CAPÍTULO 13
Caio Houston:
Ella realmente intentó hacerme el payaso.
¡Mierda!
Suzana mintió sobre el hijo que espera que sea mío, eso quedó demostrado en el momento en que su exnovio llegó, o, mejor dicho, su actual novio, ya que volvieron a salir juntos. Esto
explica su negativa a hacer la prueba de ADN, seguramente no será necesario hacerla si el
padre del bebé ya está a su lado. Realmente no tendría sentido.
Cuando Safira mencionó la posibilidad de que ese niño fuera mío, pasé toda la noche dando vueltas en la cama debido a miles de pensamientos que me cruzaban la mente. Tal vez ella podría tener razón, tal vez necesite buscarla al menos para aclarar esta historia de una vez
por todas.
No niego que en medio de la madrugada tuve una pequeña llama de esperanza dentro de mí para intentar ver si esa posibilidad existía. En realidad, solo quería engañarme una vez más. Cuando llegué, me quedé paralizado mirando el cuadro que ella estaba pintando, era un dibujo de una niña, una niña hermosa. Creo que algún cliente pudo haber encargado ese cuadro, Suzana tiene un talento surreal, ya que esa imagen era de una belleza extrema. El dibujo todavía está vivo en mi memoria. Esa niña morena de cabello rizado con rasgos únicos, pero no tenía el color de sus ojos, creo que Suzana aún estaba terminando el dibujo. Seguramente quedaré dudando sobre cómo quedará después.
Estaba distraído cuando Suzana me vio en la puerta. Vi un fuego de ira en su mirada. Sé que cuando me habló de su embarazo me equivoqué en la forma en que le hablé y posiblemente usé palabras muy fuertes. Entiendo que debería haber moderado mis palabras, pero ella tenía a otra persona, y solo de imaginar a otra mujer engañándome nuevamente es absurdo para mí. Ella me habló con total desprecio y me siento mal por eso. Tal vez merezca escuchar algunas palabras duras de la misma manera que ella escuchó cuando fue a mi oficina, pero eso no cambia el hecho de que ella hizo algo muy bajo. Su intención era echar la responsabilidad de un niño sobre mí, pero vio que no era tonto y llevó el embarazo a los oídos
del verdadero padre del niño.
Ella se aseguró de rasgar el examen que iba a comprobar la paternidad del hijo que espera. Me enfadé en ese momento por su actitud, pero cuando llegó su novio, muchas cosas quedaron claras: el hijo es suyo, no mío.
Tengo que entender que nunca podré ser padre.
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CAPÍTULO 13
Tengo que seguir con mi vida, olvidar que este contratiempo pasó frente a mí y seguir
adelante.
Tiempo después…
Los días pasan rápidamente y me siento cada vez más solo en mi apartamento. Las noches de fiesta ya no son iguales que antes, siempre falta algo. Tal vez deba adoptar un perro como Safira recomendó, puede ser que un perro amigo llene el vacío que me ha acompañado por mucho tiempo. Así que hoy mismo le mandaré un mensaje a Safira para que me ayude en
esta búsqueda.
Salgo por completo de mis pensamientos cuando me llaman la atención.
-Caio, estás distraído hoy -dice mi padre con irritación evidente en su voz.
El Gran Gustavo Houston, uno de los Ceo más respetados de la ciudad de São Paulo. Puede que haya conocido a mi padre cuando tenía 7 años, pero no niego que fue el mejor momento de mi vida, porque sé cuántas noches de niño me pregunté por qué no podía tener un padre a mi lado. Creo que fue lo mejor que me pudo haber pasado.
-Disculpa, papá, estaba pensando en algunos asuntos de la empresa -digo mientras limpio
mi boca con una servilleta.
-Caio está completamente disperso últimamente -Lorenzo me provoca.
-La distracción se ha convertido en la palabra clave de su vida -Enzo también me provoca.
Los fulmino con la mirada, pero los idiotas siguen sonriendo presuntuosamente. Eso es tener hermanos molestos a tu lado. Mi padre arquea la ceja mirándome fijamente, parece estar estudiando mis movimientos para asegurarse de que no estoy haciendo nada malo.
-No estoy haciendo nada malo -respondo anticipadamente.
Lo veo bufar de irritación frente a todos, y eso no es bueno.
-Los asuntos de la empresa pueden esperar. Ahora estamos en familia, sabes muy bien lo que tu madre diría por estar ausente en la primera comida del día -responde nervioso-. Enzo, pon ese celular en la mesa ahora -le dice enfadado.
Intento no reírme de la cara que pone mi hermano. Mi padre siempre ha considerado la familia como algo precioso. Incluso cuando mi madre murió, lo vi completamente desolado, era terrible ver el dolor en sus ojos. Yo quería consolarlo, pero nada borró el dolor de aquel momento. Mi padre se cerró para el amor y lo único que hizo fue cuidar de nosotros, tres trastos como él solía llamarnos, que vinieron a trastornar por completo su vida.
-Disculpa, papá -responde Enzo.
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CAPÍTULO 13
Mi padre respira profundamente y todos bajamos la cabeza en señal de respeto.
– Ustedes tres tienen que entender que, en el momento de una comida en familia, no existen terceros. La familia es lo más importante en la vida de un hombre, no hay nada más sagrado que eso, así que la próxima vez que estemos haciendo una comida y ustedes estén con los pensamientos lejanos, les daré la paliza que no di cuando aún era solo un niño. -advierte él.
