Capítulo 89
Keira
Fuimos a desayunar en el Contemporary Resort de Disney, ¡y fue increíblemente divertido!
Estábamos en la línea del monorriel, y fue genial viajar desde nuestro hotel hasta el lugar del
desayuno. Mickey, Minnie, Pluto y hasta Goofy hicieron su aparición, y pudimos tomarnos fotos y posar con ellos mientras desayunábamos. Me sentí como una niña pequeña, llena de
emoción.
Después de desayunar, volvimos a subir al monorriel para ir al Magic Kingdom. Al entrar en el parque, una sensación mágica me invadió, algo que nunca había experimentado antes. Realmente te hacía sentir que habías entrado en un mundo de fantasía.
Nos divertimos muchísimo riendo y disfrutando juntos. Me encantó pasar tiempo no solo con Adam, sino también con mi hermano y mi mejor amiga. Incluso la compañía de Austin y Evan, aunque fueran nuestros “chaperones“, resultó agradable. Honestamente, no estaban haciendo un gran trabajo en ese rol; si lo hubieran hecho, estaría compartiendo habitación con Jamie,
no con Adam.
RE
Pensar en la noche pasada con Adam me hizo sonrojar mientras estábamos en la fila de
Piratas del Caribe.
-¿Estás bien?-me preguntó Adam, notando mi expresión.
-Sí, solo estaba pensando, eso es todo -le respondí.
-Hmm, ¿pensando en qué? -insistió Adam, inclinándose hacia mí con una sonrisa pícara.
-Tal vez en algo de anoche -respondí tímidamente.
Adam me rodeó la cintura con su brazo y dijo en tono juguetón:
-Esa fue, sin duda, mi parte favorita de todo este viaje.
Le di un golpecito en el brazo y me reí.
-¿En serio? ¿Estar en Disney y compartir una habitación conmigo es tu cosa favorita?
-Sí, porque estoy con mi princesa -dijo él, dándome un beso en la mejilla.
-Oye, Príncipe Encantador, ¡muévete! -Se rio Austin desde atrás. La fila había avanzado y nosotros nos habíamos quedado atrás, absortos en nuestra conversación.
Después del paseo, probamos el famoso Dole Whip. Compartí el mío con Adam, pero después
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de unos bocados, le dije que consiguiera el suyo porque no estaba dispuesta a compartir
más.
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-Sí, definitivamente este no es un dulce para compartir. -Se rio Adam y fue a buscar el suyo. Kevin lo acompañó porque Jamie le había dicho lo mismo.
Mientras esperábamos a los chicos, Evan se acercó a mí y dijo en tono serio:
-Keira, parece que realmente has hecho feliz a nuestro hermano.
-Eso dice él -respondí sonriendo.
-¿Lo amas? -preguntó Austin, uniéndose a la conversación con una mirada inquisitiva.
-Sí, lo amo. Quiero que sea feliz–les dije sinceramente.
-Bueno, está claro que lo haces feliz. Usualmente, Adam es el más taciturno de los tres, pero contigo, nunca lo he visto de mal humor. Eres buena para él -dijo Evan.
-Y él también es bueno para ella. Le ha dado confianza y ahora ella sonríe mucho más –
añadió Jamie, apoyándome.
-¿Han hablado sobre lo que pasará cuando te mudes para la universidad? -preguntó Austin
. Sé
que Adam va a estar muy triste cuando te vayas.
-No, no hemos hablado de eso. Honestamente, me da miedo pensar en lo que podría suceder cuando empecemos la universidad. No quiero que sufra cuando debería estar disfrutando de esa etapa -les confesé.
-Te va a extrañar, no hay duda de eso -expresó Evan.
-Sí, pero creo que también necesita algo de libertad -les dije, intentando sonar optimista.
-¿Libertad? ¿De qué hablas? -preguntó Jamie, levantando una ceja.
Antes de que pudiera responder, los chicos regresaron con sus Dole Whip flotantes.
-Decidimos probar los flotantes esta vez. Creo que saben aún mejor que el Dole Whip solo- dijo Kevin, y Adam asintió en acuerdo.
-Prueba esto–indicó Adam, ofreciéndome un poco de su flotante.
-¡Wow! Esto es refrescante. -Le sonreí, disfrutando del sabor.
Adam
Me encantaba ver a Keira disfrutando de Disney. Verla tan feliz me hacía darme cuenta de cuánto había cambiado desde que llegamos. Y lo que más me alegraba era saber que yo
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tenía algo que ver con esas sonrisas.
