CAPÍTULO 12
Suzana Ferrari:
Sería mejor estar viendo al mismísimo diablo frente a mí en este momento, en lugar de ver a Caio parado en la puerta mirando el deseo que estoy dibujando. Una gran rabia se forma dentro de mí, ¿cómo puede tener el coraje de estar aquí después de todo lo que ha pasado?
-¿Qué haces aquí? -pregunto furiosa.
Ve cómo pasa su mano por su barbilla, aparta los ojos de mi pantalla y me mira.
-No eres bienvenido aquí -dice Lívia a mi lado.
Simplemente sonríe, viéndome irritada.
-¡Vete! -espeto señalando la puerta.
-Necesito hablar contigo -responde tranquilamente.
Una cosa que Caio siempre ha sido es demasiado calmado y eso siempre me ha irritado
profundamente. Me dan ganas de estrangularlo con mis propias manos.
-No tengo nada que hablar contigo -respondo.
Él arquea la ceja.
-¿Estás segura? -pregunta dando un paso hacia mí-. Porque si una mujer dice que está esperando un hijo mío, seguramente tiene algo que decirme -responde deteniéndose frente a
mí.
Sonrío con ironía.
-Tú dijiste que no era tuyo -repliqué.
Él asiente con la cabeza afirmado las cosas que había dicho.
-Sí, pero decidí confirmarlo por pura conciencia, así que aquí tienes la dirección a donde debes ir para hacer la prueba de ADN -me muestra el papel.
Cojo el papel del análisis sin siquiera mirar lo que está escrito y lo rompo en pedacitos.
-Suzan, cálmate -pide Lívia.
Hago un gesto con la mano para que se calle y no se meta en este asunto y sí lo hace. Miro a
Caio y digo:
-No voy a hacer nada, dijiste que no era tuyo así que ve y vive tu vida -respondí arrojándole
1/4
+75 Ponte
CAPÍTULO 12
los pedacitos encima.
Caio respira profundamente, pareciendo intentar calmarse debido a mi actitud.
-Eso solo demuestra que ese hijo no es mío, como dije antes–responde irritado.
Sonrío sin humor.
-No te preocupes, la puta aquí como me llamaste, sabrá cuidar de ese niño sin necesitar de un padre, pero no te quiero cerca de mí. Moriste para mí, Caio, en el momento en que me echaste como a una prostituta de tu oficina -hablo alterada.
Él se ríe de mis palabras, parece que para él soy una payasa, no puede ser.
-Eso lo recuerdas, pero recuerdo que querías que yo asumiera un hijo que probablemente no es mío, si lo fuera, estoy seguro de que no te importaría hacer una prueba de ADN -responde
nervioso.
Me río en su cara.
-Sí, pero las palabras que utilizaste fueron horribles. Quiero que tú y esa prueba de ADN vayan al infierno, Caio, nunca más te acerques a mí, ¡nunca! -espeto enfadada.
Él abre una gran sonrisa en su rostro.
-Verdad que querías realmente cargar a un niño sobre mí, qué papelón, Suzana -responde
con ironía.
-Eres un cretino, maldito, ¿cómo tienes el coraje de aparecer ante mí como si nada hubiera pasado? Quiero que tú… -él interrumpe mis palabras.
-¿Tú qué eres cuando quieres cargar a un hombre con un hijo que no es suyo? -pregunta con ironía-. La prueba está ahí, tú negándote a hacer una simple prueba de ADN. Si estuvieras tan segura de que ese hijo es mío, vendrías conmigo, pero solo estás mostrando que tuviste el coraje de jugar sucio como cualquier mujer…
Le doy una bofetada antes de que termine sus palabras.
-Lávate la boca antes de hablar de mí. Nunca más quiero tener contacto contigo, mi hijo será criado con mucho amor y… -él me interrumpe.
-¿Quién es el padre de este niño, Suzana? -insiste.
Antes de que pueda responder, alguien habla
-Yo soy
por mí.
el padre, pero no entiendo qué haces aquí -miro y veo a Daniel entrando en la sala.
Abro la boca sorprendida por las palabras de Daniel, ¿cómo se enteró de mi embarazo?
2/4
CAPÍTULO 12
Caio me mira con una gran sonrisa en su rostro antes de responder a Daniel.
-Solo vine a hablar con tu novia para aclarar algunas dudas, pero ya tengo mi respuesta
dice-. Felicidades por el niño, Daniel, espero que seas muy feliz con tu hijo.
Daniel mira fijamente a Caio y lo observa de arriba abajo.
-No molestes más a mi novia, Houston–advierte Daniel.
Caio asiente con la cabeza afirmativamente.
-No te preocupes, Daniel, solo tenía un pequeño problema que debía resolver con Suzana, pero ya lo resolvi -dice Caio y sale de la sala sin siquiera mirar atrás.
Permanezco paralizada en el lugar, parece que he entrado en algún estado de trance debido a
toda esta situación. Miro a Daniel y me enfado con las cosas que ha dicho.
-¿Por qué dijiste que mi hijo es tuyo? ¿Y quién te dijo que estoy embarazada? -pregunto
enfadada.
Daniel frunce el ceño confundido.
-Estamos saliendo juntos, no hay forma de que este niño sea de otra persona. Y mi tía trabaja en el hospital donde te hiciste el examen y me dijo que seré padre–responde.
Sonrío sin humor.
-Ya no estamos saliendo y mi hijo no es tuyo, Daniel… -me interrumpe.
-¿Me has engañado, Suzana? -pregunta sorprendido-. Hablaste tanto de mí y me has
traicionado acostándote con otro.
-No te estoy comparando contigo, terminamos y luego de eso me acosté con otro y quedé
embarazada -respondo.
Él sonríe sin ganas.
-Solo estás diciendo eso porque estás herida por lo que pasó entre nosotros, pero eso no es
motivo para alejarme de mi hijo, Suzana -responde.
Me enojo aún más por lo que dice.
-¡Este hijo no es tuyo, Daniel! -grito enojada.
-¿Entonces quién es el padre de este niño, Suzana? -pregunta.
-¡Mi hijo no tiene padre!
Y sonríe sin ganas.
3/4
+25 Punto
CAPÍTULO 12
-Realmente me has traicionado, Suzana, ¿cómo pudiste llegar tan bajo? -habla nervioso.
Me rio de lo que dice.
-Nunca te he traicionado, aunque bien que lo merecías, porque no sería la única cornuda en nuestra relación -respondo pasando por su lado.
Daniel agarra mi brazo.
-Esta conversación no va a terminar así, Suzana -advierte.
-¿Estás loco por agarrar su brazo así? -pregunta Lívia empujándolo para que me suelte.
Daniel sonríe sin ganas.
-Tranquila, Lívia, nunca he agredido a Suzana ni lo haré–responde arreglando su traje-. Cuando estés más tranquila, hablaremos, Suzana -dice y sale de la sala..
Nunca pensé que Caio aparecería aquí y mucho menos que Daniel haría todo este papelón, Dios mío, cómo quisiera meterme en un agujero ahora, para desaparecer después de todo