CAPÍTULO 17
Suzana Ferrari:
Tiempo después…
Gracias a Dios, Daniel ya no me molesta más, después de la orden de protección que Rafael solicitó en su contra, mi exnovio tuvo que irse, su familia pensó que era mejor que viviera en otro lugar por un tiempo, así que no se metería en problemas. Fue triste cuando su padre me buscó para disculparse por la actitud de su hijo, dijo que Daniel me quiere mucho y
desafortunadamente está teniendo dificultades para aceptar la ruptura, pero él como padre
tomaría todas las medidas necesarias, así que ahora puedo vivir en paz.
Hoy decidí armar la habitación de mi bebé, decidí que cuando nazca ya no viviré en la casa de
mi padre, creo que es suficiente vivir toda la vida bajo su protección. Sé que mi padre me
ama, pero siento que necesito empezar a caminar con mis propias piernas, así que compré un apartamento cerca de la galería para que sea fácil trabajar y la guardería que ya he
organizado para cuando mi bebé sea mayor. Estoy planeándolo todo, quiero que todo esté
perfecto cuando mi bebé nazca. Cuando anuncié esta decisión a todos en casa, hubo un gran
revuelo, ellos piensan que no debería hacerlo por tener un bebé pequeño, pero siento que
necesito empezar a tomar mis propias decisiones, seguir mi propio camino sin pensar en lo
que
las
personas pueden decir o comentar. Sin embargo, me cansé de intentar complacer a
todo el mundo, creo que ha llegado el momento de cambiar un poco eso. Sé que me las
arreglaré para cuidar de mi hijo y trabajar al mismo tiempo, siento que puedo hacerlo todo y
demostrar a todos que puedo cuidar de un niño sola sin necesidad de un padre.
Paso por el pasillo de la tienda con mis amigas Lívia, Antonela, y por supuesto Murillo está
aquí a mi lado muy feliz de ayudar a construir la habitación de mi pequeñito.
-Mira qué lindo, Suzan -Lívia me responde mostrándome un hermoso vestido rosa.
Sonrío imaginando a mi bebé dentro de él, aunque aún no sé su sexo.
-Aún no sé el sexo de mi bebé, Lívia -respondo sosteniendo la prenda en mi mano.
-Suzan, tú sientes que es una niña, es decir, será una niña -Antonela dice.
Me rio de lo que dice, siempre he oído que las madres sienten lo que son sus hijos, así que
puedo estar en lo cierto si seguimos esa teoría.
-Tía, ella será mi mejor amiga -Murilo responde emocionado.
Me agacho para estar a su altura y le doy un besito.
1/5
+50 Puntar
CAPÍTULO 17
-Sí, cariño, pero mi bebé también podría ser un niño -respondo.
-No, tía, será una niña -Murilo responde con convicción-. Ella será mi mejor amiga, siempre la protegeré de todo, ya verás -dice hinchando el pecho para mostrar lo fuerte que es.
-Sé que sí, mi amor -digo dándole un beso en la cabeza y me levanto.
Siento una ligera incomodidad, estoy cerca del parto de mi bebé, creo que nacerá antes o después que mi amiga Tayná, cuya boda es en los próximos días.
Mi amiga está esperando dos niñas, ya puedes imaginar el caos que será si también estoy esperando una niña hermosa como yo he imaginado.
-Llévalo, Suzan, todo lo que estás comprando es blanco, es bueno variar, en caso de que descubras que es un niño, el vestido se lo puedes regalar a otra embarazada -Lívia me
orienta.
Pienso un poco sobre eso y realmente puedo regalárselo a mis amigas, así que lo llevaré.
-Está bien, lo llevaré -respondo.
Antonela salta de alegría.
-Estoy ansiosa por ver a mi nuera vestida con ese vestido–me rio de sus palabras.
-Sí, mi sobrina se verá maravillosa en esa ropa -Lívia responde emocionada.
Sonrío ampliamente.
-Ahora vamos a terminar de comprar las cosas, porque necesito que me entreguen todo hoy
mismo en mi apartamento -digo y voy hacia algunos peluches.
Murilo corre delante de mí para ver algunos juguetes más alejados.
Después de unos minutos, alguien me habla, miro hacia un lado y veo a Carol, pero no
entiendo qué hace aquí.
-Miren, si no es Suzana Ferrari, la embarazada del momento que tiene un hijo sin padre –
dice con tono de ironía.
Me enfurezco con lo que dice, pero cuando voy hacia ella, Lívia me detiene.
-Suzan, estás embarazada, no puedes meterte en problemas -me aconseja.
-¿Quién te dio autoridad para hablar de mi hijo? -pregunto nerviosa.
Carol se ríe en la tienda, está junto a otras dos chicas y todas tienen una sonrisa arrogante en
la cara.
-Ay, perdona, pero no dije ninguna mentira -dice mirándome de arriba abajo-. Por cierto, ¿tu
2/5
- 50 Fonts
CAPÍTULO 17
hijo tiene padre? -pregunta con ironía-. No, él te tiene a ti, que eras un ejemplo para los padres de muchas hijas desobedientes. Incluso mi padre siempre me compraba la gran Suzana Ferrari, una chica correcta, y mira ahora, Daniel iba a hacer un favor al asumir este
bebecito que tienes en tu vientre, pero ni eso quisiste y…
-¡Ya basta! -Lívia dice mientras se acerca a ella.
