Capítulo 14
Keira
Me metí rápidamente en la ducha y me lavé para poder salir de ese baño. Salí y simplemente me sequé rápidamente con la toalla y me puse la ropa.
Me acerqué a la puerta principal del baño y la desbloqueé. Mejor desbloquear su lado y hacerle saber que ya había terminado.
Me acerqué a la puerta del baño de Adam, respiré profundamente, la desbloqueé, golpeé y
grité:
–Ya terminé, el baño es tuyo.
Luego salí apresuradamente del baño antes de que Adam pudiera entrar y me apresuré de
regreso a mi habitación.
¡Dios mío, no podía creer que Adam hubiera entrado allí, conmigo solo en sujetador! Ahora se burlaría aún más de mí. ¡Vio lo gorda que realmente soy!
Las lágrimas comenzaron a caer lentamente por mi rostro al pensar en cómo Adam había
visto lo gorda que realmente era.
Nunca se me ocurrió cerrar con llave su lado de la puerta del baño. Estaba acostumbrada a tener una sola puerta para cerrar el baño, no dos. Además, los chicos nunca golpeaban cuando entraban a mi habitación, ¿por qué lo haría él ahora?
A medida que las lágrimas comenzaron a fluir por mi rostro, no supe cómo podría mirar a Adam. Solo empeoraría con los insultos ahora.
¿Por qué tenía que ser gorda? ¿Por qué no podía tener un cuerpo normal? Desearía ser bonita, así nadie podría burlarse de mí.
Cerré los ojos y respiré profundamente. Lentamente abrí los ojos y tomé otra respiración profunda para calmarme y detener las lágrimas que habían estado cayendo.
Adam
Escuché el golpe y a Keira diciendo:
-Ya terminé, el baño es tuyo.
Entré a la habitación. Keira debe haber tenido prisa por ducharse después de que entré. Sus leggins y sujetador estaban tirados en el suelo junto al cesto de la ropa sucia. Debe haberse
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Capitulo 14
quitado el resto de su ropa y haber saltado directamente.
Recogí la ropa para ponerla en el cesto, pero la curiosidad me ganó. Miré su sujetador, ¿qué talla usa? Lo que vi es que tenía una talla bonita.
42D. Demonios, me pregunto cómo quedaría uno de sus senos en mi mano. ¿Qué estoy haciendo? Necesito dejar de preguntarme sobre los senos de Keira. Puse el sujetador y los leggins en el cesto y me duché.
Después de salir de la ducha y cambiarme a mi ropa de dormir, me di cuenta de que debería
decir algo a Keira. Mamá tenía razón, Keira era una chica sensible.
Caminé hasta su puerta y escuché por un segundo. Pude oír la televisión encendida en su
habitación. Eso es una buena señal, al menos no está llorando. Golpeé suavemente en su
puerta.
Ella abrió la puerta una r*****a para mirar afuera.
-Hola -le dije suavemente.
-Hola -respondió ella, mirando hacia abajo. Pude ver que su rostro estaba hinchado.
Maldición, había estado llorando.
-Mira, lamento lo que sucedió antes. No estoy acostumbrado a compartir mi baño -le
expliqué. Ella solo asintió con la cabeza, claramente sin querer mirarme-. Intentaré recordar
golpear antes de entrar, ¿de acuerdo? -Esperaba que eso la hiciera sentir mejor, pero ella
siguió asintiendo con la cabeza.
Quería decirle que no tenía nada de qué avergonzarse. Que realmente tenía un cuerpo bonito. Mirándola ahora, no creí que lo entendería.
-De acuerdo, entonces -dije y me fui. Escuché que cerraba su puerta mientras regresaba a
mi habitación.
Mientras me acercaba a mi puerta, Kevin salió de su habitación y me vio.
-Oye, amigo, ¿estás bien? Pareces como si alguien hubiera aplastado a tu cachorro -dijo
Kevin.
Kevin no tenía idea de lo que había sucedido entre Keira y yo en el baño, lo cual probablemente era algo bueno.
-Sí, estoy bien, solo cansado. ¿A dónde vas? -le pregunté.
-Al baño y luego a terminar la maldita tarea de matemáticas -respondió Kevin.
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Capítulo 14
Sí, el famoso baño. Necesitaba dejar de pensar en ese baño.
-Asegúrate de hacer esa tarea de matemáticas, el equipo no te necesita en probatorial académica le dije. Ya teníamos a uno en probatoria y yo estaba bordeando con inglés. No lo necesitábamos a él también, especialmente porque era el subcapitán. No sería bueno si ambos quedábamos fuera.
-¡Sí, capitán! -Kevin me saludó mientras se reía.
