CAPÍTULO 9
Caio Houston:
Estoy abrazado con Ana Paula, diciéndome varias palabras indecentes al oído. Sé que no vale nada, pero estoy tan molesto con toda la situación que viví hoy que tal vez ella sea una buena opción para quitarme todo el dolor que siento en una buena noche de sexo.
Suzana me dejó completamente destrozado, nunca esperé que ella viniera y me tirara un niño encima hablando con convicción como si fuera mío, nunca lo esperé. Podría esperar eso de cualquier mujer en la faz de la tierra, pero de ella jamás.
Suzana siempre será mi niña, recuerdos vivos de nuestra infancia inundan mi mente, cuántas veces jugamos, cantamos y bailamos bajo la lluvia con mi pequeña guitarra. Ella siempre tuvo una personalidad fuerte, pero era algo que siempre pude manejar, nunca me quejé de nada, de hecho, siempre me gustó tenerla cerca de mí, pero ahora cuanto más lejos esté,
mejor.
¡Infierno!
Estoy indignado, quiero culpar a Dios y al mundo entero por mi situación, si al menos tuviera la oportunidad de ser padre algún día, definitivamente tomaría esa oportunidad con todas mis fuerzas, pero no existe. La maldita vida me ha arrebatado eso, me cansé de luchar por algo
que nunca sucederá.
No hay posibilidad, y tengo que resignarme a ello. Mientras Ana Paula habla en mi oído, la imagen clara de Suzana viene a mi mente, el día en que los dos hicimos el amor por primera y única vez en esa habitación de hotel fue uno de los mejores momentos de mi vida. No es sorprendente que no haya estado con nadie más desde entonces. Recuerdo que pasé varios minutos mirándola dormir, acariciando su cabello; ella durmiendo parece un ángel, de esos con un humor un poco malo. Sonrío, seguramente si ella estuviera en el cielo dominaría todos los ángeles existentes. Suzana no fue hecha para ser dominada, siempre supo lo que quería, siempre creí en ella y en su personalidad, para ser honesto, nunca cambiaría nada de su personalidad, porque para mí ella es perfecta tal como es.
Confié tanto en ella, pero eso se rompió hoy. Cómo pudo cargar con una responsabilidad que
no es mía. Pensando en esto, mi odio viene con fuerza.
-Caio, sé que me deseas tanto como yo a ti, lo puedo ver en tus ojos, vamos a satisfacer ese deseo en un hotel que está aquí al lado. Seré una excelente compañía, perfecta, de hecho – Ana Paula habla cerca de mi oído, mientras sus manos rasguñan mi cuello.
1/6
CAPÍTULO 9
Estoy completamente borracho, pero aún soy consciente de mis acciones, recuerdo como si fuera hoy, el día en que ella confesó que abortó al hijo de mi amigo. No había arrepentimiento en su mirada, lo dijo sin ningún atisbo de compasión, definitivamente no quiero tener ninguna intimidad con esta mujer, de hecho, ni siquiera debería haber bebido con ella. Ese fue un error
que nunca quiero volver a cometer.
Creo que una noche de sexo puede resolver mi problema, pero definitivamente no será con
ella con quien lo haga, aunque tenga deseos sexuales.
Me alejo rápidamente de su presencia y ella me mira sorprendida.
-Puedo estar borracho, pero, aun así, no he perdido mi memoria. Eres una persona horrible. Ana Paula, prefiero morir antes que acostarme contigo, porque me da asco -digo con disgusto evidente en mi voz.
Ella me mira intentando mantener la compostura, pero fracasa por completo. Nunca
entenderé qué vio en mí al punto de querer que esté con ella a toda costa, una mujer tan bella
como ella podría seguir su vida y encontrar a alguien que se arrastrara a sus pies, pero ella
aún insiste en perseguirme. Sin embargo, eso no sucederá. Prefiero acostarme con cualquier
mujer, excepto ella.
-Caio, los dos podemos… -Ella deja de hablar cuando es interrumpida por mi amiga Safira.
-No puedes hacer nada Ana Paula -responde Safira poniéndose a mi lado- ¿No te das
cuenta de que Caio no te quiere? -pregunta mi amiga con rudeza.
