Capítulo 466
Al final, llegamos a un acuerdo: Eva optará por ingresar a una universidad de música.
Como compensación, le ofrecí un quince por ciento de participación en las acciones.
Al escuchar esto, Sabrina sintió un profundo sentido de ironía.
Eva es una genio en ciencias, pero no quiere asistir a una universidad de ingeniería; su deseo es ir a una escuela de negocios.
¿Qué tiene que ver la escuela de negocios con sus habilidades en ciencias?
¿Acaso piensan que pueden aprovecharse de que Sabrina nunca fue a la universidad y no entiende del tema?
Federico, quien estaba al lado, también comentó:
-Aurora, en teoría, Eva debería recibir solo un diez por ciento de las acciones, al igual que tus
hermanos.
Sin embargo, tu regreso podría generar muchos rumores y especulaciones sobre ella en el futuro, incluso podrían resurgir viejas historias.
Quizás esto afecte negativamente su reputación.
Por eso, después de discutirlo con papá, decidimos darle un cinco por ciento adicional como compensación.
¿Afectar negativamente a Eva?
¿Es su regreso la causa de estos posibles efectos negativos?
Entonces, ¿debería no haber regresado?
Martín, viendo que Sabrina no decía nada, añadió:
-Auri, siempre he tratado a todos ustedes, mis hijos, por igual.
No te preocupes, también tienes una parte de las acciones del Grupo Ramos.
Después de tres años, cuando te hayas adaptado completamente a tu identidad en la familia Ramos, recibirás un diez por ciento de las acciones, al igual que tus otros dos hermanos.
Esteban y Félix también tienen solo un diez por ciento cada uno.
Federico tiene quince por ciento, ya que es el futuro heredero del Grupo Ramos, además de ser el hijo mayor, y carga con las responsabilidades de la familia.
Que reciba un cinco por ciento más es comprensible, y nadie lo cuestiona.
Ahora, Eva también recibirá un cinco por ciento más, igual que Federico.
En ese momento, Sabrina comprendió por qué sus tres hermanos no estaban muy contentos
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con su regreso a la familia Ramos.
Su regreso repartirá las acciones entre más personas.
Aunque Eva también recibirá una parte, ellos han crecido juntos desde pequeños.
Diferente es la situación con Sabrina, que apareció de repente y sin previo aviso.
Estas cuestiones, en realidad, no tenían mucho que ver con Sabrina.
Martín podía decidir a quién darle más o menos, y a Sabrina no le importaba.
Y cuando Martín y Federico le hablaron sobre esto, no era para pedir su opinión, sino simplemente para informarle.
En cuanto a si realmente recibiría acciones en tres años, eso ya se vería en el futuro.
Sabrina no se dejó llevar por las promesas de Martín ni desarrolló expectativas infundadas.
Después de todo, lo que realmente es suyo, nunca necesita que alguien más se lo dé.
Una vez que Sabrina estuvo de acuerdo, al día siguiente se celebró una reunión familiar para anunciar la decisión.
Esteban y Félix estaban muy satisfechos con la sensatez de Sabrina.
Incluso Félix, que rara vez mostraba simpatía, fue amable y saludó a Sabrina.
Cuanto más tiempo pasaba Sabrina en la familia Ramos, más notaba lo estrictas que eran las expectativas de Martín para Eva.
A menudo, Martín revisaba personalmente las tareas de Eva.
Si había algo que no cumplía con los estándares, traía a maestros expertos para ayudarla.
Sin embargo, con Sabrina, Martín era mucho más flexible.
El tema de a qué universidad se postulaba Eva llegó al punto de ser una guerra familiar.
En cambio, Sabrina tenía la libertad de elegir cualquier universidad que deseara, siempre que estuviera feliz.
Qué padre tan comprensivo y que tanto mima a su hija.
Hubo un tiempo en que Sabrina también lo veía así.
Sin embargo, olvidaba que una hija que apenas regresaba al hogar y otra que llevaba casi veinte años con la familia, difícilmente podrían ser tratadas de la misma manera.
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