Capítulo 159
Sabrina soltó una carcajada como si acabara de escuchar el chiste más hilarante del mundo.
-Tu hijo adora tanto a la señora Vargas que seguro está deseando que nos divorciemos, así podrás conseguirle una nueva mamá. ¿De verdad crees que intentaría impedir nuestro
divorcio?
La voz de André resonó profunda en la habitación.
-Sabrina, ¿puedes parar ya con tus suposiciones absurdas?
-¿Suposiciones? -Sabrina esbozó una sonrisa tenue mientras giraba su rostro hacia Thiago-. Hijo, dile a tu papá la verdad, entre tu adorada señora Vargas y yo, ¿a quién prefieres realmente?
Las palabras de Sabrina sobre el divorcio habían desatado un caos en la mente de Thiago. ¿Papá y mamá separándose? Era algo que jamás había contemplado. Siempre había creído, con la certeza que solo un niño puede tener, que sin importar las circunstancias, mamá nunca lo abandonaría, nunca dejaría a papá.
-Thiago.
La voz de Sabrina lo arrancó abruptamente de sus pensamientos. El pequeño la miró con expresión confundida, sin haber captado realmente la conversación entre sus padres.
-Entre yo y tu querida señora Vargas, ¿a quién prefieres?
Aunque Thiago tenía solo cinco años, comprendía perfectamente que en ese momento debería decir que prefería a su madre. Pero al encontrarse con aquellos ojos luminosos de mamá, las palabras se atascaron en su garganta, incapaz de pronunciar una sola.
-¿Qué sucede? ¿Tan difícil es responder?
André se interpuso protectoramente frente a su hijo.
-¿Por qué pones al niño en esta posición imposible?
-¿Hacer una simple pregunta es ponerlo en una posición imposible? -La voz de Sabrina tenía un matiz de burla apenas contenida-. De acuerdo, no lo presionaré más. Mejor te pregunto a ti. -André, entre Araceli y yo, ¿a quién prefieres tú?
Los labios de André se tensaron hasta formar una línea perfecta. Estaba a punto de responder cuando Sabrina lo interrumpió.
-Ahórrate los rodeos y no me salgas con que estoy siendo irracional; ya me cansé de escuchar
eso..
-Si eres un hombre de verdad, responde directamente a mi pregunta.
El ambiente se tornó denso, como si hasta el oxígeno se hubiera congelado súbitamente.
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Capitulo 159
Thiago levantó la mirada, observando a su padre con genuina curiosidad. Sin entender por qué, sentía una ansiedad abrumadora ante la respuesta.
“Me gusta más la señora Vargas que mamá“, pensó Thiago. “Es mucho más dulce, más talentosa también.”
“Cuando toca el violín, parece un ángel bajado del cielo, y siempre tiene un perfume delicioso.”
“No como mamá, que casi nunca usa maquillaje y siempre huele a comida o a esas hierbas medicinales que prepara.”
“La señora Vargas nunca me está dando órdenes, ni me prohíbe comer lo que quiero, ni me regaña por acostarme tarde.”
“Ella me da todos los antojos que quiero y me lleva a hacer cosas que antes no podía por mi
salud.”
“Si me desvelo, solo me sonríe con ternura y me pregunta si estoy seguro de sentirme bien.”
“Cuando tengo problemas con otros niños en el kínder, mamá no solo no me defiende, sino que me obliga a disculparme aunque yo no tenga la culpa.”
“La señora Vargas siempre está de mi lado, sin importar quién tenga razón. Ella me dice que no he hecho nada malo.”
“A su lado siento un cariño especial que nunca había sentido antes.”
“No importa qué error cometa, ya no tengo miedo, porque sé que ella siempre me defenderá.”
“Incluso me atrevo a enfrentarme a niños malos como Romeo, porque sé que si la señora Vargas intercede por mí con papá, él no me regañará.”
“En cambio, cuando papá me regaña, mamá solo se queda callada, sin atreverse ni a respirar fuerte, mucho menos a defenderme.”
“Con tantas cosas buenas de la señora Vargas, es normal que me guste más que mamá, ¿no?”
“Pero si papá también prefiere a la señora Vargas más que a mamá… ¿eso está bien?”
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