Ella mira a Safira de arriba abajo antes de responder.
-No has perdido nada aquí, Safira -responde Ana Paula enojada.
Safira sonríe sin humor y toma mi brazo.
-No te preocupes, lo llevaré a casa, ahora busca a otro tonto para acostarte, porque Caio no dormirá contigo -responde Safira con convicción.
Ana Paula fulmina a Safira con la mirada antes de comenzar a sonreír como una loca.
-Caío es quien debería decir eso, no una cualquiera como tú -responde mirando fijamente a
Safira cara a cara.
Safira sonríe y me mira.
-Amigo, ¿quieres acostarte con ella? -pregunta con una enorme sonrisa en el rostro.
Estoy tan cansado de esta situación que lo único que quiero es irme sin mirar atrás.
-Vámonos, Safira -respondo.
2/6
+25 Puntor
CAPÍTULO 9
Safira sonríe y me ayuda a caminar, pero Ana Paula se nos atraviesa.
-Eres patética, Safira, te comportas como una perrita al lado de Caio, pero debes saber que
aunque lo lleves a casa, Caio nunca sentirá la excitación que siente por mí, por ti -Ana Paula
responde.
Safira sonríe de su cara.
-Caio es muy guapo, lo admito, pero estate tranquila, no lo quiero como novio o esposo, y créeme, si tuviera que elegir a cualquier mujer de la faz de la tierra para acostarse, puedes estar segura de que esa mujer nunca serías tú -Safira responde, empujando a Ana Paula
hacia atrás para que salga de nuestro camino.
-Estás loca responde Ana Paula.
Safira sonríe.
-Nunca dije que era normal, Ana Paula.
La veo caer al suelo delante de todos en la discoteca, oigo varias risas, pero no me importa en absoluto, lo único que quiero hacer es irme de allí. Safira me ayuda a llegar a mi coche, cuando voy a sacar la llave de mi bolsillo, ella la sujeta.
-No estás en condiciones de conducir, vamos, te ayudo a llegar a casa -responde con una gran sonrisa en el rostro.
-Si chocas el coche, Safira -respondo medio aturdido y ella se ríe de lo que dije.
Conociendo a Safira, sé que no es una buena opción estar en un coche con ella.
-Vamos los dos al hospital -responde tranquilamente.
Sonrio con lo que dice. Safira me sienta en el asiento delantero y me ayuda a llegar a mi apartamento, abre la puerta y me tiro en el sofá.
-Ey, levántate de ahí, ve a tomar una ducha. Haré café para ti -responde intentando levantarme del sofá.
-No quiero, solo quiero dormir–respondo.
Ella se rie de lo que digo.
-No, Caio, necesitas estar al menos un poco sobrio, no puedo irme y dejarte así. Si te pones enfermo, no estaré aquí para ayudar -responde.
Respiro profundamente, pero en contra de mi voluntad, me levanto y voy al baño junto a ella. Safira no se va de mi lado hasta que entro con ropa y todo bajo la ducha.
215
25 Punts
CAPÍTULO 9
-Eso está bien, chico–escucho lo que dice mientras vuelve a la cocina.
Después de unos minutos logro recuperarme, cojo los pantalones cortos que Safira dejó apartados encima de la cama junto con una camiseta, me visto con ambas prendas y me dirijo hacia la cocina. Huele a café en el pasillo.
Me paro cuando veo a Safira bailando mientras prepara algunas tortitas en mi cocina, cruzo los brazos frente al pecho y la miro con alegría, si hay algo que mi amiga tiene es energía, cuando se da la vuelta, me sonríe ampliamente.
-Estás horrible -dice mirándome de arriba a abajo.
Me echo a reír por lo que dice.
-Gracias por librarme de esa vaca -respondo sentándome en la silla.
-No estaré siempre aquí para salvarte, Caio, sabes que esa chica no vale la pena. Ana Paula
está loca por ti, ten cuidado.
Muevo la cabeza en señal negativa.
-Ella está loca, no… -ella interrumpe mis palabras.
-Abortó un niño porque el hijo no era tuyo, lo peor fue que perdiste a todos tus amigos, así
que Caio, estate alerta -me indica.