-De acuerdo. -Me reí con él. Nos vemos por la mañana. -Me dirigí a mi habitación.
Mientras caminaba hacia mi cama, no podía dejar de pensar en Keira. ¿Por qué estaba tan
avergonzada de su cuerpo? Realmente no la entendía.
Realmente no tenía nada de qué avergonzarse. Solo sus senos eran tan hermosos. Solo los vi
en su sujetador, pero, aun así, definitivamente eran un espectáculo digno de admirar.
Laura
A la mañana siguiente, la cocina parecía la estación central con cuencos y almuerzos
colocados en el mostrador.
-¡Dios mío, olvidé cómo es tener más de un niño preparándose para ir a la escuela! -Me reí y
le dije a Kevin cuando entró a la cocina.
-¿Nos hiciste almuerzo? -preguntó Kevin.
-¡Por supuesto que sí! Son mis hijos durante las próximas dos semanas, ¡así que los trataré
como si fueran míos! -le respondí.
-Mamá a veces nos hacía almuerzo, pero la mayoría de las veces nos daba dinero para
comprarlo. Ella trabaja mucho, como sabes–comentó Kevin mientras tomaba uno de los
cuencos de cereal que había preparado.
Sabía que Janet odiaba no poder hacer más por sus hijos. No creía que ellos comprendieran
los sacrificios que ella había hecho en su propia vida para criarlos.
-Tu mamá odia tener que sacrificar su tiempo con ustedes… -empecé a decirle.
-No culpo a mi mamá, Laura. Sé que tiene que trabajar más para mantenernos. Culpo a mi
donante de e*****a por ponerla en esa situación. Sinceramente, solo deseo que
mi mamá
pueda disfrutar la vida en lugar de luchar por nosotros -replicó Kevin mientras comenzaba a
desayunar.
Kevin realmente detestaba a su padre. No podía culparlo. Realmente necesitaba a su padre y
el idiota ni siquiera se molestaba en estar ahí para él. Kevin era más consciente y sabio de lo
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que aparentaba. Me preguntaba si Janet se daba cuenta de esto sobre su hijo.
Adam entró a la cocina a continuación, sentándose junto a Kevin en el mostrador.
-Buenos días -nos dijo adormilado.
Adam generalmente dormía bien. Me preguntaba por qué estaba tan somnoliento esa
mañana.
-Cariño, ¿no dormiste bien anoche? -le pregunté, mientras le ponía un tazón de cereal frente
a él.
-Simplemente no pude conciliar el sueño. Supongo que estaba demasiado ansioso por el juego de esta noche -murmuró Adam.
-¿Ansioso? ¿Tú? ¿Eres realmente Adam Case? ¿Los extraterrestres tomaron a Adam y te
reemplazaron? -bromeó Kevin con una ceja levantada.
-Cállate. -Adam sonrió-. Simplemente no pude dormir anoche -respondió Adam.
Algo estaba molestando a mi hijo, pero sabía que no debía presionarlo. Adam tendía a
guardar las cosas para sí mismo cuando algo lo inquietaba.
-¿Bebiste algo con cafeína anoche? Tal vez por eso tuviste problemas para dormir -sugerí
para intentar que se relajara un poco.
-Mmm, no lo sé, tal vez, eso lo explicaría -gruñó Adam mientras comía su cereal.
Keira fue la última en entrar a la cocina. Cuando vio que su hermano y Adam ya estaban allí
comiendo, bajó la cabeza y se acercó a mí. ¿Qué estaba pasando aquí?
-Um, no tengo hambre, creo que me saltaré el desayuno -me dijo Keira.
-Cariño, ¿estás segura? El desayuno es importante le insistí.
-Sí, estoy segura. Solo necesito empezar a caminar hacia la escuela -respondió Keira.
-¿No quieres esperar e ir con los chicos? -le pregunté.
-Necesito hacer ejercicio -dijo encogiéndose de hombros.
-De acuerdo, llévate un plátano y cómelo en el camino. Ten cuidado, cariño -le dije mientras le entregaba el plátano y su almuerzo.
-Ok, nos vemos luego contestó Keira mientras salía de la habitación.
Algo estaba sucediendo. Tenía a un adolescente que no había dormido bien y a otro que
parecía estar frente a un pelotón de fusilamiento.
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-Ok, ¿qué fue eso con Keira? -le pregunté a Kevin.
Él encogió los hombros.
-Siempre actúa así, te acostumbras -contestó mientras terminaba su cereal.
Fruncí el ceño y miré a Kevin.
-¿Siempre está deprimida? Debe haber algo más detrás de esto -expresé.
