Rena entendió lo que Tatsuya quiso decir.
Ella no pudo ocultar su decepción y dijo con voz apagada:
-¿Entonces lo que se ve en sus videos… todo eso fue montado?
Tatsuya soltó una risa burlona.
-Así es. Su supuesta habilidad no es más que ruido inflado por la gente de internet.
Jonathan frunció el ceño, sin terminar de convencerse.
Durante el trayecto, los tres no dejaron de platicar sobre Sabrina.
Aunque el instrumento principal de cada uno no era precisamente el violín, todos, como músicos de alto nivel, dominaban varios instrumentos. Entre los estudiantes de Elwood, era común encontrar músicos versátiles. Incluso Sabrina, sin demasiado esfuerzo, había alcanzado el octavo nivel en piano. Si no hubiera dejado de estudiar para casarse, llegar al décimo no habría sido más que cuestión de tiempo.
Rena, Jonathan y Yoshida también dominaban el violín. Haber llegado tan lejos se debía en parte a su talento, pero sobre todo a una verdadera pasión por la música. Ahora que estaban en Cartagena, les ilusionaba poder compartir experiencias con otros grandes violinistas.
Rena insistió:
-Pero yo he visto sus videos, y no me parece que todo sea puro teatro en redes.
Jonathan asintió, apoyándola.
-Yo la sigo en redes sociales. No me pierdo ninguno de sus videos. Toca el violín como pocos.
Yoshida resopló, cruzándose de brazos.
¿Y ustedes de verdad creen en lo que ven en videos? Con la tecnología de ahora, hasta en los conciertos en vivo hay profesionales manipulando el sonido. Un video no significa nada. Fácilmente pueden ponerle audio editado después. Y si eso no bastara…
Hizo una pausa, sus labios dibujando una mueca despectiva.
-Esa Sabrina apenas terminó la secundaria, y luego se quedó cinco años cuidando la casa. ¿De veras creen que alguien que no ha tocado el violín en tanto tiempo puede volver así de la nada? Si fuera tan buena, ¿por qué el maestro nunca la aceptó como discípula?
Rena, Jonathan y Yoshida de inmediato miraron a Elwood, buscando una respuesta.
-¿Maestro, es cierto todo eso? -preguntó Rena, con un dejo de inquietud.
Elwood mostró una leve incomodidad. Había visto a Sabrina tocar, y su talento no tenía nada que envidiarle a Araceli. Pero él siempre pensó que, por más brillante que fuera, si la persona no tenía principios, su éxito sería efímero, como una estrella fugaz que se apaga rápido.
Sin embargo…
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Las palabras de Tatsuya le sembraron una duda. ¿Y si Sabrina hacía trampa? Era difícil engañar en una presen vivo, pero si todo estaba arreglado de antemano, tampoco era imposible. Podía fingir que tocaba con pasión, mientras en realidad sonaba una grabación editada. Con André como exesposo y Hernán apoyándola, con esos contactos, trampear no sería nada complicado.
Antes, Elwood nunca lo había considerado. Pero con lo que sabía de la personalidad de Sabrina, no podía descartar esa posibilidad.
Aun así, Elwood siempre fue de los que no acusaban sin pruebas.
Respiró hondo y respondió:
-Esa persona la he tratado personalmente. Sobre su habilidad… todavía no me atrevería a asegurarlo. Pero su carácter es demasiado altivo y arrogante, y su calidad humana deja mucho que desear. Por mucho talento que tenga, jamás la aceptaría como discípula.
Capítulo 684
Tatsuya intervino, con voz cargada de desprecio.
-Sabrina es hija de Celeste. Anda paseando la vieja guitarra de su mamá por todos lados, usándola para hacerse famosa. Si es capaz de aprovecharse hasta de su propia mamá fallecida, ¿qué se puede esperar de alguien asi?
Jonathan se quedó de piedra.
-¿Sabrina es hija de Celeste? -exclamó, incrédulo.
Rena abrió los ojos, sorprendida.
-¿Es la hija de nuestra colega? ¡Nunca escuché nada de eso!
Tatsuya se encogió de hombros.
-Todavía no se ha hecho famosa fuera del país. Pero aquí en Colombia, la mayoría que está metida en nuestro medio ya conoce ese chisme.