Sabía que en unas semanas estaríamos separados por la universidad, y aunque eso me preocupaba, quería que Keira tuviera algo que la hiciera recordarme, algo especial.
-¿Podemos volver a Epcot? -le pregunté al grupo.
-Claro, me encanta la idea de probar más bebidas alrededor del mundo. -Se rio Austin.
Ayer, Evan y Austin fueron los únicos que pudieron beber legalmente y disfrutaron frotándonoslo en la cara, pero fueron amables y nos dejaron probar algunas de las bebidas
que consiguieron.
-Me gustó mucho Epcot. Me encanta la idea de viajar de un país a otro sin salir del parque
exclamó Keira emocionada.
-Realmente quiero ir a Italia, vi algo en una de las tiendas allí que me llamó la atención -les
dije.
-Podríamos cenar en el pabellón mexicano. Tiene un ambiente nocturno al aire libre, justo al
lado del agua -sugirió Evan.
Subimos al monorriel y nos dirigimos al World Showcase en Epcot. A las chicas les
encantaban las tiendas. En Francia, estuvieron oliendo perfumes y quedaron sorprendidas al
ver que el que les gustaba costaba 120 dólares. Mientras salíamos, aproveché la excusa de ir al baño para comprar ese perfume y enviarlo al bungalow donde nos hospedábamos.
Después, seguimos explorando los países. Austin y Evan probaron cervezas de diferentes lugares y, por supuesto, nos dejaron a Kevin y a mí probar algunos sorbos.
Cuando llegamos a Italia, entré en una tienda de cristales que había visto el día anterior. Dudé en comprar lo que vi, pero al ver lo feliz que estaba Keira, supe que era lo correcto. Compré un collar con un pequeño corazón de cristal que tenía una rosa roja en su interior, y también lo
envié al resort.
Al regresar al bungalow, Keira, Jamie y Austin estaban en la terraza, con los pies en la bañera de hidromasaje, esperando los fuegos artificiales.
-¿Nos metemos después del espectáculo? -pregunté, uniéndome a ellos.
-Quizás después de los fuegos artificiales -respondió Keira con una sonrisa.
Nos descalzamos y nos sentamos a disfrutar del espectáculo. Los fuegos artificiales eran espectaculares, y me encantaba escuchar los “ohh” y “ahhh” de Keira. La abracé mientras observábamos juntos, y cuando el espectáculo terminó, ella se volvió hacia mí.
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-¡Eso fue increíble! -exclamó.
-Sí, pero no tan increíble como tú le dije, inclinándome para besarla.
-No puedo creer que esta sea nuestra última noche aquí. Ha sido un viaje inolvidable. Gracias, Adam, por todo esto -dijo Keira con una sonrisa agradecida.
-El próximo viaje que hagamos, prometo que será solo tú y yo -le respondí. Keira sonrió, y sin decir nada más, la abracé con fuerza. Luego, recordé que tenía algo para ella-. Oye, te compré algo agregué, rompiendo el abrazo. Le entregué dos bolsas, y su expresión de sorpresa me hizo sonreír.
La primera bolsa tenía el perfume.
-¡Adam! ¡Esto es tan caro! -expresó ella.
-Nada es demasiado caro para ti. Quería que lo tuvieras porque sé cuánto te gustó -le dije.
Ella sonrió y me dio un beso.
-Ya me has dado tanto con este viaje. Gracias.
-Abre la otra bolsa -le sugerí.
Keira guardó el perfume y abrió la segunda bolsa. Dentro había una pequeña caja. Cuando la
abrió, sus ojos se iluminaron al ver el collar.
-¡Oh, Adam! Esto es hermoso -dijo, admirando la delicada pieza.
Tomé la caja de sus manos y saqué el collar.
-Vi esto en Italia y supe que era perfecto para ti. Te quiero, Keira. Ese corazón representa el
mío. Eres tan hermosa como la rosa que lleva dentro, y brillas en mi vida como este cristal. Sé
que suena cursi, pero es la verdad -le dije mientras le ponía el collar-. Mira, sé que en unas
semanas estaremos separados por la universidad, pero quiero que tengas esto para que siempre sepas que tienes mi corazón contigo. Cuando te sientas asustada o sola, solo mira
este collar y recuerda este viaje. Y recuerda que estaremos juntos de nuevo.
-Oh, Adam -dijo Keira con lágrimas en los ojos,
Me acerqué y limpié la lágrima de su mejilla con mi pulgar.
