Capítulo 677
Rocío se quedó pasmada por un momento, de pronto se quedó sin palabras y no supo qué decir.
Sabrina tampoco le dijo nada más a Rocío y, en cambio, se dirigió hacia Thiago Carvalho.
Después, también montó un caballo y dio una vuelta por la pista.
Sabrina no llamó tanto la atención como Eva y Rocío, que impresionaron a todos con su habilidad montando y disparando flechas.
En verdad, Sabrina no era muy buena en eso de montar y disparar, así que el simple hecho de que pudiera subirse al caballo y hacerlo bien ya era suficiente para ella.
Araceli Vargas tampoco sabía montar. Sus ojos grandes y brillantes buscaron a André Carvalho, con una expresión entre las ganas de hablar y el miedo a hacerlo.
-André, ¿me podrías enseñar a montar caballo?
Si pudiera montar junto a André, sería perfecto.
La mirada de André se posó en Araceli.
Ella lo miraba con esperanza, casi suplicante.
-André, ya me siento mucho mejor, mi salud ha avanzado bastante. Si hago ejercicio de vez en cuando, no me pasa nada.
Jorge Olivares, sin querer, seguía con la mirada la figura delgada que se movía por la pista.
Al escuchar a Araceli, Jorge giró la cabeza.
-André, ¿por qué no le enseñas a la señorita? Un poco de ejercicio le haría bien para
recuperarse.
Araceli, sorprendida, lo miró por un segundo.
¿Jorge no estaba siempre de parte de Sabrina? ¿Ahora la estaba ayudando a ella?
André frunció un poco el ceño, luego llamó a Thiago.
Con la ayuda del instructor, Thiago ya era capaz de subirse al caballo por sí mismo.
En ese momento, sus mejillas estaban coloradas y en su cara brillaba una sonrisa inocente que hacía mucho no mostraba.
-Papá, ¿me necesitas para algo?
-La señora Vargas también es principiante -explicó André-. Quiere aprender a montar.
Llévala contigo, ¿sí?
Thiago miró a Araceli.
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-De acuerdo, señora Vargas, vamos.
El rostro de Araceli se tensó un poco.
-André, ¿por qué no me das tú unas instrucciones primero?
André le contestó con tono seco:
-No soy instructor, no sé cómo enseñar.
Estaba a punto de volver con Sabrina y no quería que en ese momento surgieran
malentendidos, ni mucho menos que Sabrina sospechara algo.
Araceli apretó los dientes, pero ante Thiago y Jorge no podía decir nada más, así que no le quedó más remedio que seguir a Thiago.
Primero debía fortalecer su vínculo con Thiago; aún tenía oportunidad de darle la vuelta a la situación.
Sabrina, tras una simple vuelta a caballo, regresó.
Apenas bajó del caballo, Sebastián se acercó directo hacia ella.
Le alcanzó una botella de agua.
-Señorita Ibáñez, seguro tiene sed, tome un poco de agua.
Sabrina recibió la botella.
-Gracias.
Cuando fue a abrirla, notó que la tapa ya estaba floja.
Sebastián se la había aflojado antes.
Sabrina no pudo evitar mirarlo con otros ojos.
Al terminar el agua, Sebastián recogió la botella vacía y le pasó una toalla limpia.
-Límpiese el sudor.
Sabrina aceptó la toalla.
-¿Y a ti qué te pasa hoy, por qué tan atento?
Sebastián soltó una sonrisa.
-La señorita Blasco me entrenó para esto.
No muy lejos, Rocío observaba la escena y le dijo a Eva:
-Mira tú, no pensé que fuera tan detallista.
Eva la corrigió de inmediato:
Capítulo 677
-No importa lo detallista que sea, eso no es contigo.
Rocío la miró.
-¿No me digas que crees que le gusta Sabrina?
Eva respondió:
-Un tipo así, tan pegado a Sabrina, ya es raro de por sí. Además, le ofreciste un mejor salario y ni así se fue. Si no es que le gusta Sabrina, entonces tiene otro interés. Sea como sea, mejor mantener distancia.
Eva rara vez hacía cosas sin estar segura.
No le gustaba sentir que no tenía el control.
Pero Rocío era distinta; lo que más le gustaba era un buen reto.
Ella no contestó ni sí ni no, y cambió de tema.
-¿Viste la competencia de Sabrina hoy? ¿Qué te pareció?
Al mencionarlo, la expresión de Eva se volvió un poco extraña.
-Ella… sí que tiene talento.
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