Abro una enorme sonrisa en mi rostro, solo de imaginar a mi padre golpeándome.
-¡Caio! -llama mi atención.
-Disculpa padre. -respondo.
Mis hermanos se ríen bajito.
-¡Ustedes quieren volverme loco! -se queja mi padre.
-A estos chicos les gusta hacer trabajo duro, Gustavo -mi tía Célia entra a la sala mientras
estamos todos reunidos.
-Ah tía, no es para tanto, ¿verdad? -Lorenzo habla y recibe una palmadita en la cabeza por
parte de ella.
Mi tía es mayor que mi padre, debe tener alrededor de sus 65 años, una mujer experimentada que siempre se mete en nuestras vidas, de hecho, no hay mujer más observadora que ella en
la faz de la tierra. Siempre que ella dice algo es mejor escuchar, porque tiene un radar para el lío desde lejos.
-Ellos quieren volverme loco, ya les dije que son los responsables de mis canas -dice mi
padre.
-Padre, eso es por la edad, no por nosotros tres. -responde Lorenzo.
Mi padre lo fulmina con la mirada, y mi tía sonríe.
-Debo estar de acuerdo con el chico, te estás haciendo viejo hermano mío -responde mi tía.
-¡Célia! -mi padre la reprende-. No hables así de mí delante de ellos, estos chicos están muy dispersos últimamente.
Me levanto de mi silla, voy hacia mi tía y le doy un beso en la mejilla. Alejo la silla para que se
siente.
-El hermano de ustedes siempre es un caballero, deberían aprender de él, chicos -dice mi tía y mis hermanos hacen una mueca de disgusto-. Gracias, querido -responde ella.
Abro una sonrisa convencida en mis labios.
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CAPÍTULO 13
-¿Por qué los chicos están dando trabajo esta vez? -pregunta ella.
Mi padre suspira pesadamente.
-Caio está disperso en pleno desayuno, Lorenzo y Enzo lo están provocando, de hecho, ya
dijeron que él está muy distraído últimamente, me gustaría mucho saber por qué -pregunta
mi padre frunciendo el ceño.
Contengo el aliento por un momento para no mostrar el por qué estoy distraído últimamente,
sé que parte de mi distracción tiene nombre y se llama Suzana Ferrari, la mujer que, aunque trata de engañarme, nunca puedo olvidar la única noche que tuvimos.
-¿Por qué viniste aquí tan temprano, hijo mío? Normalmente te quedas encerrado en ese
apartamento solo -pregunta curiosa mi tía mientras se sirve un poco de café en su taza.
-Él llegó anoche, tengo que admitir que esta actitud no es normal, además Caio solo aparece
para dormir de vez en cuando, solo viene aquí cuando tiene algún problema -dice mi padre
frunciendo el ceño.
Trago saliva con sus palabras, no quiero entrar en detalles sobre Suzana, aunque todavía
pienso en ella, ya se demostró hace meses que ese hijo no es mío, sino de su novio Daniel
-Padre, necesitaba ayuda con algunos números de la empresa, le pedí a Caio que viniera
aquí a ayudarme anoche, como era tarde, él prefirió quedarse aquí -responde Enzo
sacándome de un gran aprieto.
Mi padre lo mira con la ceja levantada.
-Entiendo -dice, pero es visible en su mirada que no creyó nada de lo que Enzo dijo.
-¿Saben la novedad? -pregunta mi tía.
-¡No! -respondemos todos juntos.
-¡Hombres! -se queja ella-. La hija de Ferrari está embarazada -dice.
Escupo todo el café que estaba empezando a tomar, todos me miran sorprendidos.
-Qué asco, Caio -responde Lorenzo, ya que estaba justo a mi lado y casi le alcanza.
-Caio está loco, mira lo que hiciste a tu hermano -me reprende mi padre.
Cojo una servilleta y empiezo a limpiar toda la suciedad que causé.
-Disculpa, padre -me disculpo.
-No es a él a quien debes pedir disculpas, sino a mí, mira lo que hiciste, ¡maldición! –
Lorenzo dice nervioso.
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CAPÍTULO 13
-Mira las palabras que estás usando en pleno desayuno, Lorenzo -lo reprende mi tía.
– Disculpa. -dice sin ganas.
Enzo me mira desconfiado, mi hermano siempre ha sido muy observador, puede haber deducido algo, pero espero que no, y mi padre vuelve a prestar atención en mi tía.
Mi tía respira pesadamente antes de continuar.
-Ahora déjame contar -pide-. Suzana Ferrari está embarazada -concluye algo que yo ya sabía.
-Ella sale con ese idiota de Daniel, ¿verdad? -pregunta Lorenzo.
-Sí, él incluso dice ser el padre del bebé -dice mi tía.
-Si son novios, eso es lo más obvio -responde Enzo apartando su mirada de mí.
-Ella era tu mejor amiga, ¿no sabías que estaba embarazada, Caio? -pregunta mi tía.
Todos los ojos caen sobre mí, me quedo completamente sin saber qué responder. Extraño, porque mi padre me mira todo el tiempo con la ceja levantada, siento que está estudiando cada uno de mis movimientos, pero aun no entiendo por qué.