su lugar, por favor, contacte a la organización.” Dijo la anfitriona.
Al escuchar eso, Cynthia se quedó sin palabras. Después de todo, para alguien de su calibre, ya
era un honor estar en la tercera fila.
Mirando a Marina con resentimiento, dijo: “Isaac, mi hermana seguramente gastó una fortuna para asegurarse su presencia aquí.”
Isaac, sin embargo, estaba completamente confundido: “¿De dónde sacó el dinero para patrocinar este evento?”
Apenas el hombre tomó asiento, sacó su celular y le envió un mensaje a Marina con urgencia: “Marina, ¿Qué haces aquí? Este no es un lugar para ti.”
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