Capítulo 381
Sabrina tenia una expresión imperturbable, sus ojos eran serenos.
-Ya no tenemos nada que ver, no necesitas explicarme tanto -dijo con frialdad.
André la miró fijamente.
–Solo quiero que sepas que lo de Araceli y yo no es como piensas. Esas cosas son exageraciones de los medios.
En el pasado, él habría sido demasiado perezoso para explicarse.
André observó el rostro impasible de Sabrina y suavizó su tono.
-Lo siento, realmente no sabia que lo de Fabián iba a afectar tanto a ti y a Thiago.
Sabrina soltó una risa cargada de sarcasmo.
-El agua no se congela en un día, André. ¿En serio crees que me menosprecian solo por esto?
Ese Fabián lleva faltándome al respeto bajo tus narices desde hace mucho tiempo. Y tú, aparte de soltar algunas frases sin sentido como “basta” o “esto termina aquí“, ¿qué más has hecho?
Sabrina lo miró sin expresión.
-Ahora, Thiago está siendo acosado porque me menosprecian, y apenas ahora te das cuenta de la gravedad del asunto. André, eres el primero que veo que sacrifica a su familia y a su hijo por defender a un “buen amigo“. Si sigues permitiendo lo de Fabián, Thiago acabará mal.
André, consciente de su culpa, no la contradijo.
-De ahora en adelante, me encargaré de controlar a Fabián -dijo finalmente.
Sabrina curvó los labios y no dijo más.
El asunto del acoso a Thiago solo resultó en una promesa de André de controlar a Fabián. Este nombre, desde lo más profundo, la había desilusionado por completo.
-¿Algo más? Si no, me voy–dijo Sabrina, cansada.
André la sujetó por la muñeca.
-Sabrina, Thiago es pequeño y necesita a su mamá. En tu ausencia, ha estado muy decaído. Sé que he sido negligente contigo.
-A partir de ahora, pasaré más tiempo en casa. Por el bien de nuestro hijo, ¿podrías dejar de enojarte?
¿Enojarme? pensó Sabrina.
Él seguía pensando que ella solo estaba haciendo un berrinche.
Sabrina sonrió con ironía.
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-André, ¿esta es tu manera de tratar de convencerme de volver? ¿Crees que con solo bajar la cabeza y decir unas cuantas palabras bonitas, voy a correr de vuelta como una tonta
enamorada a ser tu sirvienta?
André ni siquiera se habia disculpado. Araceli y Fabián seguían siendo un tema intocable. ¿Realmente pensaba que con un gesto vacío ella volvería?
André frunció el ceño, molesto por cómo ella lo describía.
Permaneció en silencio, intentando contenerse.
-Todo lo que no sea necesario puede hacerlo el personal. Puedes volver a la casa cuando quieras, o no volver, como desees. Yo hablaré con mamá.
Claro, si el hubiera hablado por ella antes, ¿cómo podría Fernanda haberia complicado tanto?
-No volveré -respondió Sabrina-. André, si hubieras escapado con tanto esfuerzo de una tumba, ¿volverias a meterte en ella?
La voz de André se torno fria.
—¿Una tumba? Durante estos cinco años, he cumplido con mi deber como esposo. Fue solo por el regreso de Araceli que te descuidé un poco. Sabrina, ¿acaso cinco años de matrimonio y nuestro hijo no valen más que estas malinterpretaciones?
-¿Malinterpretaciones? -dijo Sabrina, riéndose–¿Fue una malinterpretación que cedieras nuestra boda a Araceli? ¿Fue una malinterpretación que le dieras el collar de mi madre? ¿O tal vez cada vez que me dejaste para ir con Araceli fue una malinterpretación?
André no podia explicar eso. Permaneció en silencio por un momento antes de hablar.
-Podemos tener nuestra boda, una más grandiosa, si asi lo deseas.