Respiro profundamente con sus palabras.
-Lo tendré en cuenta -respondo.
Ella sonríe mientras pone las tortitas en la mesa junto con una botella de café. Mi amiga nos
sirve.
-Ahora empieza a hablar, ¿qué pasó para que estuvieras en una discoteca completamente borracho? -pregunta.
Miro el café frente a mí y doy un sorbo, en el acto acabo escupiéndolo todo.
«Safira solo puede estar intentando matarme», pienso.
-Esto está horrible, Safira.
Ella se ríe de lo que digo.
-Necesitas algo fuerte, café puro sin azúcar -responde tranquilamente mientras coge una
tortita-. Ahora tómatelo todo, no desperdicies mi café–responde.
Sonrío con lo que dice, Safira siempre me saca de varios líos y luego viene aquí a cuidar de mi
como si fuera un niño.
4/6
CAPÍTULO 9
-Solo por
ti–respondo tomando ese café horrible.
+75 Punta
-Ahora empieza a hablar -pide.
Respiro profundamente antes de comenzar a contarle a Safira la locura que ocurrió en mi vida
hoy.
-Otra chica vino diciendo que espera un hijo mío–respondo.
Ella me mira sorprendida por lo que acabo de decir.
-¿Usaste condón? -pregunta.
-No lo usé- respondo.
-¿Por qué no lo usaste? -pregunta frunciendo el ceño.
Respiro profundamente.
-Conozco a la persona con quien estuve y pienso que no me transmitirá ninguna enfermedad
-respondo.
Nunca he tenido relaciones sexuales sin condón con ninguna mujer, excepto una única amiga
con la que quería tener un hijo y ella también.
Ella sonríe ampliamente.
-Eso está bien, Caio.
-Bien, ¿qué, Safira? -pregunto.
-Conoces a la chica, es decir, el hijo podría ser tuyo -responde.
Muevo la cabeza en señal negativa.
-Sabes que no puedo tener hijos, Safira -le recuerdo.
Ella frunce el ceño y se pone la mano en la frente, parece estar pensando en la situación
-Caio, te recomendaría pedir una prueba de ADN -dice.
Me levanto de la silla nervioso, ¿será que todos aún quieren darme falsas esperanzas en esta
mierda de situación?
-No voy a pedir nada, Safira, el hijo no es mío–respondo irritado.
Safira simplemente arquea la ceja.
-Si es tuyo, vivirás con remordimiento el resto de tu vida por rechazar al hijo que tanto querías. -responde-. Tú mismo dijiste que conoces a la chica, ¿estás preparado para lidiar
con esto? -pregunta.
5/6
+25 Punto
CAPÍTULO 9
Las palabras de Safira golpean directo a mi corazón, a pesar de tener certeza de que el hijo no es mío, algo dentro de mí se tambalea con estas palabras. Safira siempre fue tranquila para resolver cualquier situación, siempre supo dar los mejores consejos.
-No es mío -aseguro intentando mantener la calma.
Ella niega con la cabeza.
-No sé qué mujer está embarazada de ti, pero sé que no podrás lidiar con el sentimiento de haber rechazado a un hijo que tanto deseabas. Caio, pide la prueba de ADN, si el hijo realmente es tuyo, la madre no tiene razón para negarse a hacerla. No tienes nada que perder pidiendo la prueba, además te librarás de la carga de haber rechazado a un hijo en el futuro. Te conozco y sé que pesará demasiado en tu conciencia. -responde levantándose-. Pide la prueba, aunque creas que no es tuyo, al menos tu conciencia estará tranquila en el futuro. Ahora me voy, me hiciste perder una noche de diversión.
Respiro profundo, y voy a abrir la puerta para ella.
-Cuidate, amigo, además vives muy solo, te dije que adoptaras un perro, así no te sentirías tan solo–se despide y se va.
Cuando Safira se va, me quedo pensando en sus palabras, ¿será que Suzana dijo la verdad y el hijo realmente puede ser mío? Pedir una prueba de ADN, aunque crea que el hijo no es mío, al menos eliminará cualquier duda que pueda existir en el futuro, y si ella afirma tanto que es mío, no tiene razón para negarse a hacerla.