Pero Antonela se interpuso impidiendo que se arme una gran escena dentro de la tienda.
-Mi hijo está aquí -dice preocupada-. Murilo está viendo algunos juguetes, pero aun así,
puede escuchar si hay alguna pelea.
Me enfrento a Carol y sonrío ampliamente.
-Si mi hijo tiene o no padre, eso no te concierne. Solo te lo diré una vez, Carol. No te voy a
arrancar todos los cabellos aquí en esta tienda porque hay un niño a nuestro lado. Pero si te
vuelvo a encontrar algún día y osas hablar de mi hijo, te cazaré, aunque sea en el infierno, porque le arrancaré la cara sin un ápice de piedad. Puedes hablar mal de mí todo lo que quieras, Carol, pero nosotras dos podemos resolverlo. Pero hablar de mi hijo nunca lo
aceptaré. Espero que pienses muy bien en todo lo que vayas a decir a partir de hoy cuando me encuentres, porque ni tu familia podrá salvarte de mis manos -digo mientras la miro fijamente a los ojos.
Veo cómo traga en seco cada una de mis palabras al alejarse un poco de mí.
-Vámonos, chicas -dice mirando a sus amigas.
Salen de la tienda sin siquiera mirar atrás, y es mejor así.
Respiro pesadamente al mirar a mis amigas.
-¿Seguimos comprando? -pregunto.
Las dos sonríen ampliamente.
-¡Claro! -responden al mismo tiempo.
-Tía, mira lo que encontré -dice Murilo al acercarse a mostrarnos un cochecito de muñeca.
Agradezco a Dios que se haya alejado un poco cuando esas vacas llegaron.
-Qué lindo, cariño -digo.
-Vamos a llevarlo para mi amiga -dice.
Sonrío.
-Sí, vamos–respondo.
3/5
+50 Punto
CAPÍTULO 17
Continuamos en la tienda y justo cuando voy a pagar en la caja, escucho una noticia en la
televisión.
El gran empresario Caio Houston está planeando dejar el país para encargarse de los negocios familiares en Estados Unidos.
Mis piernas tiemblan con la noticia. No puedo creer que sea tan cobarde como para evadir la responsabilidad de ser padre y hasta planificar su partida. Mis amigas están a mi lado y siento la mano de Antonela en mi hombro.
-Suzan, sé que no quieres hablar de esto, pero ¿vas a dejar que Caio esté lejos durante todo tu embarazo? Sabes que está cerca de que nazca tu bebé, ¿verdad? -pregunta Antonela.
Falso una sonrisa en mi rostro al mirarla antes de responder.
-Él eligió estar lejos -respondo.
-Sé que te enojas cuando hablamos de esto, pero… -no dejo que Lívia termine de hablar.
-Caio tuvo la oportunidad de estar a mi lado cuando le dije que sería padre, pero no hizo
mucho más que humillarme sin piedad. Así que basta con este tema, saben que me pone de
los nervios recordarlo -digo.
Ambas respiran profundamente.
Sé que no les gusta mis respuestas cuando se trata de mi relación con Caio, pero no puedo
hacer nada si su elección fue huir de la responsabilidad de ser padre. A veces, estoy en las
consultas del bebé cuando escucho su corazón latir y recuerdo la noche con su padre. Es estúpido pensar en eso, pero cada vez que siento a mi hija moverse, lo recuerdo a él. Aunque quisiera olvidarlo, es como si nuestras vidas estuvieran vinculadas para siempre.
Cuando me acuesto en mi cama, recuerdo nuestra única noche juntos y cómo sería si él
estuviera a mi lado para pasar por esta etapa del embarazo. Incluso cuando estoy durmiendo,
sueño con él y recuerdo cómo nos unimos en una sola noche de sexo. Pero al despertar al día
siguiente, me odio por mis pensamientos. Caio me dejó sola y ahora se va para huir
completamente de la responsabilidad de ser padre, y sabes qué, con certeza es mejor así.
-Lo siento, Suzan -dice Lívia incómoda.
-Cambiemos de tema -dice Antonela-. ¿Ya sabes qué quiere tu padre contigo? -pregunta.
Niego con la cabeza. Mi padre ha organizado una reunión familiar esta noche y estoy muy
curiosa por saber de qué vamos a hablar. Ya le pregunté a Diana de qué quiere hablar nuestro
padre, pero ella tampoco lo sabe.
¡Mierda!
1/5
CAPÍTULO 17
-Creo que no será algo grave. Mi padre está bien de salud y seguro que, si fuera algo extremo, lo diría inmediatamente -respondo.
-Es verdad, el señor Ferrari siempre ha sido directo en lo que tiene que decir -señala Lívia.
Sigo conversando con las chicas mientras p**o las cosas en la caja. Necesito ir pronto al apartamento para dejar todo allí y luego ir a la mansión de mi padre.
Realmente espero que no sea nada grave.